La reina Letizia, en su despedida oficial antes de emprender, junto al rey Felipe VI, su primer viaje de Estado a China, ha elegido un look total black que encierra más mensajes de los que parece. Sobrio, funcional y perfectamente medido, el estilismo se ha completado con un bolso negro estructurado que bien podría confundirse con un Birkin de Hermès. Un guiño involuntario (o quizá no tanto) al bolso más célebre de la historia de la aviación… y de la moda.
La imagen de la monarca, despidiéndose en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, resume a la perfección la transición del fasto de la cena de gala ofrecida al sultán de Omán —con tiara, encaje y toda la pompa del Palacio Real— al rigor sobrio de un viaje diplomático. El viaje, que llevará a los Reyes a Chengdú y Pekín del 11 al 13 de noviembre, servirá para conmemorar el 20º aniversario de la Asociación Estratégica Integral entre España y China y reforzar los lazos políticos, económicos y culturales entre ambos países.
Un look 'total black'
El negro absoluto ha sido el hilo conductor del conjunto. La reina ha elegido un abrigo largo con solapas, cierre frontal con botón y cinturón ajustado a la cintura, una pieza de corte clásico que realza la silueta. Se adivinan unos pantalones de pernera ancha y unos botines de tacón grueso, una elección práctica y elegante que llama la atención por un detalle poco habitual: Letizia vuelve a subirse a los tacones. El conjunto se ha completado con una bufanda del mismo color, envolviendo el cuello ante el frío madrileño.
Curiosamente, el negro se ha impuesto esta semana también en la agenda británica: Kate Middleton ha elegido el mismo color para el Día del Recuerdo, en un look con cuello ‘Peter Pan’ blanco.
El bolso que “podría ser un Birkin”
Y ahí, entre tanto negro impecable, el protagonista silencioso: el bolso Doma Insignia Satchel de Carolina Herrera. Elaborado en piel Mocán de grano fino, con la característica insignia metálica de la firma grabada en la solapa, es una pieza elegante, estructurada y práctica. Puede llevarse al hombro, cruzado o en la mano, y, según parece, se ha convertido en el bolso de viaje favorito de la reina: lo llevó también en su despedida rumbo a Egipto el pasado septiembre.
Pero lo más interesante no es tanto la firma como la forma. Su silueta rectangular, sus asas firmes, su estructura impecable… evocan inevitablemente al Kelly y, en menor medida, al Birkin de Hermès, el bolso que cambió la historia del lujo. Según la leyenda, Jane Birkin se encontraba en un vuelo París-Londres en 1983 cuando, al intentar guardar su bolso de paja en el compartimento, se le desparramaron los papeles y objetos personales. A su lado viajaba Jean-Louis Dumas, presidente de Hermès. Entre risas, ella le confesó que no encontraba un bolso práctico y elegante al mismo tiempo. Dumas tomó nota y, poco después, le presentó un diseño pensado para mujeres modernas. Así nació el Birkin: un bolso nacido en un avión, para viajar con estilo.
Y ahí está la ironía: la reina Letizia, a punto de despegar hacia China, lleva en la mano un bolso que podría haber sido concebido bajo esa misma filosofía —la de unir comodidad, elegancia y propósito—. No es Hermès, pero comparte espíritu: el de una mujer moderna, funcional, diplomática y siempre impecable. Marcas como Demellier o Isabel Bernard también han reinterpretado el formato con éxito.
La reina y su estilo de vuelo
A lo largo de los años, Letizia ha desarrollado un estilo propio para los viajes oficiales: minimalista, coherente y cómodo. Los tonos neutros, los tejidos naturales y los complementos versátiles predominan en su maleta diplomática. Cada detalle parece pensado para resistir horas de vuelo y desembarcar con la misma elegancia con la que embarca. Su bolso de Carolina Herrera, como antes el Birkin de Jane, resume una filosofía práctica: viajar de forma cómoda sin perder estilo.











