Hablar de Xandra Falcó es hablar de una forma muy personal de entender el vino. Después de muchos años colaborando con su padre, Carlos Falcó, en la bodega Marqués de Griñón, decidió emprender su propio camino y, junto a Sierra Cantabria y los hermanos Eguren, fundó su propia marca: XF Sierra Cantabria.
Su bodega une tradición y modernidad con una mezcla de alegría y elegancia que la hace inconfundible. Entre los viñedos de Páganos, con alma riojana y barricas que atesoran los secretos del tiempo, Xandra ha creado un universo donde cada detalle cuenta tanto como el sabor de un buen vino.
Visitamos su bodega en la que nos invita a disfrutar sin prisa y con todos los sentidos despiertos. Inspirados por esa filosofía, reunimos las claves que te ayudarán a parecer un auténtico experto en el arte de la cata.
Guía en ocho pasos:
1. Tiempo de vendimia
El principio del otoño suele coincidir con la recogida de la uva, el momento más importante del año para cualquier bodeguero. “Si te invitan a vendimiar, recuerda que los racimos se cortan por el raspón -la parte vegetal que sujeta las uvas- con tijera o corvillo, y deben llegar frescos y sin aplastarse a la bodega. Por eso se suele hacer pronto por la mañana y con cajas pequeñas”, explica Xandra Falcó, bodeguera y presidenta de Círculo Fortuny.
2. Un día entre vides
Aunque el ambiente se sienta festivo -y, en el fondo, lo sea-, la vendimia también es un momento de duro trabajo. “Lleva siempre ropa cómoda y de colores oscuros. Al cortar los racimos es muy probable que te manches con las uvas, ¡y las manchas de uvas tintas son dificilísimas de quitar!”, prosigue. Zapato cómodo con suela de goma -la tierra de los viñedos suele tener piedra- y sombrero para el sol son otros dos imprescindibles.
3. Hora de la verdad
Si quieres hacerlo como un entendido “el protocolo de la cata tiene tres fases: la visual, la olfativa, y la gustativa. En la visual valoramos el color, ahí se ve si es joven o tiene bodega, o el tipo de uva; en la olfativa descartamos sobre todo la posibilidad de defectos, como lo que habitualmente llamamos corcho, y apreciamos los aromas; y en la última se buscan matices, equilibrio, textura y permanencia”, sigue ella.
4. ¡Chinchín!
No es una moda: las copas tienen que ser grandes para permitir que el vino respire y muestre su carácter. Cuanto más serio el vino, más grande la copa. Y recuerda sostenerla siempre por el tallo, ¡nadie quiere un vino caliente! Por otro lado, si estás sentado y quieres mover el vino, hazlo sin levantar la copa de la mesa. Evitarás salpicar al de enfrente y parecerás más “pro”.
5. En una cata
En una cata profesional, escupir no es de mala educación: es señal de que estás tomándotelo en serio y por eso colocan discretas escupideras ante cada participante. El agua y el pan son también grandes aliados durante la “faena”: no se trata de llenar el estómago, sino de limpiar el paladar. El pan neutro y el agua son el arma secreta de todo sumiller. No lo es, en cambio, el queso, que puede funcionar muy bien con algunos vinos, pero arruinar otros
6. Maridaje perfecto
“Para mí lo más importante es elegir un vino acorde a la ocasión y el estilo de comida que vayamos a compartir. Si es un almuerzo sencillo de tapas o un arroz en verano, busco vinos amables, quizá con una crianza más corta, como un buen rosado.
Si la ocasión es más importante y la cocina también, busco vinos complejos y añejos”, sigue Xandra. Si tienes dudas, apuesta por un vino de la misma región que la comida y recuerda: lo que crece junto, va bien junto.
7. ¿Todo bien?
Todos hemos vivido con pánico el momento en el que el sumiller te da a probar un vino y tienes que decidir para toda la mesa si está bien o no. Pero no te preocupes, es fácil percibir si está picado o corked -con corcho-, los dos fallos que se supone que debes buscar en esa prueba: si huele a vinagre, o incluso a disolvente, sin duda está picado. Si lo pruebas, además, estará agrio. En cambio, si huele y sabe a humedad, se tratará de un defecto.
8. La última gota
Nunca apures el último trago, como si del café de la mañana se tratase, y no temas rematar varias botellas iguales que queden sobre la mesa en tu copa. Por otra parte, al elegante gesto de terminar una botella para disfrutar de un último brindis antes de partir, los franceses lo llaman coup de l’étrier. Un brindis, en definitiva, por el buen rato “juntos”. “Lo más importante es disfrutar del vino, que nos dé placer sin complicarnos más de la cuenta; igual que cuando escuchamos música”, concluye Xandra.