La segunda jornada de la Alta Costura de París ha comenzado con apenas 18 °C, nubes bajas y un viento que pide alguna que otra capa. Esta temperatura, tan agradable como un café a media mañana, ha favorecido la entrada al Grand Palais Éphémère. A las 10 en punto, las invitadas han ido llegando al esperado desfile de Chanel. Y entre ellas, Penélope Cruz, embajadora de la marca desde 2018.
La actriz española ha lucido un traje de tweed con chaqueta y pantalón, una oda moderna al look emblemático de la casa francesa. Como curiosidad, este icónico tejido lo introdujo Coco Chanel (en prendas femeninas) a partir de 1924, inspirada por las chaquetas masculinas de tweed del Duque de Westminster. Penélope ha elegido un look bicolor en blanco y negro, bordado con hilos metalizados, estilo que que Karl Lagerfeld popularizó, y unas perlas que adornan el ribete de la chaqueta. Estas sustituyen a la reconocida cadena de oro que, desde su relanzamiento en 1954, incluían los trajes de Chanel (cosida en el dobladillo para garantizar que la chaqueta cayera perfectamente). Como complemento, no podía faltar el bolso 11.12 de Chanel.
Entre las invitadas, también hemos podido ver a Carlota Casiraghi (impecable, con un look clásico en color azul), Sofia Coppola, Keira Kightley, Marion Cotillard, Kirsten Dunst, Gracie Abrams, Anna Wintour o Caroline de Maigret. Todas han confirmado la inspiración clásica que la maison propone en este desfile: tweed, siluetas con volumen, plumas y gran cantidad de detalles poéticos. Una esencia cinematográfica y romántica que enlaza el presente con la magnificencia de tiempos pasados.
Carlota Casiraghi, impecable de azul en la Alta Costura de Chanel
La hija de Carolina de Mónaco no se pierde los desfiles de la casa francesa, de la que es embajadora desde 2020. En esta ocasión ha elegido un traje de tweed en color azul, con chaqueta estructurada y minifalda. Un look muy femenino que completa con unas bailarinas de charol y un bolso a juego. Fiel a su estilo sencillo, femenino y atemporal.
Gracie Abrams, de blanco y con look etéreo
La cantante británica Gracie Abrams, ya habitual en los círculos más selectos de la moda y cada vez más cercana a la maison, ha apostado esta vez por un minivestido blanco de tirantes, con volantes en el bajo que aportan un aire romántico, etéreo y muy femenino. El diseño, delicado pero con personalidad, evoca ese estilo effortless que tan bien define la nueva generación de musas Chanel.
Marion Cotillard, al puro estilo francés
La actriz Marion Cotillard, embajadora de Chanel y referente absoluto del cine francés, ha reafirmado su elegancia con un vestido de tweed azul con hilos matelizados, sin mangas y con efecto dos piezas. Lo ha acompañado con melena suelta y maquillaje suave: una presencia effortless y 100 % Cotillard.
Kirsten Dunst, favorecida con un look 'total black'
Discreta pero siempre impecable, Kirsten Dunst ha apostado por el negro absoluto en su reaparición en el front row de Chanel. La actriz, que se mueve con soltura entre el cine independiente y las grandes superproducciones, ha elegido un look con pantalón de traje y top ajustado.
Caroline de Maigret, una mezcla de androginia y refinamiento
Caroline de Maigret, encarnación del chic parisino y embajadora de Chanel desde hace años, ha vuelto a demostrar que la elegancia sin esfuerzo no es un mito. Con su habitual mezcla de androginia y refinamiento, ha optado por un traje blanco de líneas limpias. Sin apenas accesorios, con la melena suelta y su porte inconfundible, reinterpreta el power suit con el desenfado que la ha convertido en musa no solo de la maison, sino de toda una generación.
Keira Knightley, fiel a su estilo
Presencia infrecuente pero siempre celebrada en el universo Chanel, la actriz británica ha reaparecido en el front row con un vestido largo en blanco y negro, con cuello halter y delicados volantes en cascada. El contraste cromático, sutil y clásico, remite a la estética en blanco y negro que Gabrielle Chanel convirtió en símbolo de elegancia atemporal.
Sofia Coppola, muy bien acompañada
La eterna musa discreta de Chanel, ha vuelto a demostrar que su vínculo con la maison va mucho más allá del front row. La directora ha asistido al desfile de Alta Costura acompañada de sus hijas, Romy y Cosima, con la misma elegancia silenciosa que caracteriza tanto su cine como su estilo. En esta ocasión, su presencia tenía un doble significado: además de ocupar su lugar como invitada ilustre, Coppola ha sido la directora artística del Bal d’Été en el Museo de Artes Decorativas, un evento con tintes cinematográficos que ella misma imaginó como una prolongación onírica del universo Chanel.