Si acabas de empezar una relación es probable que la mayoría de tu tiempo lo quieras compartir con tu pareja. Cada vez que tienes un hueco libre te apetece estar con ella y, si ni siquiera lo tienes, haces lo posible por cancelar o postergar una actividad para poder verle y disfrutar de un tiempo juntos. Cuando, en cambio, la relación avanza y decidís empezar una nueva etapa y compartir hogar todo cambia. Dicen que puede ser la consolidación oficial de la relación, pero también que puede provocar el efecto contrario y desembocar en crisis, como hemos podido comprobar en 2020 cuando durante la cuarentena fueron muchas las parejas que decidieron poner punto y final a su convivencia.
El día a día está repleto de tareas que apenas nos ceden tiempo para poder cuidar como nos gustaría de nuestra relación: trabajar o estudiar, la conciliación laboral y familiar, sacar a pasear a los perros, dedicar tiempo a los amigos, hacer recados y labores de la casa, leer un libro o echarse la siesta. El ritmo frenético del siglo XXI nos hace llenar los días de tareas que, sin darnos cuenta, nos llevan a descuidar a la persona con la que compartimos nuestra vida, pero siempre hay pequeñas pautas que se pueden seguir para evitar caer en abandono. De hecho, existe un truco fácil y eficaz capaz de ayudarnos a mantener más vívida la relación y consiste, simplemente, en acostarse juntos a la misma hora.
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Tras realizar todas las tareas diarias, terminar el día en la cama con nuestro mayor cómplice no tiene precio. Es el momento en el que todo está en calma. Los pequeños de la familia duermen, las actividades de nuestra agenda ya están tachadas y no hay ningún estorbo que pueda dificultar vuestra intimidad. Hacer un esfuerzo y pactar acostarse a la misma hora puede mejorar notablemente vuestro estilo de vida, ya que, ese momento de complicidad puede convertirse en el más romántico.
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Beneficios de acostarse a la misma hora que tu pareja
No importa la hora a la que lo hagáis, ni todos los días tiene por qué ser la misma. Tampoco las obligaciones que os queden pendientes, ni lo que suceda una vez que os adentréis en las sábanas de vuestra cama juntos. Que os acostéis a la misma hora no significa que apaguéis la luz para dormir, sino más bien que disfrutéis de un momento compartido. Podéis charlar y contaros qué tal os ha ido el día, ver una película juntos, leer o, aprovechar para tener ese rato íntimo que tantas veces os falta. La conexión entre ambos crecerá y será uno de los pocos momentos en los que realmente podáis estar uno con el otro, dedicándoos esas horas previas antes de conciliar el sueño.
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Está comprobado que las parejas que se acuestan a la misma hora se sienten más cómplices, no solo físicamente, sino también emocionalmente. La llama parece encenderse con mayor frecuencia, pero también la búsqueda de ese cariño y de ese momento de escucha e intercambio de opiniones comienza a convertirse en un momento esencial que recuerda a las citas que teníais antaño. Y aún hay más: ambos dormiréis mejor. No os molestaréis cuando uno llegue a la cama mientras el otro duerme, y estableceréis una rutina común en la que vuestro cuerpo comenzará a tener el mismo intervalo de horas de sueño.
Si eres de esas personas que necesitan la televisión para poder dormir no te preocupes, no importa si la tecnología está en medio, porque el momento Netflix & chill puede ser la oportunidad perfecta para recuperar esa ilusión del principio, o simplemente, para continuar manteniéndola. ¿Recuerdas cuándo antes de vivir juntos quedabais para ver una serie o una película? Pues ahora la noche es el mejor momento para volver a hacerlo. Puede que la solución a todos vuestros problemas comience en el dormitorio.
