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Los problemas de circulación pueden aparecer en cualquier momento de la vida, aunque van aumentando con la edad, y suelen afectar con regularidad a las piernas. Según nos cuenta Nora Cardona González, dietista y profesora de fitness en el Gimnasio Arián de Madrid, sus síntomas son dolor, varices y otras dificultades que disminuyen la calidad de vida de quien la padece. “Normalmente, -nos cuenta la especialista- ocurre por la incapacidad de las venas para realizar el retorno de la sangre al corazón, ya que desde las piernas el peso de la gravedad entorpece el flujo ascendente de la circulación sanguínea. Y esta presión que ejerce la gravedad aumenta con los años y afecta principalmente a las mujeres. Aunque, -añade- podemos padecer de mala circulación tanto hombres como mujeres desde edades muy tempranas.”

Además de caminar 20 minutos al día y seguir una alimentación adecuada, para favorecer el flujo y fortalecer los vasos sanguíneos Nora Cardona nos recomienda realizar los siguientes ejercicios en casa para, en solo unos minutos, mejorar nuestra circulación y aliviar las molestias que esta nos produce.

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Con la espalda apoyada en el suelo, el ejercicio consiste en realizar un simulacro de pedaleo como si estuviésemos montando en bici. Este movimiento, que implica elevar y mover las piernas, favorece la circulación de la sangre, ya que logramos que fluya en dirección contraria a la habitual. Realiza 20 pedaleos con cada pierna en movimientos alternos.

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En la misma posición, estira las piernas por completo de forma que tus talones queden mirando al techo. Coge aire por la nariz y suéltalo por la boca flexionando las rodillas. Este ejercicio, además de favorecer el retorno del flujo sanguíneo, tonifica la musculatura de las piernas. La tonificación es muy importante porque la contracción del músculo ayuda a la limpieza de las venas. Realiza 20 repeticiones.

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Mantén la posición anterior y eleva las piernas separando una de la otra. Desde ahí, crúzalas y vuélvelas a separar hasta hacer 20 repeticiones a cada lado. Alterna el cruce en cada repetición. La ventaja de este ejercicio es que ayuda, por el tipo de movimiento que hay que hacer, a que la sangre retorne a todo el cuerpo, no solo a las piernas.

 

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Tumbada como estás, flexiona una pierna y mantenla quieta a la altura de la cadera. Estira la otra pierna y, con el pie en punta, haz con el tobillo movimientos circulares en ambas direcciones. Haz 20 giros hacia la derecha y 20 hacia la izquierda. Realiza el ejercicio de forma idéntica con la otra pierna. Este movimiento produce un impulso inmediato del flujo sanguíneo.

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Este ejercicio puedes realizarlo sentada y aprovechar aquellos momentos que o bien estés trabajando, o bien en casa viendo la tele. Desde esta posición, realiza flexión y extensión de ambos pies, alternando que la punta y el talón miren hacia arriba. Este movimiento mejora tu circulación aunque no tengas las piernas elevadas. Realiza 20 repeticiones.

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