Mientras que su hermana gemela, Cristina, busca su formación profesional en la moda tras asentarse en Nueva York, Victoria Iglesias ha centrado sus estudios cursando Producción Cinematográfica y Actuación en Londres. Sin embargo, ambas han quiero guardar sus apuntes académicos durante el verano para acompañar a su madre, Miranda Rijnsburger, y varios de sus hermanos en la finca Cuatro Lunas, que su padre, Julio Iglesias, tiene en Ojén, a poco más de 9 kilómetros de Marbella. Desde ahí, los planes de ocio no han dejado de sucederse para una desconexión total; momentos lúdicos que van acompañados de reveladoras notas de estilo, como recoge la revista ¡HOLA! de esta semana con fotografías exclusivas.
Un torneo de pádel único
En concreto, uno de los momentos de desconexión total fue el que protagonizó Victoria Iglesias, como invitada a un exclusivo torneo de pádel. Por primera vez fuera de los Estados Unidos, la Costa del Sol acogía en Marbella la Reserve Cup, donde estrellas de este deporte de pala demostraron todo su poder en el Puente Romano. Allí, la hija de Julio Iglesias y Miranda Rijnsburger estuvo acompañada de amigos cercanos, como Adrián Alcina, trabajador de un fondo de inversión que también vive en Londres y aprovechó el verano para visitar la provincia de Málaga.
Básicos luminosos y calzado cómodo
Apostando por la comodidad y la frescura de los colores claros perfectos para días soleados, Victoria Iglesias se convirtió en pura inspiración como invitada a este exclusivo torneo de pádel que contó con grandes ases del deporte, como el extenista Carlos Moyá, quien hizo el saque de honor. Para esta cita, celebrada el pasado fin de semana, la hija de Julio Iglesias, siempre con una elegancia sin estridencias que tiene como referente a su madre, llevó una básica camisa blanca que dejo suelta y ligeramente desabrochada. La coordinó con unos shorts al tono, que presentaban, además, ribetes cosidos en negro para crear un ligero contraste.
Evitando tener sus manos ocupadas, más allá de sostener su móvil para atender a cualquier mensaje o llamada, optó por un funcional bolso bandolera en tono marrón, que se conjugaba con unos prácticos mocasines de ante beige, con adornos metalizados en el empeine y suela de goma blanca. Y al igual que le gusta a Miranda, la joven, protegió sus ojos con unas gafas de sol, que eran de pasta carey y cristales oscuros. En sintonía, y aportando un detalle anecdótico al momento, la joven, de 24 años, mostraba coordinación con el look de su amigo Adrián Alcina.