La familia real holandesa celebra hoy, como cada tercer martes de septiembre, el Día del Príncipe o Prinsjesdag, momento en el que se inaugura oficialmente el año parlamentario. Este acto, que combina protocolo y tradición, es uno de los más importantes en el calendario político y social de los Países Bajos. Guillermo Alejandro y Máxima de Holanda, acompañados por sus tres hijas, recorren las calles de La Haya desde el Palacio Noordeinde hasta el Teatro Real, a bordo de la icónica carroza ceremonial dorada, en un desfile que rememora siglos de tradición. Más allá del ceremonial y los discursos, el evento es un escaparate de moda y estilo para la realeza europea. Este año, las dos hijas mayores, Amalia y Alexia, han sorprendido por la evidente evolución de su estilo: de looks más clásicos y previsibles a conjuntos de gala sofisticados, depurados y muy en tendencia.
Amalia, de amarillo mantequilla
Si Máxima de Holanda ha lucido espectacular, la princesa heredera no se ha quedado atrás y ha apostado por un vestido largo de la marca italiana Taller Marmo, reconocido por su enfoque experimental en tejidos de lujo y cortes relajados pero estructurados. El diseño, en amarillo mantequilla, combina manga larga con una capa con detalle de flecos, creando un efecto dramático pero ligero. Minimalista, elegante y perfecta para la ocasión.
El look se completa con un tocado a juego, pendientes XL, guantes y un clutch de rafia, en consonancia con el tejido natural del tocado. La elección de accesorios que dialogan entre sí demuestra un cuidado meticuloso por la coherencia cromática, algo que en realeza se valora tanto como la propia elección del vestido. La sofisticación de Amalia refleja que ha incorporado a su estilo un criterio más maduro, alineado con las grandes tendencias de la moda internacional: tonos cálidos, siluetas limpias y un guiño a la elegancia clásica, todo sin perder frescura
Alexia, berenjena, asimetría y guiños españoles
Su hermana, Alexia, que ha aparecido junto a su hermana pequeña Ariane (guapísima de Victoria Beckham), ha elegido un vestido de gala en color berenjena, de corte asimétrico con una sola manga, manteniendo el corte característico que comparte con Amalia. El conjunto se complementa con aros dorados, un recogido adornado con un detalle floral del mismo tono del vestido, guantes y un bolso de mano de Zara, un guiño inesperado a la moda accesible dentro de un acto de alto protocolo.
Pero quizás lo más llamativo del look de Alexia sean las cuñas de rafia doradas de Castañer, una elección que rompe con la tradición de tacones en actos de gala. Esta decisión, curiosa desde el punto de vista del protocolo, combina comodidad con un estilo sofisticado y veraniego, manteniendo un aire natural y juvenil. En eventos como Prinsjesdag, los tacones suelen ser la norma, pero las cuñas se permiten en ciertos contextos cuando la princesa mantiene formalidad con el resto del atuendo.
La evolución estilística: de lo juvenil a lo contemporáneo
El cambio de estilo entre un año y otro es evidente. Si bien en ocasiones anteriores las princesas optaban por vestidos más tradicionales, con cortes previsibles y colores llamativos, en esta edición destacan la coherencia entre ambas, el minimalismo elegante y la sofisticación de los detalles. Amalia y Alexia muestran cómo la moda juvenil puede transitar hacia la adultez real, adoptando tendencias contemporáneas sin perder la solemnidad que requiere un acto de Estado.
La combinación de marcas internacionales de lujo, como Taller Marmo, con guiños a la moda española más accesible, como Zara y Castañer, moldea el estilo de las princesas.
Este año, Amalia y Alexia han dejado claro que ahora su estilo es otro y no nos puede gustar más.