Amelia y Eliza Spencer se suman al minivestido con el que Diana de Gales desafiaba el protocolo

A Amelia y Eliza Spencer les ocurre como a su hermana, Kitty: no pueden negar que son sobrinas de la inolvidable Diana de Gales. Estas gemelas, hijas de Charles Spencer y la exmodelo Victoria Lockwood, han heredado tanto el cabello rubio como los grandes ojos azules de su tía, pero también la elegancia y la pasión por la moda. Tan solo tenían 5 años cuando falleció su famosísima tía, y su padre quiso que tanto ellas como sus hermanos crecieran fuera del exagerado foco mediático que existía en esa época en torno a todo lo relacionado con los Spencer, por lo que se mudaron a Ciudad del Cabo buscando el anonimato. Ahora, a punto de cumplir 33 años, están establecidas en Londres de nuevo, y es habitual verlas asistir a los eventos más exclusivos no solo en Gran Bretaña, sino a nivel mundial -de hecho, hace nada acapararon todos los focos a su paso por el Festival de Cannes-. Este fin de semana han acudido a disfrutar de la Copa de Polo de la Reina en el Guards Polo Club en Windsor (Berkshire), institución fundada, por cierto, por Felipe de Edimburgo

De Isabel II a Kate Middleton, Meghan Markle y, por supuesto, Diana de Gales. No es raro ver a las mujeres de la realeza británica disfrutar de este deporte desde las gradas, donde nos dejan siempre looks para el recuerdo. En esta ocasión, Amelia y Eliza han elegido un básico estiloso, atemporal e ideal para verano que también encantaba a su tía: el minivestido blanco.

Es verdad que no se trata de la elección más rompedora ni la más original, pero está claro que siempre funciona. El color blanco es para verano, especialmente si, como a estas hermanas, te ha dado tiempo ya a tomar un poco el sol y presumir de piel bronceada. Aunque estamos acostumbradas a verlas enfundadas en diseños escotados de largas colas o decorados a base de lentejuelas, pedrería, tul y encaje, esta vez han preferido apostar por una imagen mucho más sencilla, natural y fresca, ideal para una cita de día como a la que acudían.

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Dos versiones de un mismo diseño

Amelia y Eliza adoran combinar sus estilismos siempre que acuden a un acto público, sin repetir looks idénticos, pero siempre muy parecidos o que se complementen a la perfección, y esta vez no ha sido diferente. Como decíamos, el dresscode que se han autoimpuesto las hermanas ha sido el del minivestido blanco, eligiendo dos prendas muy similares pero con detalles que las diferencian.

Amelia ha escogido la sencillez más absoluta con una pieza de líneas depuradas y corte chaleco, sin mangas, con escote en 'V', silueta ceñida, bolsillos laterales y cierre mediante una hilera de botones frontal. Lo ha acompañado de un bolsito a tono de efecto cocodrilo con asas multiposición, así como con unos zapatos destalonados de 'escote' cuadrado'.

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Por su parte, Eliza ha lucido un modelo de silueta muy similar -quizás con algo más de vuelo en la falda- confeccionado en un tejido de algodón estilo denim teñido de blanco, el cual incorporaba solapas en el escote y botones metalizados como los que suelen llevar los vaqueros. Como su hermana, ha rematado con un bolso de piel texturizada, en su caso en un tono beis que generaba un ligero contraste. Como calzado, ha elegido unas altas cuñas de esparto doradas con pulsera al tobillo. 

Joyas con conexión real

Caben destacar también dos auténticas joyas en su muñeca, ambas firmadas por Cartier, firma patrocinadora del evento, y que conectan directamente con la realeza británica. Una es el reloj Tank, que tenía Diana de Gales y que también posee Meghan Markle desde antes de conocer al príncipe Harry. La otra, el brazalete Love en oro, que adora la duquesa de Sussex hasta el punto de que lo lleva en prácticamente todas sus apariciones públicas tanto del día a día como de noche.

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El legado de Diana

Están a punto de cumplirse 28 años desde el fatal accidente en el que falleció y, sin embargo, Diana de Gales sigue siendo un auténtico icono en numerosos ámbitos; el de la moda es, indiscutiblemente, uno de ellos. La Princesa adoraba innovar con sus estilismos, siempre consiguió sumarse a las últimas tendencias sin alejarse de su sello personal y, lo más difícil, adaptarlo al protocolo que se esperaba en una persona de su rango. 

Los minivestidos también tenían cabida en su armario, de hecho, los adoraba, y en más de una ocasión la vimos enfundada en diseños blancos de corte entallado por encima de la rodilla como los que han lucido sus sobrinas. Para darles un aire sofisticado, elegía prendas sencillas sin estridencias en las que predominaran las líneas minimalistas y les sumaba accesorios como perlas o salones de tacón clásico.