Cuando Rosalía lanzó su disco El Mal Querer, causó tal revuelo que "el fenómeno Rosalía" se convirtió en materia de estudio en la universidad. Aquella catalana de pelo oscuro, voz melódica y larguísimas uñas irrumpía en el escenario musical español y marcó un antes y un después con un disco que era una revolución estética, sonora y conceptual absoluta. Y lo mismo sucedió con su siguiente disco, Motomami; todas quisimos ser moteras por un rato.
Ella es imposible de definir, porque eso supondría limitarla, y si hay algo de lo que carece Rosalía, es de límites. Su música sobrepasa las generaciones y las fronteras de nuestro país, hasta convertirse en la artista española más internacional de nuestro tiempo.
Ahora, ha vuelto a revolucionar el mundo de la música con el lanzamiento de su nuevo álbum, LUX, cuya portada ya es una declaración evidente y un guiño de lo que encontraremos en su interior: calma, paz, y una búsqueda íntima de lo espiritual en medio del ruido del mundo. Rosalía se ha deshecho de los cueros y los excesos y aparece con un hábito y vestida con un blanco impoluto, y labios pintados de dorado. En 15 canciones Rosalía explora el mundo de lo sagrado, la fe y la mística femenina, y lo hace en un total de 13 idiomas, desde el castellano y el catalán, hasta el latín, árabe o alemán. Con LUX, una vez más, Rosalía confirma que ella hace nuevas todas las cosas.
Y con este nuevo álbum también ella sufre una transformación en su imagen y una metamorfosis de estilo que no ha pasado desapercibida. Rosalía ha dejado atrás el maximalismo de Motomami, las botas altas, lo sensual y la estética motera, y abraza la pureza, la suavidad y los looks más minimalistas donde predomina el blanco y los tonos neutros. Todo ello con su guiño a la espiritualidad y la simbología religiosa con una aureola teñida en su pelo. A lo largo de estas líneas, analizamos el fenómeno Rosalía y las tendencias que va a marcar LUX en la moda, de la mano de cuatro expertos.
El fenómeno Rosalía: una artista en constante transformación
Si algo puede definir el estilo de Rosalía es que es rotundamente imposible de definir. Encasillarla estéticamente sería simplificarla y se nos escaparían varios matices de su estilo que forman parte de la riqueza que hace tan única a la artista. “En cada una de sus etapas musicales, Rosalía pasa por un proceso de metamorfosis, crea un alter ego que acompaña a sus sonidos, desarrolla una narrativa con cada look, que va de la mano de sus proyectos y simbolizando cada ‘era’ musical”, analiza el estilista Víctor Blanco. En este punto coincide la asesora de imagen Tania Hortelano, quien explica que “con cada álbum renace, y nos muestra una versión totalmente diferente a la anterior”. La cantante se despide de su imagen y da paso a una nueva, sin perder su esencia ni credibilidad, manteniendo coherencia, una capacidad que la experta realza por lo complejo que esto supone desde el punto de vista estético.
Tal vez en eso se encuentra parte del fenómeno que rodea a la artista. Esa constante transformación y reinvención, siempre con un sentido y siguiendo un hilo conductor. “Rosalía es una persona con una identidad muy viva, que no tiene miedo al cambio, no viste para agradar ni por las tendencias”, nos explica María Moreta sobre su estilo, y analiza la relación de la artista con la moda: “la entiende como un lenguaje narrativo, una manera más de comunicar y expresarse, no como un disfraz. Su fuerza se encuentra en cómo combina los opuestos, algo muy tradicional con lo futurista, lo devoto con lo sensual…esa tensión constante crea una identidad visual magnética. Nos engancha”.
Tanto María como Tania destacan también el uso del cuerpo como herramienta de comunicación estética, como uno de los rasgos e hilos conductores que caracterizan a la artista: “la forma de colocar las manos, la espalda, el torso…todo ello lleva consigo una intención”, explica Tania, a lo que María añade la intención de Rosalía de siempre utilizar su momento vital para crear y contar historias reales, “contar algo desde dentro. En El Mal Querer era un amor trágico y la herencia de las tradiciones, en Motomami fue liberación y exceso, y ahora, en LUX, muestra una faceta más íntima, luz interior, calma…”.
De la intensidad a la calma, de Motomami a LUX
Estábamos acostumbrados a ver a una Rosalía moderna, futurista, urbana, con colores vibrantes y looks recargados. Por ello, ver a una Rosalía vestida entera de blanco, con un velo y sin ningún tipo de accesorio, en la gran pantalla de los cines Callao, nos produce tanto desconcierto. El contraste entre ambos álbumes resulta tan radical que parece que pertenezca a dos Rosalías diferentes. Y puede que sea así.
Es evidente la lectura religiosa y profundamente espiritual que compone el nuevo disco de la artista catalana, “la fe aparece como estética y lenguaje: luces blancas, tejidos puros, ausencia de artificios…hay una conexión muy interesante con la imaginaria religiosa femenina, como las vírgenes y las santas”, analiza María Moreta.
De un proyecto a otro, la artista ha evolucionado, y eso lo vemos también en su estética: “en su etapa de Motomami, Rosalía usaba un estilo urbano, con mucho cuero, botas altas, seguía una estética más callejera y provocadora. En cambio, en LUX, se presenta con una elegancia más sobria, donde opta por looks más minimal. Es una transformación visual que acompaña la transformación sonora y temática, simbolizando un ‘renacimiento’”, analiza el experto Víctor Blanco. El rojo de Motomami sustituye al blanco, el silencio al ritmo, y “Rosalía abraza una estética mucho más pura y limpia. Vemos tejidos más naturales, caídas sedosas, apuestas por la artesanía”, añade María Moreta.
Por otro lado, la estilista y experta en colorimetría, Beatriz Rojo, define a una Rosalía mucho más espiritual, reflexiva y pura, sobria en sus estilismos donde priman el minimalismo y los materiales naturales con cortes muy limpios, mientras que en colorimetría “la vemos muy centrada en los tonos fríos, como el blanco, el marfil, los grises…colores que transmiten luz y paz, asegurando una coherencia entre su momento artístico y estética”.
Cómo va a influir LUX en la moda
Ya ocurrió con el fenómeno Motomami, que las cazadoras moteras y la estética otaku fueron el máximo grito en la moda. Y ahora, con el nuevo álbum LUX, predecimos que música y moda volverán a entremezclarse y calar en las próximas tendencias de la temporada.
- Monocromía y simbolismo: predominio de looks monocolor, sobre todo del blanco, símbolo de pureza y espiritualidad. “Percibimos detalles llenos de simbolismo, como el dorado de sus labios en la portada del disco, símbolo de que su divinidad radica en la voz que sale de ellos”, reflexiona Tania Hortelano, y considera que esto se traducirá en una mayor presencia de joyería dorada y de carácter religioso.
- Futurismo discreto: el estilista Victor Blanco también se fija en el sutil detalle de los labios dorados de Rosalía, y augura que el uso de metálicos podrá verse discretamente, tanto en mundo beauty como en moda, y también retazos de moda futurista, “con siluetas limpias pero con toques de piel, transparencias, metalizados”. “En el vídeo de Berghain, la artista lleva muchos looks de archivo de Alexander McQueen, Balenciaga, Vivienne Westwood, que tienen ese toque moderno manteniendo una simplicidad estética” añade.
- Lujo silencioso: no ostentoso, sino sobrio y minimalista, empleando tejidos, siluetas, cortes…”que evoquen simbolismos casi sagrados, inspirados casi en rituales”, explica María Moreta.
- Artesanía y tejidos naturales: el lino, la seda, la organza, el algodón, “con siluetas depuradas y cinturas marcadas, que refuercen la idea del minimalismo con un romanticismo elevado”, añade Tania Hortelano.















