Esta semana, los ojos de los amantes del cine y la moda están puestos en Venecia con motivo de su prestigiosa muestra de cine, un evento que, desde 1932, reúne a estrellas de todo el mundo. Pero en su alfombra roja no solo brillan las figuras del séptimo arte; también modelos, cantantes, influencers e incluso royals y aristócratas, que nos deslumbran con sus impresionantes looks. Si hay algo que nos gusta más que analizar una red carpet actual es echar la vista atrás para recordar estilismos pasados e inspirarnos (o sorprendernos) con las tendencias que nos gustaban entonces. Está claro que hay diseños que envejecen mejor que otros; por eso, muchas celebrities prefieren apostar por la atemporalidad en eventos importantes, pero a nosotras nos encanta que arriesguen. Son precisamente esas elecciones más atrevidas las que marcan un antes y un después, y las que siguen dando que hablar pasados los años. Nos referimos, en este caso, a Beatrice Borromeo en la premiere de El diablo viste de Prada hace 19 años.
Era 7 de septiembre de 2006 y se estrenaba una de nuestras películas favoritas. Un auténtico éxito de taquilla que mostraba los entresijos del mundo de la moda de una manera cómica y emotiva a la vez, el cual que llegó a convertirse en un icono popular (recordemos que actualmente se está rodando la segunda parte y la expectación es absoluta). Una de las primeras en sumergirse en el mundo de la ficticia revista Runway y descubrir a los personajes de Andy Sachs y Miranda Priestly fue Beatrice Borromeo. Antes de conocer a Pierre Casiraghi, con quien contraería matrimonio en 2015, la italiana era conocida por su destacada carrera como periodista de investigación y su activismo social, además de su linaje aristocrático, motivos que le consiguieron una invitación a este icónico certamen.
Una cita de cine
Beatrice no pudo tener un mejor acompañante para el evento, puesto que llegó del brazo del icónico Valentino Garavani. El diseñador cuenta con un cameo famoso en la película, cuando el personaje de Meryl Streep asiste a un desfile de su marca en París. A pesar de que muchos directores de firmas evitaron aparecer como ellos mismos en esta ficción, él accedió a participar y, no solo eso, sino que también acudió al estreno, demostrando su apoyo al equipo.
Además, como no podía ser de otra manera, fue el encargado de crear el imponente look que escogió la aristócrata para desfilar por la alfombra roja. Beatrice se convirtió en una auténtica Cenicienta moderna gracias a un vestido blanco de escote palabra de honor confeccionado en un elegante tejido satinado que incorporaba estratégicos detalles plisados para realzar la figura, así como un adorno en cascada de abalorios negros que caían hasta la cadera. De ahí partía una impresionante falda con cola de volantes texturizados en clave bicolor que, sin duda, atrapó todas las miradas de la prensa y generó numerosos titulares aquella noche. Para compensar esta creación tan impactante y cederle todo el protagonismo, abogó por la sutileza en cuestiones de belleza, dejando su melena rubia suelta, peinada muy natural y raya al lado.
La relación de Beatrice con Valentino viene de lejos, ya que sus abuelos Marta y Umberto Marzotto eran los dueños del grupo textil Marzotto, al que perteneció la firma italiana durante unos años. Por otra parte, el idilio estilístico entre la periodista y el diseñador es tal que, nueve años después de este recordado posado sobre la alfombra roja, él crearía sus looks para la boda civil con el hijo de Carlota Casiraghi.
Los looks de Meryl Streep y Anne Hathaway
Aquella noche Beatrice consiguió incluso eclipsar a las protagonistas de la película, quienes, curiosamente, también apostaron por el blanco impoluto para sus looks. Meryl escogió un traje de chaqueta y falda que combinó con una blusa transparente de detalles de encaje y salones clásicos en tono nude. Por su parte, Anne se vistió de novia con un romántico diseño asimétrico de inspiración griega que incorporaba fajín a la cintura y una flor en relieve sobre el hombro, de donde partía una pequeña capa.