La princesa de Gales, Kate Middleton, ha asistido hoy al Remembrance Sunday, el Día del Recuerdo, una de las citas más solemnes del calendario británico. Desde el balcón y junto a Camilla, ha acaparado todas las miradas mientras el rey Carlos, seguido de príncipe Guillermo, encabezaba la ceremonia en el Cenotaph de Londres. El look que ha elegido para este día está cargado de simbolismo. Un abrigo negro que ya lució en el mismo acto en 2022, al que ha añadido nuevos matices: un pañuelo de encaje que recuerda tanto a los jabots victorianos como a las mantillas españolas. En cuanto a las joyas, la futura reina ha optado por seguir el protocolo y llevar los pendientes Collingwood de perlas que pertenecieron a Diana.
El look en detalle: un mismo abrigo, dos formas de llevarlo
Kate ha optado por recuperar un abrigo de Catherine Walker con silueta estructurada, hombros marcados y cuello alto, el mismo que vistió en 2022, ahora actualizado con nuevos elementos. Al cuello se asomaba una blusa de cuello alzado tipo pie-crust en azul marino con puntilla, mientras que el pañuelo de encaje negro se afianza en el centro como un ligero jabot. Este, inevitablemente nos recuerda a la época victoriana pero también a las mantillas tradicionales españolas, aquellas que lucen las reinas en ocasiones de luto.
En lugar del sombrero de ala ancha que llevaba hace tres años, esta vez los ha combinado con un tocado fascinator escultórico de Lock & Co., de ala asimétrica, que permite ver su melena suelta con ondas. En su solapa: la tradicional amapola roja y junto a ella un broche de alas de la Royal Navy Fleet Air Arm en honor a su abuelo Peter Middleton.
La historia de los pendientes de perlas
Quizás la joya más significativa ha sido los pendientes de perla lágrima de la casa Collingwood The Jeweller, originalmente un regalo de compromiso que recibió la princesa Diana en 1981. Kate los ha lucido siempre como un tributo a su difunta suegra, convirtiendo la pieza en símbolo de continuidad y memoria.
La amapola, el broche y lo que representan
La amapola roja ha sido durante décadas el emblema de conmemoración de los militares caídos en el Reino Unido y la Commonwealth. En esta ocasión, Kate ha llevado una sola amapola —siempre lleva tres— hecha a mano por la joven artesana Izzy Ager, graduada de la Royal School of Needlework; el broche está confeccionado en seda, cristal y otros materiales naturales, y todas las ganancias se destinan a la campaña benéfica The Poppy Appeal. Tanto la amapola como el broche de alas de la Fleet Air Arm suman capas de mensaje: la primera, un homenaje colectivo; el segundo, un guiño personal al abuelo de la princesa, que sirvió como piloto en la Segunda Guerra Mundial.
El look de la víspera y el debut del príncipe George
La presencia de Kate en este fin de semana de homenaje no se ha limitado al domingo. Anoche asistió al Festival of Remembrance —el tradicional Concierto por el Día del Recuerdo— , en el Royal Albert Hall, acompañada por su hijo mayor, el príncipe George, en lo que supone su debut en este evento conmemorativo. En esta ocasión la princesa de Gales llevó un vestido negro con cuello “Peter Pan” de Alessandra Rich, y lo combinó con los pendientes de perla de Bahrein que pertenecieron a la reina Isabel III.
La fórmula de Kate en este tipo de actos con carga sentimental comparte siempre varios puntos: una prenda que ya había servido, reinterpretada; joyas cargadas de historias personales y accesorios elegantes. El pañuelo de encaje negro al cuello, reminiscente de mantillas españolas y de los jabots victorianos de los hombres de antaño, le aporta un detalle inesperado al look.











