En Valdesoto, Siero, la reina Letizia ha recorrido esta mañana las calles del Pueblo Ejemplar 2025 acompañada por sus hijas, Leonor y Sofía, y el rey Felipe, en un recorrido que ha combinado tradición y vida local. Entre hórreos decorados, música de gaitas, vecinos ataviados con trajes históricos y demostraciones de oficios artesanales, Letizia ha aparecido con un look adaptado a la jornada rural, cómodo, funcional y elegante.
Para la ocasión, ha elegido una chaqueta de punto azul marino con botones de carey y bolsillos delanteros, combinada con pantalones vaqueros oscuros de corte recto, un estilo muy favorecedor que suele llevar en sus visitas oficiales de carácter más informal. Ha completado el conjunto con los mocasines Soe en color alpaca (y con forro de lana) de la firma española Pedro García y un bolso a juego. Más tarde, después de saludar a los vecinos del pueblo, se ha puesto una gabardina clásica, un básico atemporal que ya ha lucido en otras ocasiones. Ha elegido una melena suelta y joyas discretas, manteniendo la sencillez que caracteriza sus apariciones de día.
El look mantiene la coherencia con la estética que Letizia lució en los Premios Princesa de Asturias celebrados la noche anterior, donde apostó por un vestido midi negro de Sybilla cubierto con gasa de seda, escote palabra de honor y mangas vaporosas, acompañado de pendientes de Crisogono y cartera de mano negra. La combinación de sobriedad, líneas depuradas y detalles refinados volvió a situarla como referente de estilo institucional.
Su elección durante la visita a Valdesoto ha acompañado sutilmente el look de Leonor, que ha llevado un mono vaquero y chaqueta de ante vintage de estilo parisino. Sofía ha optado por pantalones vaqueros de un tono más claro y chaqueta de color gris con bolsillos delanteros.
El recorrido se ha producido tras un fin de semana cargado de simbolismo. En el Teatro Campoamor, la princesa Leonor protagonizó la edición más simbólica de los premios desde que asumió su papel institucional. Su discurso, estructurado como una serie de cartas a los premiados, sorprendió por el tono personal y por las referencias directas a temas como la educación, la empatía y el respeto.
Uno de los momentos más comentados fue el guiño a las hermanas Williams: “Las hermanas cómplices son nuestras grandes compañeras de viaje”, dijo mirando a Sofía, en un gesto que fue recibido con aplausos. La frase resumió de forma espontánea el vínculo que las dos jóvenes proyectan en público y el lugar que Sofía empieza a ocupar en los actos de su hermana. El Rey, por su parte, marcó el punto institucional al afirmar que “le corresponde ir cediéndole ya este espacio como heredera de la corona”, en una clara alusión a la progresiva transición de protagonismo hacia Leonor.
Veinte años después de que Letizia no pudiera asistir a la ceremonia por estar a punto de dar a luz a la heredera, madre e hijas comparten ahora protagonismo en los mismos premios que marcaron su historia. Entre las casas de piedra, los carros de bueyes y el sonido nostálgico de las gaitas, las tres han cerrado unos días de gran relevancia en la agenda institucional, proyectando una imagen de continuidad, coordinación familiar y coherencia estética que ha acompañado tanto los actos de gala como la visita al Pueblo Ejemplar.
Durante el recorrido, Letizia ha saludado a los vecinos, observado de cerca las demostraciones de oficios tradicionales y caminado entre los puestos con paso seguro.









