El Ikigai, la filosofía japonesa que te enseña a vivir más años, se ha convertido en una de las corrientes que más adeptos ha encontrado alrededor de todo el mundo. Son varios los libros y manuales que se han escrito sobre los principios de este estilo de vida, que se basa en buscar tu razón de ser y tu lugar en el mundo. Una bonita motivación para levantarte cada mañana con una sonrisa y las pilas cargadas que puedes complementar con la rutina de 7 pasos para ser más felizSin embargo, existen otros conceptos y filosofías procedentes del país oriental, quizá menos populares pero igual de útiles en una situación como la que nos ha tocado vivir. Hoy, nos vamos a centrar en uno de ellos, el Gaman, y las 5 claves que debes tener en cuenta para ponerlo en práctica. 

Vinculada a las raíces del budismo, esta palabra hace referencia a la capacidad de enfrentarse, con paciencia y dignidad, a los diferentes contratiempos u obstáculos que la vida te presente. Sin embargo, lejos de tratarse de una cuestión individualista, el gaman implica una preocupación global por quienes nos rodean. Mantener una actitud comprensiva y tener en cuenta los problemas y las necesidades de los demas, tratando de no resultar nosotras mismas una carga y reprimiento nuestros deseos más egoístas, a pesar de las dificultades que se nos presenten. Una actitud que no solo se aplica a catástofres y situaciones tan excepcionales como la que, precisamente, nos ha tocado vivir, sino que también puede ponerse en práctica en momentos tan cotidianos como asistir a una reunión en la que no te sientes cómoda o atender una llamada telefónica que no te produce agrado. 

Para aplicarlo en tu día a día, solo necesitas poner en práctica las 5 claves que conforman esta filosofía: 

1- Autocontrol: no desesperar, dominar las propias emociones y dejar que sea la parte racional de tu cerebro quien tome el control.

2- Paciencia: es, con toda probabilidad, una de las habilidades más difíciles de desarrollar si no estás acostumbrada a hacerlo. Especialmente teniendo en cuenta el ritmo frenético al que nos movemos hoy en día. Para conseguirlo, puedes practicar algunas ténicas recomendadas por los profesionales tales como centrarte en el momento presente, escuchar atentamente, asumir que no tienes una capacidad de control total sobre las cosas o evitar preocuparte por las cosas que no controlas y ocuparte de ellas cuando tienes la oportunidad. 

3- Resistencia: fomentar tu capacidad de resisitir en los momentos más complicados.

4- Resiliencia: esta palabra hace referencia a tu habilidad para aceptar de manera positiva las circunstancias y acontecimientos negativos tales como la muerte de un familiar. Algo que exige hacer acopio de toda tu fortaleza interior. 

5- Capacidad de superación: cada día, trata de hacer algo que te ayude a sentirte un poco mejor. Ya sea completar una actividad que tenías pendiente o enfrascarte en una tarea que te ayude a distraerte.