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Comenzó en los 90, cuando apenas tenía 16 años, y ahora, con 51 años, sigue siendo un auténtico icono de la moda no solo británica, sino mundial: Kate Moss no necesita presentación. La supermodelo continúa siendo una de las figuras más relevantes del sector, protagonizando campañas y acudiendo a los eventos más destacados, siempre fiel al estilo bohemio, desenfadado y con toques grunge que le caracteriza (y que tantas veces hemos intentado imitar). Sin embargo, aunque cuente con una imagen muy marcada, de vez en cuando sorprende con looks que se salen de esa estética, como ocurrió ayer en un acto en Londres.
© Getty ImagesKate asistió a una cita organizada por una firma de medicina estética en la capital británica, en el que coincidió con su fundadora, Lucy Goff, y Sabrina Elba. En ella, sorprendió por dos motivos inusuales en ella. El primero, que asistió sin una gota de maquillaje: ni base, ni su habitual colorete en tonos tierra o su máscara de pestañas. Apostó por la simplicidad más absoluta, demostrando que tiene mejor piel que muchas mujeres de 20 años menos.
Igualmente, lució su emblemática melena rubia suelta y con un aspecto muy desenfadado. Aunque siempre suele apostar por peinados muy relajados, normalmente lleva ondas rotas y deshechas a conciencia, mientras que esta vez parece que dejó el cabello totalmente al natural.
© Getty ImagesAdemás, llamó la atención también el conjunto elegido, puesto que dejó de lado sus prendas fetiche, como los taconazos, botas altas, minivestidos, micro shorts o chaquetas de cuero en favor de una combinación mucho más básica. Se decantó por unos vaqueros azules de corte recto a los que sumó una camisa de estampado celestial con lunas y estrellas, bajo la que llevaba un top lencero con detalles de encaje en el escote.
Como zapatos, unas inesperadas bailarinas negras, calzado de pura tendencia pero que no es nada habitual en su armario, puesto que, en caso de querer ir plana, suele preferir las sandalias o botines.
© Getty Images
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