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cómo portarte como un millonario© Getty Images

Lecciones de etiqueta: aprende a comportarte como un elegante millonario en un hotel de lujo

De cómo hacer el 'check-in' a elegir mesa en un restaurante


1 de agosto de 2025 - 14:07 CEST

Cómo haces el “check-in”, pides una toalla o eliges mesa en el restaurante dice más de ti de loque podrías imaginar. Por ello, preguntamos a expertos como el interiorista Lorenzo Castilloo la “socialite” Inés de Cominges qué pequeñas cosas creen que marcan la diferencia. Porque el verdadero lujo en un “resort” no lo marcan las estrellas, si no el saber estar de sus clientes

1. la llegada

Es un secreto a voces entre el personal de los hoteles: los mejores clientes llegan discretos, no arrastran su equipaje por el hall y no esperan a que se les pida la documentación en el mostrador... En su reserva, además, suele figurar alguna nota con algún requisito, como que la habitación esté alejada de las zonas comunes. “Saludar correctamente al portero y señalar nuestro equipaje al botones, así como no entrar con gafas de sol con la mirada al frente -cual Kardashian- creo que son clave”, apunta Lorenzo Castillo.

Media Image© Getty Images

2. Estancia a medida

Los afortunados que han estado en incontables hoteles de lujo tienen claro cómo quieren las cosas. No se conforman con la almohada que hay, ni mucho menos con la oferta del bufet del desayuno... No tengas nunca miedo de consultar si existen alternativas a tu gusto. ¿Un truco de experto? “Apréndete el nombre de tres trabajadores clave y dirígete siempre a ellos con la máxima educación. ¡La amabilidad mueve montañas!”, dice Inés de Cominges.

3. Con planificación

Si quieres parecer alguien importante -y que te traten como tal-, organiza todas las reservas de tu estancia -restaurantes, masajes, clases de yoga...- el día de tu llegada de forma eficiente y a través de tu asistente o secretario. No es necesario tener uno para hacerlo. ¿Acaso no tenía un asistente falso para gestionar sus contratos Hugh Grant? Tú también puedes y la gente te tomará más en serio. 

4. Hora de cenar 

“La cena del primer día es el momento de testar al chef y servicio, así que nos dejaremos aconsejar sobre los platos y vinos de la zona. Mostrar interés es siempre una señal de educación y sensibilidad”, sigue Lorenzo. ¡Y ojo al dress code! Nada de deportivas, pantalones cortos o flip flops...

5. Siempre presentable

Aunque parezca algo muy básico, cabe destacar que jamás debes ir en traje de baño por las instalaciones del hotel, nada de presumir de cuerpo por las zonas comunes. Tampoco coger tú mismo la toalla o dejarla después hecha un churro en cualquier lugar. Y por supuesto, evita usar las chanclas de cortesía. ¿Cómo vas a cambiar tus Oran de Hermès por unas gratuitas?  

CON CALMA
No te pongas nervioso, ¡y jamás grites! Si el hotel ha cometido algún error, respira hondo y hazlo saber por escrito, y con toda la pompa correspondiente, a quien corresponda© Getty Images
No te pongas nervioso, ¡y jamás grites! Si el hotel ha cometido algún error, respira hondo y hazlo saber por escrito, y con toda la pompa correspondiente, a quien corresponda

6. En la habitación

“Suena obvio, pero nada de poner maletas o zapatos encima de una mesa, y menos aún de un mueble tapizado, o dejar el carrito del room service en mitad del cuarto de un día para otro o, peor aún, en la puerta del cuarto sin avisar a recepción”, dice Lorenzo. Un hotel de lujo es un lugar destinado al placer y al disfrute de los sentidos y no haremos nada que rompa ese equilibrio de paz y belleza.

7. Trato personal

Raramente escucharás a un cliente habituado al lujo hablar de spa: ellos han reservado con “Paula” o “Joaquín”. Siempre tienen un terapeuta de cabecera al que, si eres alguien, sin duda debes conocer. Tampoco se plantearán apuntarse a ninguna actividad o excursión grupal: pregunta por las experiencias más personalizadas. “Y si vas con amigos, intentad no ser muy ruidosos. ¡A mí es algo que siempre me cuesta!”, 

8. Check-out

No olvides dejar una nota de agradecimiento escrita a mano para la gente que se encarga de tu habitación; una nota corta y con caligrafía elegante: “Siempre digo que hay que dejar las habitaciones como si fuesen las de tu casa... Nada da peor imagen que una habitación hecha un desastre. Y también es importante llevar preparadas cantidades en efectivo que discretamente daremos de un modo imperceptible a los que nos han asistido”, concluye Lorenzo.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.