Durante la temporada de primavera, Andalucía atrapa las miradas del resto de España -y también a nivel internacional, o si no que se lo digan a los Reyes de los Países Bajos-, gracias a sus siempre coloridas, alegres, y vibrantes ferias, celebraciones que nos dejan siempre estilismos de lo más impactantes. Tras el turno de la Feria de Abril de Sevilla, la de Jerez y la de Córdoba, entre otras, le ha llegado el turno a la romería de El Rocío, una festividad religiosa que, aunque bebe de las mismas referencias flamencas, cuenta con sus propios códigos estéticos. Una vez más, la provincia de Huelva ha reunido a numerosas figuras conocidas, entre ellas, Manuela Villena, primera dama de Andalucía, quien ha vuelto a convertirse en la mejor embajadora de la moda patria con dos lookazos que son pura inspiración para asistentes a esta cita.
Un vestidazo azul firmado por Lourdes Montes
La politóloga, mujer de Juanma Moreno Bonilla, ha asistido este fin de semana a disfrutar de la festividad almonteña junto a su marido y amigos como el diseñador Fabio Encinar, haciendo gala de su elegancia y reafirmando la riqueza cultural y estilística de nuestros eventos. En su caso, esta vez ha apostado por dos estilismos clásicos de flamenca, pero aportando toques de tendencia y detalles de lo más especiales. El sábado se decantó por un conjunto de Mi abril, firma especializada en este tipo de looks creada por Lourdes Montes y Rocío Terry, la cual, además de vestir a ambas diseñadoras y a Manuela, ha creado los looks de otros rostros conocidos, como Victoria de Marichalar, quien quiso rendir homenaje a su madre, la infanta Elena.
Manuela estuvo recibiendo a las hermandades en su presentación a la puerta de la ermita de El Rocío. En este momento tan especial, optó por un vestido de lino, un tipo de tejido natural que resulta ideal para esta cita, puesto que ayuda a combatir las altas temperaturas, en tono azul pastel, decorado con cintas de terciopelo a contraste y lunares negros. Se trata de una pieza de manga larga acampanada y falda ajustada hasta la zona inferior de la cadera, donde se ensancha para aportar movimiento.
Lo combinó con un mantoncillo joya a tono con el diseño y decorado con espectaculares bordados florales embellecidos mediante pequeños abalorios, así como con accesorios de marfil de Baron Terry y claveles rojos y crudos de Lina Sevilla que aportaban una nota diferente de color. A sus pies, el calzado de feria por excelencia: las alpargatas de cuña, que suman centímetros y estilizan la silueta sin renunciar a la comodidad, puesto que permiten caminar sin problema por distintos terrenos, incluido el albero.
Malva y rojo para su segundo estilismo
El domingo volvió a vestirse de flamenca, y, de nuevo, confió en los tonos pastel, que parecen ser su tendencia preferida este año. Este segundo estilismo era obra de Rocío Peralta, otra de las firmas andaluzas más emblemáticas, en la que han confiado este año desde Marta Lozano y Teresa Andrés hasta Eugenia Martínez de Irujo, Nieves Álvarez o Sofía Palazuelo y sus dos hijas.
Se trataba de una pieza de lino malva con lunares negros adornada con pasacintas y tiras bordadas que difería también del vestido anterior en la silueta, ya que, en lugar de ser tan ceñida al cuerpo, contaba con una falda tradicional de nesgas, es decir, con más vuelo y movimiento desde la cintura. Además, agregaba detalles de volantes en mangas y bajo. Esta vez quiso aportar mayor contraste mediante los complementos, por lo que remató con unos pendientes rojos en clave XL, así como flores y mantoncillo a juego, siendo este último una delicada pieza de artesanía bordada con motivos multicolor.
En ambas jornadas optó por el mismo peinado, uno de los más repetidos entre las expertas que asisten a este tipo de eventos por su elegancia, comodidad y estilo: el moño de bailarina. En su caso, llevó su melena rubia en un recogido trenzado con raya ligeramente lateral que dejaba su rostro despejado. En cuanto al maquillaje, encontró el punto intermedio perfecto entre la luminosidad propia de una cita de día y la sofisticación que requiere esta festividad, dándole protagonismo a la mirada mediante ahumados en tonos tierra.