Lo ha vuelto a conseguir. La infanta Sofía sigue brillando como nunca en sus posados en familia, con un estilo que le diferencia, que la hace destacar y que muestra fuerte personalidad. Así, lo hemos podido ver durante sus vacaciones en Mallorca, donde no solo ha participado en planes improvisados como ir al cine o una de las exposiciones más visitadas, sino también haciendo historia al debutar en un acto oficial al que nunca había ido. Sin embargo, su nueva fórmula de interpretar la moda con gran beneficio propio no es nueva pues su revolución silenciosa comenzó durante las actividades que enmarcaron los Premios Princesa de Girona el pasado mes de julio.
Marcó la diferencia al visitar la exposición de Joan Miró
El 5 de agosto, al caer la tarde, los reyes de España y sus hijas quisieron visitar personalmente la exposición Paysage Miró en Palma, ciudad en la que el artista Joan Miró vivió y trabajó durante décadas. Para la ocasión, la infanta Sofía, sumamente acertada con su look, supo marcar la diferencia a través de cuidados detalles que le alejaban de las elecciones de su madre y su hermana.
En concreto, dos matices le hicieron destacar más allá de evitar llevar joyería; seña de identidad que, salvo contadas ocasiones, se salta, como hizo en Cataluña el pasado mes cuando recuperó el anillo de Karen Hallam de la reina Letizia. En cita cultural de Palma de Mallorca, la infanta Sofía no solo evitó llevar el pelo suelto como su madre y la princesa Leonor (despejó los mechones de la cara con finas trenzas que recorrían su cabeza), sino que prefirió llevar sandalias, en el lugar de alpargatas. De hecho, tomó prestadas del armario de la primogénita de la familia el modelo Guantino (97 euros) en marrón de la colección Papanatas de la firma de calzado Eli 1957. Completando su look, la benjamina recuperó el vestido estampado Arles de Babbaki, que justo había llevado un año antes; y estrenó un artesanal bolso bandolera de croché, de Deco Etxe.
En color rosa y estampado tie-dye para destacar
Por otro lado, la misma revolución silenciosa consiguió en el Palacio de Marivent a las 21:00 horas del lunes 4 de agosto. Esa noche, la infanta Sofía, al igual que la princesa Leonor, debutaba en la recepción a las autoridades de las Islas Baleares y una representación de la sociedad balear.
Lo más destacado es que la infanta Sofía llamaba la atención en las fotos familiares al decantarse por una gama cromática más fuerte visualmente hablando. Y es que, en concreto, quiso estrenar un vestido en tonalidades vibrantes de rosa que se conjugaban mediante un transgresor y de actualidad acabado tie-dye, es decir, desteñido. Este diseño de satén, cuello a la caja, sin mangas y largo midi es de Zara y, actualmente, está agotado, aunque llegó a tener una suculenta rebaja de precio (39,95 5,99 euros). Para combinarlo, recuperó sus sandalias Saura de Macarena (80 72 euros).
Adopta la sobriedad en su propio beneficio
En la tarde del 31 de julio, y de sorpresa, la reina Letizia acudió junto a sus hijas al cine Rívoli Aficine de Palma de Mallorca. La razón: ver el documental En un lugar de la mente, que cuenta con José Corbacho y Catalina Solivellas como guionistas.
Para este plan, la infanta Sofía no recurrió a llamativos colores para marcar la diferencia, sino todo lo contrario. Y es que la benjamina de la familia vistió de negro, en total look, y evitó estampados, prendas texturizadas o mezclas de colores que sí definían la imagen de su madre y hermana. Junto con unas nuevas sandalias planas y con tiras negras, estrenó un vestido de cintura ceñida, cuello redondo, espalda descubierta y bajo midi con calados, de Mango (23 euros). Además, en su caso, no quiso llevar bolso.