Hay una cita ineludible en el Bois de Boulogne de París para todos los amantes del arte. El imponente edificio de la Fundación Louis Vuitton de Frank Gehry, con sus alas de vidrio traslúcido desplegadas al viento, alberga hasta el día 1 de septiembre la mayor exposición jamás realizada al artista David Hockney (1937, Bradford, Inglaterra): David Hockney, 25- Recuerda que no pueden cancelar la primavera. Esta frase era un mensaje que Hockney enviaba con un ramo de narcisos a sus amigos durante la pandemia. Era un mensaje de esperanza.
Esta antológica exhibición cuenta con más de 400 obras distribuidas por las once salas del edificio. La exposición, de una magnitud inédita, abarca los últimos 25 años del trabajo creativo del artista británico, pero también podrán verse sus obras emblemáticas en la planta baja del museo. David Hockney es uno de los artistas británicos más relevantes e influyentes de nuestro tiempo. Su obra desvela una personalidad vitalista y carismática. Disciplinado con su trabajo y polifacético, su curiosidad le sirve de motor para experimentar todo tipo de técnicas artísticas. Sin dejar atrás los nuevos avances, este artista de casi 88 años, siempre ha estado en la vanguardia, experimentando con nuevos formatos y tecnologías, como herramientas modernas de una prolífica creatividad, como son sus obras digitales creadas con el iPad, fotografía o videoinstalaciones.
“Recuerda que no pueden cancelar la primavera”. Era el mensaje que Hockney enviaba con un ramo de narcisos a sus amigos durante la pandemia
Libre y auténtico, ha sido uno de los artistas de la contracultura, mostrando abiertamente su homosexualidad a través de sus dibujos y pinturas en los años 60, en una Inglaterra que la despenalizó parcialmente en 1967, y a la que le quedaba todavía un largo recorrido para que fuera completa. Sociable y con un gran sentido del humor británico, elegante y provocador, culto y lúcido, este incansable e insaciable artista ha producido una fértil y deslumbrante carrera, celebrando la vida cada día. Hockney conoció el éxito desde muy joven, exponiendo su obra tempranamente, siendo todavía estudiante.
Sociable y con un gran sentido del humor británico, es un creador culto, elegante y provocador
Fue uno de los miembros más relevantes del movimiento Pop británico que, a diferencia del Pop americano, reflejaba una técnica de mayor calidad y sustancia pictórica y mucho más vivaz y diverso. Los artistas pop americanos, como su amigo Andy Warhol, eran más pragmáticos, inspirados en la publicidad y la cultura de masas y con un arte más frío. Estas diferencias artísticas no fueron impedimento para que surgiera una mutua admiración. La relación entre estos dos artistas se gestó desde el primer encuentro, en el que Warhol de pintar por primera vez en su vida, y se planteó abandonar. Lo haría durante meses. Posteriormente vendió la casa repleta de recuerdos donde se produjo la tragedia.
La amistad con Warhol se gestó desde el primer encuentro; este le abriría las puertas de su fascinante y amplio mundo en unos años 60 y 70 en plena efervescencia creativa
Hockney consiguió canalizar el dolor a través de una etapa creativa más introspectiva en la que realizaría la serie de 82 retratos de personas cercanas sentadas en la misma silla color mostaza y con fondo azul. También volvió a la naturaleza, poderosa fuente de inspiración para Hockney.
Con una visión y un estilo muy personales, sus vibrantes paisajes eran, y aún son, una reinterpretación de la naturaleza muy original. Su destreza en el uso del color, la luz y la perspectiva, era pura energía visual, pura emoción. Esa destreza con el color se intensificaría debido a la sinestesia que padece, por la que el estímulo de las melodías musicales le produciría sensaciones visuales de color. Hockney consiguió así transformar el duelo en una pintura renovada y luminosa.