Gracias a películas como El Lobo de Wall Street – o más recientemente, Escuadrón suicida, donde interpretó a la villana Harley Quinn-, Margot Robbie ha conseguido labrarse una prolífica carrera en la que su esfuerzo está siendo recompensado a través de múltiples trabajos cinematográficos que verán la luz a lo largo de este año y del siguiente.
La actriz australiana se encuentra rodando actualmente el biopic histórico basado en la vida de María Estuardo (Reina de Francia y legítima heredera al trono británico) y la lucha de poder que mantuvo con su prima, Isabel I de Inglaterra, en Mary, Queen of Scots ("María, reina de los escoceses"). Sin embargo, en su 'tiempo libre’ Margot debe seguir atendiendo sus compromisos profesionales. En este sentido, la actriz reaparecía la noche del pasado miércoles en Londres para presentar su último trabajo cinematográfico, Goodbye Christopher Robin. Una película centrada en la vida del escritor británico que dio vida en los años 20 al clásico osito Winnie the Pooh y que Robbie coprotagoniza junto al irlandés Domhnall Gleeson.
Para la ocasión, Robbie apostó por un maravilloso vestido blanco con estampados florales y con un toque muy ‘chic’ propio de la campiña francesa. Confeccionado en seda y algodón, de manga corta abullonada, escote corazón y caída hasta los pies, el diseño forma parte de la colección primavera – verano 2017 de la firma Brock Collection. Aunque en la página web de la firma no se encuentra disponible el modelo ‘Doda Orchid’, en distintos portales de venta online, como Moda Operandi, puede adquirirse a un precio de 2.520 euros.
Con él, Margot Robbie estaba realmente radiante. Sin embargo, la actriz no dejó al azar ningún detalle de su look. En lo que respecta a su pelo, la australiana lució su melena por encima del hombro con un peinado lateral de ‘efecto wet’ que dejaba a la vista unos llamativos pendientes de diamantes y oro blanco formados por tres margaritas que caían en cascada de la casa de joyas británica Asprey.
En cuanto al maquillaje, destaca especialmente la mirada de la actriz. Los estilistas de Robbie arriesgaron al apostar por unas sombras de color amarillo intenso en la zona del párpado móvil, y otras de un tono anaranjado en la cuenca del ojo. Una opción atrevida y poco vista en las alfombras rojas con la que, sin embargo, Margot Robbie ha conseguido el visto bueno de la crítica.
