Luxemburgo vive una jornada histórica. Esta mañana, el Gran Duque Enrique abdicó formalmente del trono, dando por fin a un reinado de casi 25 años, y proclamando a su hijo Guillermo como su sucesor. Allí, pudimos ver a la nueva Gran Duquesa, Stéphanie, saludar a todo el pueblo con un look para la posteridad que, anecdóticamente, recordaba a una princesa Disney. En general, la mañana estuvo marcada por el glamour de todos los invitados que acompañaron a los protagonistas, como la princesa Amalia, Elisabeth de Bélgica o la reina Máxima de Países Bajos, cubierta de diamantes. Ahora, las celebraciones prosiguen con una cena de gala en el Gran-Ducal Palace.
Amalia de Holanda estrena la tiara de la reina Emma
Esta mañana, durante la abdicación de Enrique y la proclamación como nuevo Gran Duque de Luxemburgo del príncipe Guillermo, Amalia de Países Bajos, heredera al trono, se decantó por el color burdeos, una tonalidad que llevó la gran mayoría de las invitadas al acto. Fue una elección que conjugaba su capa de lana y cachemir de Valentino (una prenda de su madre, la reina Máxima) y su nuevo vestido midi en crepé de satén, con hombros descubiertos y largo midi, de Alex Perry (1.700 euros). Complementó su estilismo con sus salones de ante rojo con tacón de 10,5 centímetros de Gianvito Rossi y un clutch al tono también de su madre. Esta también había llevado previamente los pendientes y broche de citrinos que portaba.
En esta noche, Amalia ha querido cambiar de tonalidad y apostar por una imagen más deslumbrante como requería el protocolo de este gran banquete. En su caso, la joven, que pronto comenzará su formación militar a los 21 años, se decantó por llevar un vestido de gala de Monique Lhuillier, en color verde, cuajado de cristales y lentejuelas. Esta creación presentaba un escote en V pronunciado, que dejaba sus hombros al descubierto, se ceñía estratégicamente a la cintura y presentaba una falda de tul en línea trapecio, Un look para la posteridad que le favorecía especialmente y que acompañó con joyas reales, como su fascinante tiara, la tiara de diamantes de la reina Emma, que lleva por primera vez. Esta joya data de 1890 y fue confeccionada por la casa Royal Begeer. La encargó el rey Guillermo III, aunque la reina Emma la recibió ya viuda. Esta creación está hecha con oro y plata, decorada con diamantes formando 3 motivos de rosetas con diamante central.
Elisabeth de Bélgica recupera la tiara que generó misterio
En cuanto a Elisabeth de Bélgica, la hija mayor de los Reyes belgas se decantó por un look que recordaba a la reina Letizia. En concreto, estrenó un nuevo vestido midi en color azul, con escote asimétrico que se salpicaba de abalorios, manga que caía a modo de capita por sus hombros, cintura marcada y falda en línea lápiz. Esta creación de Natan la combinó con sus salones Romy de 10 centímetros de tacón de Jimmy Choo en ante negro, un clutch al tono y largos pendientes de diamantes.
Para el banquete nocturno, la heredera al trono de los belgas lució un vestido plateado cubierto de lentejuelas en bandas degradadas. Esta creación de Jenny Packham (modelo Ernest, 4.200 euros) presentaba cuello elevado, no tenía mangas y se confeccionaba con un patrón recto, que se despegaba ligeramente del cuerpo. Lo acompañó de un clutch de strass al tono y una tiara con anécdota.
En concreto, la duquesa de Brabante luce la taira que estrenó en la cena de gala con motivo del 18 cumpleaños de la princesa Ingrid de Noruega en el Palacio Real de Oslo el 17 de junio de 2022. Esta joya causó sorpresa, pues no se identificaba con ninguna de las que guardaba el joyero de la Casa Real belga. La razón es porque esta creación nunca se había visto antes. Era un regalo que recibió por su 18 cumpleaños por parte de los reyes de Bélgica en 2019, el cual es idéntico a la tiara que poseía la baronesa Lady Evelyn Vestey -empresaria americana de gran éxito que llegó a casarse con Lord William Vestey-, y que llevó cuando fue presentada en la corte británica en 1925.