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Tipos muy distintos

Los galgos son una de las razas de perro más cruzadas, por eso encontramos tantas familias dentro de este mismo tipo de perro. Originalmente se les denomina “lebreles”, lo que aglutina a los perros que tienen una constitución física similar en cuanto a su dotación para las carreras, altura, largura y tipo de orejas. Sin embargo, cada cruce ha ido a desembocar en diferentes particularidades físicas que, en ocasiones, se alejan mucho del galgo tradicional que tenemos en mente cuando nos referimos a esta raza.

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Galgo afgano

Una de las mayores sorpresas cuando nos paramos a contemplar los distintos tipos de galgos es apreciar cómo se ven con pelo, o mejor dicho: con mucho pelo. El galgo afgano es un perro muy peculiar, porque aúna la complexión delgada y ágil de los galgos convencionales con un pelaje muy estilizado que le dota de una presencia inigualable. Son perros que durante siglos fueron utilizados para la caza de la realeza, pues se diferencian de cualquier otra raza en su nobleza y elegancia y a la vez son capaces de correr y atrapar a las presas a gran velocidad. Sin embargo, el galgo afgano tiene la desdicha de ser considerado la raza de perro menos inteligente, según el ranking elaborado por el Dr. Stanley Coren, este galgo ocupa el puesto 79, el último de todas las razas evaluadas, por lo que se estima que es un perro con poca memoria, pocas facultades para resolver problemas y con un carácter que en ciertas ocasiones puede resultar impredecible.

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Galgo ruso

Otro galgo que se diferencia notablemente por su pelaje es el galgo ruso, a diferencia del afgano tiene el pelo suficiente como para desmarcarse de la idea común que tenemos de los galgos y sin embargo resultar ágil. También se ha considerado por la nobleza como un perro próximo a la aristocracia, por sus rasgos finos y definidos. Además, se estima que este tipo de galgo demuestra una gran valentía, lo que no hace sino subrayar su elegancia. Como bien apunta su nombre, este tipo de galgo procede de Rusia, por lo que su anatomía está plenamente adaptada a los ambientes fríos y, por el contrario, el calor le produce problemas de salud.

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Galgo escocés

Sin duda este tipo de galgo es uno de nuestros favoritos, su apariencia es muy original y rompe completamente con la imagen que podríamos tener de los galgos clásicos. Su pelaje hace que la cabeza del galgo escocés sea más propia de otro tipo de perros sin esta complexión. Como verás, se trata de un pelo perfecto para entornos fríos y húmedos. No en vano, el galgo escocés es muy similar al galgo irlandés, en ambos entornos la temperatura y humedad es similar, ambos tienen en su haber orígenes celtas aunque las entidades que evalúan la procedencia de las razas de perro siempre apuntaron a que este tipo de galgo también podría haber iniciado su estirpe entre los fenicios, en Oriente Próximo.

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Galgo azawakh

Aquello que más llama la atención de los galgos cuando no se trata del tipo más común es su cara, que nos puede dar reminiscencias de otro tipo de perros a raíz de los cruces a los que fueron sometidos. Cuando miramos a un galgo azawakh podemos tener la sensación de que se trata de un cruce de un galgo con teckel (perro salchicha) por la forma de su cara, el tipo de piel y las largas orejas, sin embargo no mantienen vínculos evidentes, pero sí una procedencia geográfica similar. El galgo azawakh viene de áfrica, su piel y pelaje están preparados para soportar altísimas temperaturas. Este tipo de galgo no entró en Europa hasta bien avanzado el siglo XX, permaneció protegido por los Tuareg, y no fue hasta la donación de un ejemplar a un médico europeo a finales de los 70 que esta raza comenzó a verse en el viejo continente.

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Galgo español

Esta raza nos es muy familiar, junto al galgo inglés es uno de los tipos que más podemos ver en España. En este caso se estima que procede de una rama relacionada con el podenco ibicenco, como se puede observar por cierta similitud entre sus cabezas. Si en algo destaca el galgo español, a diferencia de la mayoría de los galgos de otros tipos, es que su socialidad está muy acentuada, son perros muy amigables, divertidos y cercanos, perfectos para la vida en familia e incluso con niños (siempre que no sean muy pequeños).

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Galgo italiano

El galgo italiano se diferencia de otros en dos cuestiones evidentes: es mucho más pequeño que un galgo habitual, y sus ojos son algo más grandes, lo que le confiere un rasgo de personalidad muy llamativo. Lo cierto es que este tipo de galgo procede de un cruce entre los galgos ingleses y la raza whippet, también procedente de Inglaterra. Son perros elegantes y esbeltos, sin embargo éste al resultar como cruce de ambas presenta serios problemas de salud, pues su tamaño es debido a cierto enanismo, además de que su fertilidad está lastrada por los atavismos genéticos del cruce. Sin embargo, se trata de un galgo muy amigable, curioso y sociable.

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Galgo inglés

Llegamos a un tipo de galgo muy clásico y representativo, la imagen misma que nos viene a la cabeza cuando pensamos en galgos, al que se denomina también como “greyhound”. Sin embargo, pese a su porte inglés, su origen inicial se considera proveniente de Egipto, pues ya en las pirámides de los faraones se encuentran representaciones de este tipo concreto de perro. Por otro lado, también se estima que guarda una relación directa con el galgo español, a simple vista es muy difícil diferenciarlos. Una forma inequívoca de diferenciarlo es haciéndole un análisis de sangre, el galgo inglés tiene una peculiaridad en su sangre: tiene muchos glóbulos rojos, y pocos blancos.

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Galgo whippet

Resulta muy cruel reconocerlo, pero esta raza de galgo se cruzó con la única intención de disponer de un galgo para hogares pequeños, donde no cabría un galgo de las dimensiones habituales. El whippet es un perro mucho más pequeño pero que hereda las características morfológicas principales del greyhound. Durante muchas décadas se popularizó en Reino Unido y se convirtió en un perro perfecto tanto para los hogares de las urbes como para el campo. Entre sus peculiaridades destaca que es capaz de alzar las orejas y de mantenerlas erguidas en forma triangular, casi como un zorro.

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Lobero irlandés

Si antes te gustó la apariencia del  galgo escocés, te presentamos este otro tipo de galgo de origen celta, fruto del cruce de las razas wolfhound y deerhound. Sus orejas son muy pequeñas, la cola muy larga y destaca notablemente por su pelaje y su cara peluda, que le confiere una personalidad muy diferente al común de los galgos. Sin embargo, hay otra peculiaridad: son perros muy altos. Se utilizaron durante décadas para el pastoreo, porque eran capaces de correr y mantener una altura suficiente para otear el espacio por encima del rebaño, por eso se llamaron “loberos”, pues protegían a los rebaños de los lobos.

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