La familia Preysler ha vuelto a reunirse por un motivo muy especial: el bautizo de Martín, el hijo pequeño de Ana Boyer y Fernando Verdasco.
Tras la ceremonia oficiada en la capilla de los Misioneros de la Sagrada Familia, la casa de Isabel Preysler se convertía, una vez más, en el escenario perfecto para una merienda íntima, con la que el matrimonio quiso celebrar este momento tan importante para su pequeño, que, sin duda, fue el gran protagonista de la ocasión.
Martín, que cumplió un añito el pasado 24 de abril, sorprendió a todos los invitados con su perfecto look, muy moderno, que rompía con la tradición (y el clásico faldón).
Como explica Ana a ¡HOLA!: “Martín era más mayor de lo que me habría gustado en el momento de la celebración, así que no me encajaba ponerle la típica ropa de bautizo, puesto que ya anda y todo”.
Con la ayuda de su estilista, Cristina Reyes, gran amiga de la familia, logró encontrar “algo más adaptado a su edad”: una ranita sin mangas, de bebé, de color marfil, de Coconut El Corte Inglés.
De corte clásico y confeccionada en algodón de color marfil, la prenda tiene cuello redondo, botones en la espalda y en la parte del pañal; y destaca por un delicado bordado y tres jaretas en la parte frontal.
Si Martín fue ideal, sus hermanos, Mateo y Miguel tampoco se quedaron atrás. Los pequeños, que iban a juego, llevaban una camisa blanca, de cuello mao, en color blanco, que combinaron con una bermuda de lino con fajín, de un tono azulado verdoso. En cuanto al calzado, se pusieron unos mocasines antifaz serraje, beige, muy cómodos e ideales para esta época del año, en la que ya hace mucho más calor. Todo, también, de la firma Coconut El Corte Inglés.
“Me gusta que haya podido ser en verano, en vez de en invierno”, nos comentaba Ana, porque, de esta manera, tanto ellos como sus familiares, “han podido disfrutar del buen tiempo y hacerlo en el exterior. Sus hermanos se bautizaron en diciembre y hacía muchísimo frío”.
Además, en un sitio tan importante para ella como Miraflores. “Nos encanta reunirnos aquí cada vez que venimos de Catar. Yo he crecido en esta casa, así que adoro volver cada vez que puedo. Y Tamara vive tan cerca que viene constantemente”. De hecho, su hermana fue una de las madrinas de Martín junto a su mejor amiga, Lucía, cumpliendo -esta vez sí- con su tradición de que cada uno de sus hijos tenga una madrina.