Bolsos 'made in Spain' para chicas que buscan diseños con vocación de icono

Descubrimos la historia de Caladan, una firma que nació para acompañar con sus modelos a las más exigentes

por Hola para Caladan
Caladan

Si eres aficionada a la ciencia ficción es posible que sepas que el nombre Caladan viene de la novela Dune, una de las obras más conocidas de este género. Fue escrita por Frank Herbert y adaptada al cine por David Lynch. En ambos universos -el literario y el cinematográfico- es posible descubrir que Caladan es un planeta cuya superficie está cubierta sobre todo de agua y, como bien apunta Kathrin Wetzel, este elemento es fundamental para la vida. Por eso cuando Kathrin creó su propia firma de bolsos, pensados para sacarles el máximo partido y facilitar la vida de quien los utilizara, le vino a la cabeza este nombre. Una declaración de intenciones para una línea que, en realidad, nació como fruto de una casualidad. Como viajera habitual, Kathrin se sentía constantemente frustrada por no encontrar un bolso de viaje cómodo y llevadero en el que poder transportar todo lo que necesitaba. Hasta que un día, rebuscando en el desván junto a su hija, descubrió una maleta de piel antigua que decidió restaurar. Ese fue el preámbulo de Caladan.

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"En nuestros diseños para viajar priman el confort y el espacio, queremos ser prácticos a la hora de guardar nuestras pertenencias. También tenemos otros modelos que combinan elegancia y utilidad como el Rome y London, pensados para el día a día en la oficina, o el modelo Stockohlm, para la compra en el mercado", apunta la creadora de la firma. Todos sus modelos reúnen, además otras características que los convierten en piezas únicas: siempre buscan diseños sencillos, clásicos, permanentes en el tiempo y de calidad. Para asegurar esta última, Kathrin tuvo claro desde el principio que todas sus piezas debían fabricarse en España.

"Optamos por el made in Spain, en primer lugar, por la gran calidad de la artesanía de la piel en España, tiene una larga tradición. Al fabricar de manera artesanal conseguimos modelos únicos. No nos interesan los procesos industriales que abaratan costes en detrimento de la calidad de las condiciones laborales de los trabajadores", añade. Confeccionan sus bolsos en diferentes talleres repartidos en toda la geografía española, dependiendo del producto que se trate, aunque el más importante se encuentra al sur del país. En ellos trabajan fundamentalmente la piel, un material que llena buena parte de los bolsos de la firma y con el que tratan de asegurar la perdurabilidad de los diseños, convirtiéndolos en esa herencia que se transmite de generación en generación. "Para nosotros la piel es un material muy especial, queremos que nuestros bolsos sean objetos con valor personal, que las personas se identifiquen con ellos y les den su propia impronta".

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Es ese toque personal el que, asegura Kathrin, hace único los diseños. Tal vez por eso ella trata de inspirar sus creaciones en los lugares que ha recorrido a lo largo de sus viajes. Una condición que queda patente en algunos de los modelos de la firma como Palma, London, Rome o Stockholm, creaciones que beben directamente del espíritu de cada ciudad. El resultado son propuestas que traducen la sencillez de sus edificios en bolsos de espíritu minimalista, o que adaptan la magnificencia de sus monumentos en siluetas clásicas y atemporales. Pero no solo hay lugares, también personas. Philip, Lia, Benjamín, Amy o Juan se cuelan en su imaginario para ofrecer accesorios que, como cada uno de ellos, aspiran a ser únicos y tan esenciales para la vida como el agua.