Mientras compite entre fogones en MasterChef Celebrity, Mariló Montero —preparada para la inminente llegada de su primer nieto— ha cambiado hoy el delantal por los zapatos de tacón, y las cámaras de televisión por los bancos de una iglesia. Su hijo, Alberto Herrera, se ha casado este sábado 18 de octubre con Blanca Llandres, en una ceremonia celebrada en la iglesia de Nuestra Señora de la Caridad de Sanlúcar de Barrameda. La cita, esperada desde hace meses, ha reunido a dos familias muy conocidas en Andalucía y a una larga lista de invitados del mundo periodístico y cultural.
La madrina del enlace, Mariló Montero, ha elegido un vestido largo en tonos azul y verde agua que, a primera vista, evoca la sensación de un dos piezas. El diseño, con falda recta y una capa ligera que aporta movimiento, se distingue por un escote en V que deja ver una gargantilla de diamantes. Con manga francesa y tejido drapeado, el vestido ha combinado volumen y ligereza, una mezcla difícil de lograr. Ha completado el look con zapatos de tacón verde y un clutch metalizado. En cuanto al peinado, ha optado por una coleta baja con mechones sueltos, un estilo effortless chic.
La boda ha comenzado a las 12 del mediodía, con el templo lleno de familiares y amigos. Mariló ha compartido este momento tan especial con su exmarido, Carlos Herrera, con quien mantiene una relación cordial desde hace años. Juntos han ocupado un lugar destacado en la ceremonia para ver a su hijo dar el “sí, quiero” a Blanca, una psicóloga sevillana con raíces muy ligadas al mundo cultural. La novia, sobrina del cantante José Manuel Soto y prima hermana de Lourdes Montes, ha estado arropada por sus padres y por un nutrido grupo de amigos de Sevilla, ciudad donde comenzó su relación con Alberto a finales de 2023.
El noviazgo entre ambos se gestó en silencio, lejos del ruido mediático, aunque no de la atención pública. Amigos desde hace años, pasaron de la amistad al amor en cuestión de meses. En junio de este año, durante un viaje a La Toscana, Alberto le pidió matrimonio. Poco después, anunciaron otra noticia que hizo sonreír a toda la familia: esperan su primer hijo, un niño al que llamarán Marcos. El propio Alberto lo contó en directo durante su programa en COPE, emocionado, mientras su madre celebraba en televisión —como invitada en La Revuelta— su inminente estreno como abuela.
Hace unas semanas la pareja organizó su pedida de mano en un ambiente íntimo, rodeados de sus seres más cercanos. Blanca, sonriente y con una incipiente barriguita, compartió imágenes del encuentro en sus redes con un sencillo mensaje: “Un día muy especial, gracias y gracias”. En las fotos se la veía junto a sus suegros, Mariló y Carlos, y a su cuñada, Rocío Crusset, visiblemente emocionada por el enlace y la llegada del bebé. Esa reunión anticipó el tono de lo que se viviría hoy: una boda alegre y familiar.
La ceremonia religiosa, celebrada en uno de los templos más emblemáticos de Sanlúcar, ha sido seguida con atención tanto por los vecinos como por la prensa local. A la salida de la iglesia, los invitados se han desplazado a la cercana Finca Marbella, propiedad de la periodista Teresa de la Cierva, para disfrutar del almuerzo y la posterior celebración. El enclave, muy conocido en la zona por sus amplios jardines y su atmósfera de ensueño, se ha convertido en el escenario perfecto para una tarde de brindis, música y reencuentros.
La periodista y presentadora ha vivido los últimos meses con un ritmo inusual: entre grabaciones del talent culinario de TVE, su participación en varios programas y los preparativos de la boda. Su papel hoy ha tenido un peso simbólico evidente. Quienes la conocen aseguran que ver casarse a Alberto —su hijo mayor— ha sido un momento especialmente emotivo.
La boda de Alberto Herrera y Blanca Llandres ha tenido todos los ingredientes de una gran crónica social: historia, emoción, y un protagonismo compartido entre generaciones. Pero será, sin duda, la imagen de Mariló, sonriente, entregando a su hijo en el altar, la que quede grabada en la memoria de este día.