Nos estamos enfrentando a una crisis sanitaria sin precedentes. Desde que se decretara el estado de alarma en todo el territorio nacional para afrontar la situación de emergencia por la pandemia del coronavirus o Covid-19, la vida ha cambiado para todos. Además de deber permanecer en nuestras casas, tenemos que enfrentarnos a una etapa que inevitablemente trae consigo una serie de consecuencias negativas en todos los ámbitos. Desde el sanitario hasta el económico y social. En esta situación de miedo, preocupación y, sobre todo, incertidumbre, tenemos que ser fuertes y permanecer más unidos que nunca. La palabra resiliencia, que hace referencia a la capacidad que tiene una persona para superar los obstáculos, cobra una importancia vital en estos momentos y una serie de claves nos pueden ayudar a afrontar la situación desde otro prisma.
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Aprender a reconocer las emociones
Esta crisis también esta suponiendo un reto para nuestra mente, que tiene que aprender a adaptarse a las nuevas circunstancias, y puede estar despertándonos sentimientos, hasta el momento, desconocidos. El miedo es una emoción desagradable, pero saludable, necesaria y adaptativa. No obstante, debemos reconocerlo, aceptarlo, reaccionar y buscar alternativas para que no se convierta en un miedo extremo que desemboque en un bloqueo emocional.
Valorar las noticias positivas
Es nuestro deber mantenernos informados y aceptar la situación. Sin embargo, ante este bombardeo informativo incesante de noticias, debemos prestar atención a fuentes fiables e informaciones contrastadas e ignorar los bulos que habitualmente circulan por las redes sociales. También es importante no quedarse únicamente con los datos negativos y dar valor a los positivos, como puede ser el número de personas que han superado con éxito la enfermedad. Las situaciones complejas no van a durar para siempre y tenemos que tratar de mantener la templanza, así como la perspectiva de las cosas. Hay que celebrar las pequeñas victorias y no estar pendiente constantemente de la pantalla.
Aprender
Esta crisis, que nos obliga a permanecer en casa, no solo es un nuevo desafío para descubrirnos a nosotros mismos, sino también a los demás. Es una oportunidad para acercarnos a los que tenemos más cerca, para convivir con quienes vivimos. Se está generando una sensación de comunidad que se refleja en numerosas acciones que se repiten día tras día, cuando nos prestamos voluntarios para hacer la compra a una persona mayor o cuando salimos a los balcones para aplaudir como reconocimiento de la labor que están realizando los trabajadores para que todos salgamos de esta crisis cuanto antes. Si somos capaces de gestionar adecuadamente la situación, saldremos fortalecidos individualmente y como sociedad.
Cuidarse, física y mentalmente
Descansar, comer bien y realizar ejercicio con regularidad. Son tres puntos importantes para mantener una visión positiva. No debemos ponernos una fecha para volver a la normalidad y estar encerrados en casa no debe ser una excusa para descuidarnos, sino todo lo contrario. Establecer unos horarios, mantener un ritual de higiene, organizar las comidas y dedicar un tiempo al día al deporte es fundamental para una buena salud física y mental.
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