El Papa Francisco

Sagitario, 17 diciembre 1936, 21 horas, Buenos Aires, Argentina

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Originario de una familia de creencias católicas asentada en el barrio porteño de Flores, es el mayor de los cinco hijos que tuvieron el italiano Mario José Bergoglio, contador, empleado en el ferrocarril, y la argentina Regina María Sívori, ama de casa. En la actualidad solo viven él y su hermana María Elena Bergoglio. Finalizó su etapa como estudiante en la escuela secundaria industrial Escuela Nacional de Educación Técnica Nº 27 Hipólito Yrigoyen, por la que obtuvo el graduado en técnica química. De joven tuvo una enfermedad que lo llevó al quirófano, donde le extirparían un fragmento de un pulmón, algo que no ha supuesto ningún obstáculo a su salud en los años transcurridos desde entonces.
Con 21 años, en 1957, decide dedicar su vida al sacerdocio, motivo por el que ingresa en el seminario del barrio Villa Devoto en calidad de novicio para la Compañía de Jesús. Sus estudios como seminarista finalizarían en el Seminario Jesuita de Santiago de Chile, donde mostró un hondo interés por las Ciencias Clásicas, además de instruirse en historia, literatura, latín y griego. A los 33 años alcanza el sacerdocio, tras lo cual ejerce durante un tiempo de profesor en Teología y se alza como provincial de los jesuitas argentinos entre 1973 y 1979. Es nombrado obispo titular de Oca en mayo de 1992 y apenas seis años después, cuando muere su predecesor, consigue el arzobispado, con lo que también se convertiría en primado de la Argentina.
Ha formado parte de numerosas e importantes organizaciones religiosas desde entonces y fue nombrado cardenal por Juan Pablo II el 21 de febrero de 2001.
Elegido para el papado por los miembros del Colegio Cardenalicio el 13 de marzo de 2013, tras dos días de cónclave y cinco votaciones, es el papa nº 266. Es el primer papa en la historia de origen americano, el primero de habla hispana desde Alejandro VI, que falleció en 1503, y el primero no europeo desde que en el 741 muriese Gregorio III, de origen sirio. Esta afición por ser el primero en todo se hace extensible a su orden, la Compañía de Jesús, que nunca había visto a uno de los suyos al frente de la Iglesia Católica. Ha presidido la Conferencia Episcopal Argentina durante dos mandatos y, cuando el estatuto de los nuevos mandatos le impidió ocupar el puesto por tercera vez, se hizo con el arzobispado de la arquidiócesis de Santa Fe de la Vera Cruz. El papa Francisco, nombre que eligió en memoria de Francisco de Asís, domina el latín, el italiano, el alemán, el francés y el inglés, además de su español natal.

Su Carta Astral

Sagitario, con una conjunción Sol-Júpiter, además, ha nacido para el éxito, la suerte o el poder. Con una gran autoconfianza, ambicioso, paternalista y con un profundo sentimiento de autoridad, es la carta de un intelectual con un claro espíritu proselitista y evangelizador. Y ahí tiene un punto a favor para la importante tarea pendiente que tiene la Iglesia Católica en todo el mundo.
Su Luna en Acuario le da necesidad de cercanía, de contactar de manera amistosa y desenfadada con todo tipo de personas, sea cual sea su condición. Tiene una permanente necesidad de libertad, de no sentirse restringido e incluso de ser diferente a los demás, y sorprenderá rompiendo protocolos o haciendo cosas fuera de lo común.
Su conjunción Luna-Venus le dará un carácter de formas amables, suave, incluso con una gran timidez y necesidad de reclusión. Sin embargo, eso no merma sus profundas convicciones.