Entramos en el Palacio de Arbaizenea, el lugar donde se ha refugiado Genoveva
Tras la polémica, ha puesto rumbo a San Sebastián, tal y como publicamos, en exclusiva, en ¡HOLA!
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Pocas horas después de conocerse la noticia de sus fotos con Federico de Dinamarca, el pasado martes 7 de julio, Genoveva Casanova dejaba Madrid. Desde entonces su paradero había sido el centro de chats, tertulias y redacciones: ni en Inglaterra con sus hijos, ni en México, ni en Sevilla… ¡HOLA! descubre el lugar donde ha buscado refugio en medio de la tormenta mediática. Se trata del palacio de Arbaizenea, en San Sebastián, que Cayetano Martínez de Irujo, su exmarido, heredó de su madre, Cayetana de Alba. La duquesa nos abría las puertas de la fantástica propiedad por primera vez en 2009 y la mostraba en nuestras páginas. “Me trae muchos recuerdos de mi primer matrimonio. Era la casa de mi suegro y, cuando éste murió, se la dejó a Luis. Siempre me gustó mucho venir aquí con mis cuñados. San Sebastián era entonces mucho más alegre”, recordaba.
El palacio, desde el que se divisa la bahía de la Concha, fue edificado en 1881 por orden del duque de Sotomayor, don Carlos Martínez de Irujo y del Alcázar, bisabuelo del duque de Arjona con un diseño que, originariamente, buscaba ofrecer un ambiente exótico y tranquilo, alejado del bullicio de la ciudad. El sitio perfecto para descansar y recargar pilas. Y eso es lo que Genoveva ha hecho en uno de los momentos más difíciles de su vida, como también se refugió allí tras el infarto pulmonar que sufrió el pasado verano y del que aún se está recuperando. Aunque Cayetano Martínez de Irujo y la mexicana se separaron hace dieciséis años, su relación es excelente y nunca ha habido impedimento para que ella disfrutara de este privilegiado entorno con 2 hectáreas de frondosos jardines (llegó a tener hasta 14), escenario también de algunas celebraciones familiares como la puesta de largo de los mellizos del exmatrimonio, Luis y Amina.
El tono rojizo de la fachada contrasta con el verde de la hiedra y ese es sin duda uno de los elementos característicos de esta edificación, que recuerda a las casas de campo inglesas. La estructura y los elementos ornamentales son de madera y los tejados de pizarra con chimeneas de ladrillo. El edificio apenas ha sufrido cambios desde su construcción en 1881, aunque se añadió una torreta en 1897 con planos del arquitecto José Clemente Osinalde.
Tiene cuatro plantas que suman 480 m2, en el sótano están las cocinas, cuartos de plancha y almacenes y la planta principal se distribuye entre el recibidor, el salón, el comedor, el despacho y la capilla. Del hall central arranca una gran escalera de madera que conduce a la primera planta, donde se encuentran los dormitorios y por una escalera secundaria se accede a la buhardilla. Del interior destacan elementos originales como los altos zócalos pintados, las chimeneas y la tarima de pino tea, y el mobiliario de estilo victoriano y colonial, hace juego con la decoración de estilo inglés y las tapicerías de cretona con flores coordinadas con los papeles pintados diferentes en cada habitación.
Genoveva Casanova nos cuenta cómo está siendo su recuperación tras sufrir un infarto pulmonar
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