Crecieron en la dehesa, entre aromas de jara y romero, y el bramido de los toros acunándolas. Porque Casilda y Berenguela son hijas del ganadero Samuel Flores —primogénito del prestigioso criador de reses bravas del mismo nombre— y de Olga Payá. Tienen 20 y 19 años, respectivamente, y, como a cualquier chica de su edad, les encanta la moda, especialmente a Casilda, que estudia Fashion Business, en el instituto Marangoni de Londres. Como a su hermana pequeña, que el año pasado empezó Ingeniería Agrónoma en la Politécnica de Madrid, lo que más le gusta es la naturaleza y montar a caballo. De casta les viene...
© Chesco López—Casilda, ¿desde cuándo te interesa la moda?
—Desde muy pequeña. Recuerdo una Navidad en la que mis padres me regalaron el cuaderno Top Model, que trae siluetas de maniquíes para que tú diseñes la ropa encima. Me pasaba horas dibujando y diseñando "looks". Aún conservo esos dibujos y me dan mucha nostalgia. Me siento muy afortunada de tener la oportunidad de formarme y construir un futuro en algo que me apasiona.
—¿Tu sueño profesional?
—Me encantaría poder emprender mi propia marca en el futuro, una que combine creatividad con mis valores. Más allá del diseño en sí, me interesa trabajar con materiales sostenibles y entender en profundidad todo el proceso de construcción de una prenda.
—¿A qué diseñadores admiras?
—A Gabriela Hearst, por cómo integra sostenibilidad con lujo.
Casilda tiene 20 años y estudia Fashion Business en el instituto Marangoni de Londres; Berenguela, de 19, empezó el año pasado la carrera de Ingeniería Agrónoma en Madrid
© Chesco López—Berenguela, en tu caso, ¿la tradición ganadera de tu familia fue la que marcó tu decisión?
—Sí, desde pequeña he estado muy vinculada al campo, lo he vivido de cerca y es una parte muy importante de mi día a día. Crecer en ese entorno despertó en mí un gran interés por el mundo agrícola, y con el tiempo supe que quería formarme profesionalmente en ese ámbito.
—¿A qué te gustaría dedicarte?
—Mi sueño sería tener mi propia empresa dedicada al sector agropecuario. Creo que el campo tiene un potencial inmenso y que las nuevas generaciones podemos aportar innovación sin perder la tradición y la esencia de nuestras raíces.
—¿También te gusta la moda? ¿Sueles seguir las tendencias?
—Me gusta mucho la moda, es una forma creativa de poder expresarse. No me obsesionan las tendencias, aunque me interesa estar al tanto de todas. Me quedo con aquello que encaja con mi estilo y que me haga sentir cómoda.
—¿Y cómo describiríais vuestro estilo?
—BERENGUELA: Definiría mi estilo como clásico, pero dándole siempre un toque original. Mis abuelas me regalan muchas prendas vintage, son únicas; las uso a diario y las combino según la ocasión.
—CASILDA: En Madrid llevo un estilo más clásico y tradicional. Sin embargo, en Londres me permito explorar más, probar cosas distintas. Me gusta mezclar básicos con piezas de temporada y darle un giro más moderno.
© Chesco López"Mi abuela Isabel (Santos-Suárez) es para mí un icono de estilo, me inspiro mucho en ella", admite Berenguela
—¿A quién consideráis un icono de estilo?
—B: A mi abuela paterna, Isabel (Santos-Suárez). Me inspiro mucho en su estilo, ya que solemos tener los mismos gustos.
—¿Y quién es vuestro referente en la vida?
—B: Mi abuela materna, Margarita (Catarineu).
—C: Para mí son mis padres y mis abuelos. Nos han enseñado con el ejemplo lo que significa el esfuerzo, la humildad y el amor por la familia. Son nuestro mayor ejemplo y apoyo.
—¿Cómo describiríais vuestra relación de hermanas?
—B: Aunque a veces choquemos en ciertos aspectos, como en toda relación de hermanos, somos mejores amigas. Nos llevamos solamente once meses y nuestra relación es súper cercana. Compartimos grupos de amigos y salimos casi siempre juntas a todos lados.
—C: Tenemos una relación muy especial. Prácticamente hemos crecido como si fuésemos gemelas. En Madrid hacemos absolutamente todo juntas, y ahora que vivo fuera la echo muchísimo de menos.
"En Madrid llevo un estilo más clásico y tradicional. Sin embargo, en Londres me permito explorar más, probar cosas distintas", comenta Casilda
© Chesco López—¿Qué aficiones tenéis?
—B: En invierno, mis aficiones vienen determinadas por el campo: me encanta montar a caballo, pasear con los perros y la naturaleza. En verano, disfruto mucho del mar y de navegar. En los últimos años me he aficionado también a la fotografía, me la inculcó mi padre.
—C: Pintar, leer, montar a caballo, hacer "hikes" y viajar.
—¿Cuál es vuestro plan favorito de verano?
—De pequeñas, nuestro plan favorito era el campamento de verano que se organizaba en el campo: campamento El Palomar. Fue una tradición familiar que marcó nuestra infancia y juventud. Lo esperábamos con emoción todo el año. Aparte del campamento, nuestras vacaciones se dividen entre Palma de Mallorca y Cabo de Palos, dos sitios que amamos por igual, aunque ofrecen experiencias muy distintas.
—¿Qué planes os gusta hacer juntas?
—B: Lo que más me gusta hacer con Casilda es viajar. Ahora que ella está en Londres estudiando, aprovecho para ir a visitarla siempre que puedo.
—C: Salir con amigas, ir al campo, pasear a caballo, y sobre todo hablar, ponernos al día, aunque hablemos a diario por mensaje. Estar juntas siempre es un plan en sí mismo.
© Chesco López"Nuestros padres y nuestros abuelos son nuestro mayor ejemplo y apoyo. Nos han enseñado lo que significa el esfuerzo, la humildad y el amor por la familia"
—¿Qué os gusta leer?
—C: En mi caso, intento leer mucho sobre psicología. Siempre me ha parecido fascinante entender cómo funciona el cerebro, por qué reaccionamos de ciertas maneras o cómo influyen nuestras experiencias pasadas en nuestra forma de ver el mundo. Me ayuda a empatizar mejor con los demás, a comprender que cada persona vive y siente de forma distinta según su historia.
—¿Qué valores os han inculcado en casa, vuestros padres y vuestros abuelos?
—B: De mi madre hemos aprendido la dedicación a la familia, la educación en todos los aspectos, los principios y la solidaridad. De mi padre, la paciencia, el saber disculparse, el cariño, el trabajo y la entrega. Por otra parte, mis abuelos nos han inculcado la prudencia, los valores religiosos, el sacrificio y la tolerancia.
© Chesco López—¿Qué es lo que más echáis de menos cuando estáis fuera de casa?
—B: Estudié todo Bachillerato en Inglaterra, en Bath y lo que más eché de menos durante ese tiempo fue, sin duda, el campo. También pasar tiempo con mi familia y amigos, aunque me viniesen a visitar y hablase diariamente con ellos.
—C: Desde que vivo fuera, lo que más echo de menos es a mi familia. Me cuesta no poder compartir el día a día con mis padres y mis hermanos, aunque hablamos a diario, no es lo mismo que tenerlos cerca. Por eso, cuando vuelvo a Madrid, lo único que me apetece es estar en casa, disfrutar de los momentos sencillos en familia, sin planes complicados. Lo bueno de la distancia es que te hace valorar más esos momentos, y cada reencuentro se vuelve algo especial. Aprovechas el tiempo de otra manera, con más conciencia y con mucho más cariño.
