Psicología

Podrías ser aún más creativa, si rompieras estas barreras psicológicas

Una baja autoestima de nosotras mismas y el excesivo valor que le damos, en muchas ocasiones, a la opinión ajena pueden alejarnos de esta fantástica aptitud.

Por Laura Bech

A medida que crecemos solemos ponernos barreras que nos autolimitan. Lo hacemos de una manera muy poco consciente, comenzamos con detalles insignificantes hasta que en un momento, esas barreras, ocupan mucho más espacio en nuestra vida de los que quisiéramos.

¿Por qué ya no soy tan creativa como antes?

La creatividad es una manera de ver, observar, crear, sentir, actuar y pensar original, diferente a lo establecido. Suele ser visto como una condición muy positiva en las personas y, a menudo, se la asocia a una condición genética, aunque no lo sea. La creatividad no es un don divino, sino una estructura diferente de pensamiento. Los condicionamientos externos ayudan mucho, pero no son determinantes. 

Si notas que con el paso de los años ya no tienes esa actitud es probable que algunos factores psicológicos están haciendo mella en tu creatividad. Una autoestima baja y el miedo al qué dirán o pensarán los demás nos limita. Cuando actúas con creatividad, sabes que no todo saldrá bien. En la mayoría de los casos, la creatividad es una cuestión de  prueba y error. Cuanto más la aplicas mejor resulta, pero en el proceso también aparecen errores o resultados que no te agradan tanto como esperaban. 

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Tu autoestima es fuente de creatividad

Cuando atravesamos situaciones difíciles de estrés, enfermedad, duelo o desmotivación es mucho más difícil ser creativa. Puede ser una etapa transitoria, en la que darte la licencia de no ser tan original y especial, es solo cuestión de días. Si esta situación se extiende en el tiempo podría afectar tu creatividad y tu actitud ante ella. 

Los momentos en los que no nos sentimos capaces es más complejo ser creativa, sin embargo, podría ser la solución. La creatividad se nutre de creatividad, si notas que las ideas originales, la frescura y esa facilidad para convertir la rutina en una aventura divertida ya no te sale como antes, podrías estar atravesando un estadío en el que necesitas enriquecerte de otras actividades como leer, viajar, pintar, bailar o simplemente jugar. Hacer algo que te guste sin más explicaciones. Si dejas que la llama de la creatividad se apague, podrás volver a encenderla, pero te llevará tiempo y esfuerzo. 

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El miedo al qué dirán puede estar autolimitante

Ser una persona creativa es un riesgo, no pone en peligro la vida, ni la salud (salvo algunas excepciones) pero te expone a los demás de una manera diferente. Algunas personas creen que, en ocasiones, la creatividad no tiene lugar. Por ende, tratarán de desmotivarte y desacreditar tu ideas novedosas y originales. Si esto sucede con frecuencia podrías desanimarse y dejar de lado ese aspecto tan importante de tu personalidad. Todos tenemos miedo al fracaso, en menor o mayor medida, depende de cada uno elegir cómo afrontarlo.

Cuando vives de una manera creativa también te expones un poco más y eso, claramente, da miedo. Ser creativo, muchas veces, es estar al límite de hacer el ridículo. Desde la manera en la que te vistes, cómo actúas o a lo que te dedicas, hace que te sientas más observada o analizada. Por no mencionar las ideas que, por muy creativas que se consideren, no funcionan o no dan los resultados esperados. Ser creativa es una filosofía de vida, es la manera que eliges cómo quieres transitar tus días. No dejes que la opinión ajena te condicione o limite. 

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