Ayuda a que tu gato viaje tranquilo en coche

Los trayectos en carretera probablemente sean las experiencias más estresantes que puede vivir un gato, pues no pueden escapar y se ven envueltos en un entorno en movimiento, con olores extraños y ruidos indescifrables.

Por David Navarro

Si has viajado con tu gato en coche probablemente sepas que se trata de una situación bastante compleja en la que tu mascota se sentirá incómoda y probablemente te genere a ti el suficiente estrés y molestia como para reconsiderar volver a viajar en coche con él nunca más. 

Sin embargo, debes tener en cuenta que el único problema en esta situación es la falta de seguridad: tu gato no se siente cómodo porque se trata de un entorno que sabe que escapa completamente a su control porque, además, experimenta una serie de estímulos que le desestabilizan: los sonidos, los olores y el movimiento.

Ten cuenta, por tanto, que la raíz del problema se podría revertir dándole al gato la cobertura que necesita: asegurar su experiencia y hacer que se sienta cómodo. Los gatos son animales de costumbres y sentir que tienen el control de la situación es básico para sentirse cómodos.

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Más espacio, menos estrés

La normativa de tráfico pide que el gato esté en un transportín si viaja en coche, por la seguridad del conductor y de los demás pasajeros. Sin embargo, si tu gato ya se ha mostrado intranquilo en otras ocasiones puedes barajar utilizar un transportín mayor. Cuanto más espacio para moverse, más sensación de control tendrá. Si tiene espacio suficiente podrá incluso jugar y tener juguetes dentro. Piensa que a nadie le gustaría entrar en un espacio pequeño en el que no permite el movimiento, y menos si la situación ya genera estrés de por sí.

Además, los juguetes que le incluyas en el transportín podrían tener comida, existen modelos de juguetes que permiten dosificar alimentos mediante unas válvulas y así generar un refuerzo positivo al juego y, por tanto, a la situación. Mientras que el gato juega el mecanismo expulsa comida, y así se distrae, porque quiere seguir jugando apelando a sus instintos cazadores.

Sin embargo, si tu gato no está acostumbrado a moverse en coche, podría marearse. Ten en cuenta que darle de comer en pleno viaje puede tener un efecto secundario desagradable: que el gato se maree aún más y que incluso llegue a vomitar. En todo caso, no se recomienda que los gatos se alimenten con este tipo de alimentos “de recreo” más allá del 10% de su dieta diaria.

De forma general, para evitar vómitos, se recomienda que la última ingesta relevante del gato sea por lo menos tres horas antes de emprender el viaje en carretera. Además, recuerda hacer paradas de vez en cuando para darle de beber.

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Tú tienes la llave de su tranquilidad

Tu voz es un bálsamo para tu gato, prueba a hablarle con un tono dulce y que manifieste seguridad y cariño. Los gatos son muy receptivos a la voz humana, de hecho, su maullido es único en el reino animal, estos felinos desarrollan un tono de “voz” específico para comunicarse con los humanos, porque llegan a reconocer la intensidad de nuestra voz hasta el punto de querer imitarla. Háblale con calma, trata de que asimile que estás a su lado, que cuenta con tu apoyo y que nada malo le sucederá.

Los gatos suelen apreciar el contacto humano en situaciones de estrés, especialmente en su cabeza, lomo y mejillas. Prueba a realizarle un masaje en estas zonas utilizando las yemas de tus dedos y con la máxima suavidad. Hazlo antes de subir al coche y una vez dentro, con unos minutos bastará.

Para que el gato no se maree y pierda la noción de que está en un coche transportándose a gran velocidad, es preferible que el transportín esté en la zona inferior del vehículo, lejos de la visión de las ventanillas. Por otro lado, ten en cuenta que su transportín no esté directamente situado frente a una salida de calefacción o ventilación, que podrían generarle incomodidad y trasladarle malos olores.

Una ayuda extra

Si tu gato no se tranquiliza con ninguna acción de las anteriores, siempre puedes recurrir a sustancias tranquilizantes. Una buena opción son los sprays de feromonas químicas, que son una copia que imita las feromonas que generan los gatos de forma natural y que les sirve para calmarse de forma natural e instintiva. Para aplicarlo sólo tienes que pulverizar el coche una hora antes del viaje, hazlo también cuando inicies el trayecto en la zona más cercana al transportín.

También existe la opción de utilizar las Flores de Bach. Se trata de unos preparados de esencias de flores a base de soluciones de brandy y agua. Se llaman así porque este tipo de preparados artesanales los desarrolló originalmente Edward Bach, un científico que creó unos preparados a base de flores basándose en ciertas percepciones de medicina alternativa. Para humanos se ha demostrado que son placebos, sin embargo, por el origen natural de estos preparados, y por su olor tranquilizante e inocuo, pueden resultar positivas para que tu gato se tranquilice en el viaje en carretera.

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