¡Noche de glamour en Mónaco! Hoy el principado se viste de gala para acoger uno de sus eventos sociales más destacados del año, el baile de la Cruz Roja, que preside, año tras año, Alberto II. Junto a él, asiste habitualmente su mujer, Charlene, pero también otros miembros de la familia, que deslumbran con sus impecables estilismos. Uno de los más destacados esta edición ha sido el de Camille Gottlieb, no solo por su innegable elegancia, sino por el emotivo guiño que esconde a su abuela Grace Kelly.
La hija menor de Estefanía de Mónaco, que cumple 27 años dentro de tres días, ha brillado con un vestidazo creado en exclusiva para ella por la firma italiana Elisabetta Franchi. Como ella misma ha explicado a la prensa francesa, ha querido rendir homenaje a la inolvidable princesa recreando uno de sus looks más emblemáticos. El resultado es un diseño de cuerpo entallado negro que deja los hombros al descubierto y se ciñe a la cintura, de donde parte una falda de tul blanca. Incorpora unos impresionantes bordados metalizados que crean el efecto de un fajín.
Para terminar de emular el característico glamour de la época dorada de Hollywood, ha recogido su melena rubia en un moño bajo con raya al medio y mechones sueltos enmarcando el rostro. Ha completado el estilismo con una gargantilla de diamantes rematada por una piedra en forma de lágrima y pendientes colgantes a juego.
Un look que hizo historia en el cine
Como es conocido mundialmente, antes de su matrimonio con Raniero III de Mónaco, Grace Kelly fue una reconocida figura del séptimo arte en Hollywood, llegando a conseguir un premio Oscar. En 1954 trabajó junto al famoso director Alfred Hitchcock en La ventana indiscreta, película en la que lució un vestido bicolor muy fiel a la moda de la época diseñado por Edith Head, una de las figuras más influyentes del diseño de vestuario en la historia del cine. A día de hoy, esta pieza sigue inspirando a numerosos diseñadores, y no son pocas las veces en las que rostros conocidos han querido versionarlo, no solo miembros de la familia real monegasca, sino también de otras casas reales, como Meghan Markle.
Se trata de un modelo de cuerpo negro ajustado con escote en V y una falda de tul blanca, salpicada sutilmente con apliques de encaje y bordados florales, en silueta evasé como marcaba la tendencia por aquel entonces. Grace lo llevaba con dos accesorios muy característicos de la estética de los 50: un collar de perlas y los clásicos guantes largos, sello distintivo de la elegancia de los años 50.