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Pilar Durán, especialista en anestesiología y reanimación, sobre cómo reaccionar ante una emergencia médica: “La clave está en no improvisar ni hacer maniobras que desconocemos”


La experta nos habla de la importancia de la formación en soporte vital básico para saber cómo actuar cuando alguien tiene un problema de salud grave


mujer con dolor en el pecho, sentada en el sofá© Adobe Stock
21 de octubre de 2025 - 14:00 CEST

En la vida todo puede cambiar en un segundo. Estás en un restaurante abarrotado, en una función de teatro que llega a su clímax, un avión surcando el cielo… y de pronto, el silencio se rompe. Alguien en tu entorno se siente mal. Y el corazón de todos los presentes se acelera. En medio del silencio tenso, se escucha la pregunta que pone los pelos de punta: “¿Hay un médico en la sala?” Parece una situación de película, pero lamentablemente sucede también -más veces de las que creemos- en la vida real. Ante estos casos, a veces, alguien se levanta. Otras veces, no. ¿Y si no hay nadie más? ¿Y si tú eres la única persona que puede hacer algo?

Son situaciones de emergencia ante las que hay que saber cómo actuar, tal y como nos cuenta la Dra. María del Pilar Durán, especialista en anestesiología y reanimación, instructora de soporte vital acreditada por el European Resuscitation Council (ERC) y directora de cursosRCP.com, quien nos ha dado las claves para saber qué es lo que debemos hacer si nos encontramos en este escenario y no hay un profesional sanitario cerca.

Dra. Pilar Durán, médico especialista en Anestesiología y Reanimación, experta en Soporte Vital y directora de CursosRCP.com
Dra. Pilar Durán, médico especialista en Anestesiología y Reanimación, experta en Soporte Vital y directora de CursosRCP.com

La importancia de mantener la calma

Debemos de tener presente, en primer lugar, que en una situación de emergencia, los nervios son nuestro peor enemigo. Son inevitables, pero hay que tratar de controlarlos en la medida de lo posible. “Lo más importante es mantener la calma”, señala la Dra. Durán. “Solo así podremos pensar con claridad y actuar correctamente”. 

La actuación básica ante cualquier emergencia se resume en tres pasos: P.A.S. ¿Qué se esconde tras estas siglas? Proteger, Avisar y Socorrer.

  1. Proteger: la experta apunta que antes de acercarte, asegúrate de que el entorno es seguro tanto para ti como para la víctima. Si hay peligro (tráfico, fuego, electricidad...), no te pongas en riesgo. Una nueva víctima no ayuda a nadie.
  2. Avisar: llama al 112 lo antes posible. Describe con claridad qué ha ocurrido, tu ubicación exacta y el estado de la persona. Es recomendable activar el manos libres para poder seguir las instrucciones del operador mientras permaneces junto a la víctima.
  3. Socorrer: una vez que la zona es segura y has pedido ayuda, atiende a la persona según tus conocimientos. Haz solo aquello que sepas hacer con seguridad.

“La clave está en no improvisar ni hacer maniobras que desconocemos”, advierte la especialista. “Por eso es tan importante la formación en soporte vital básico. Todos deberíamos tenerla”.

Qué hacer en los primeros minutos

La especialista nos comenta que cuando alguien sufre un evento crítico —un infarto, un ictus, una pérdida súbita de consciencia o un accidente— los primeros minutos son decisivos. Hay poco tiempo y es fundamental tener en cuenta que saber cómo actuar puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.

Antes de hacer nada, debemos valorar el estado de la víctima:

  • ¿Responde? Si está consciente, háblale. Pregúntale qué le ocurre y escucha atentamente para poder transmitir esa información a los equipos de emergencia.
  • ¿No responde? Comprueba si respira con normalidad.
    -Si respira, colócala en la posición lateral de seguridad, vigilando que sigue respirando hasta que llegue la ayuda.
    -Si no respira, debes entender que estás ante una parada cardiorrespiratoria. En ese caso, inicia inmediatamente las compresiones torácicas: coloca las manos una sobre otra en el centro del pecho y presiona con fuerza y ritmo, sin parar, hasta que lleguen los servicios de emergencia. Si sabemos dónde hay un desfibrilador, debemos pedir que lo localicen y lo traigan para aplicarlo a la víctima, puesto que resultan de gran utilidad en estas situaciones. Nos ayudará con las maniobras y dará una descarga sólo en los casos que sea necesario.

No debemos mover a la víctima salvo que se encuentre en peligro inminente”, recuerda la Dra. Durán. “Una manipulación inadecuada puede agravar una lesión”.

mujer con dolor en el pecho© Getty Images

Por qué es importante la formación en RCP

Como decíamos, las situaciones críticas pueden cambiar en cuestión de segundos. Por eso, la vigilancia continua de la víctima es esencial mientras llega la ayuda profesional. Pero más allá de la actuación inmediata, hay algo que todos podemos hacer antes de enfrentarnos a una emergencia: formarnos. Es importante tener conocimientos de RCP (Reanimación  Cardio Pulmonar), un procedimiento de emergencia para salvar vidas que se realiza cuando una persona deja de respirar o su corazón deja de latir. Combina compresiones torácicas (masaje cardíaco) y respiración boca a boca.

“Conocer las maniobras de soporte vital básico debería ser algo común en colegios, empresas y espacios públicos”, afirma la Dra. Durán, Directora de cursosRCP.com. “Si más personas supieran cómo reaccionar, se podrían salvar miles de vidas cada año. Todos podemos ser eslabones de la cadena de supervivencia”.

Los expertos insisten en esta idea fundamental y apelan a un sentido de responsabilidad colectiva, pues hoy lo hacemos por otra persona, pero nadie sabe cuándo le tocará estar del otro lado. Y es que las emergencias médicas no avisan y, como decíamos, cuando ocurren, cada segundo cuenta. Todos deberíamos aprender a reconocer una emergencia, pedir ayuda correctamente y realizar compresiones torácicas hasta la llegada de los profesionales. Mantener la calma, seguir la conducta P.A.S. y conocer las maniobras básicas de reanimación son las mejores herramientas que cualquier ciudadano puede tener.

“Actuar a tiempo y con responsabilidad puede marcar la diferencia para la víctima. No se trata sólo de salvar una vida, sino de saber que todos tenemos la capacidad de hacerlo”, concluye la doctora.

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