Todos nos hemos visto involucrados, de una manera o de otra, en relaciones que contaban con una expareja planeando en el horizonte. Una delicada situación que puede generar graves conflictos en el seno de tu relación actual debido a los celos. Este sentimiento de 'amenaza' es mucho más frecuente de lo que podemos imaginar, especialmente cuando entre tu pareja y su ex se ha forjado un vínculo de amistad que no logras comprender. Controlarlo no es sencillo y requiere mucho diálogo y confianza en la otra persona, pero ¿dónde se encuentran los límites? ¿Es posible la amistad saludable después de una relación amorosa? Y si esa amistad es más estrecha que con otros amigos? ¿Qué indicadores revelarían que hay ‘algo no resuelto’? La psicóloga Syra Balanzat, de 'El prado Psicólogos', responde a nuestras preguntas.
Diálogo
Si notas que entre ellos existe una complicidad especial que empieza a desatar en tu comportamiento celos y sentimientos que hasta entonces no habías experimentado en otras relaciones, es importante que te comuniques con tu pareja y expreses abiertamente lo que sientes, lo que te hace sentir su expareja y los obstáculos que puede estar interponiendo su amistad a vuestra relación. Syra asegura que es bueno establecer una serie de límites y plantarle cara al problema a través del diálogo, "ya que te ayudará a romper con una dinámica que te está haciendo daño y a que tu pareja sea consciente de las consecuencias". "En ocasiones se puede intentar minimizar o negar el problema por el temor a hacer daño a la otra persona, pero a largo plazo conlleva un sufrimiento que resulta más difícil de manejar. Si este es tu caso, cuídate para que los demás también sepan cómo cuidarte, no hay mejor aprendizaje que practicar con el ejemplo", explica.
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¡Amistad o sentimientos confundidos?
Para la experta las relaciones de amistad después de una ruptura pueden llegar a ser posibles. Sin embargo, para conseguirlo matiza que hay que pasar por una serie de "fases previas" entre las que destaca "la angustia por la posible pérdida, que puede aparecer durante la relación o después de la ruptura; la aparición de culpa o rabia por no haber podido resolver los problemas; el miedo a encontrarse sin esa persona, a las circunstancias que la rodeaban y a la soledad". También es importante superar el posible sentimiento de tristeza por la pérdida y convertirlo en aceptación, con la consiguiente visión de la otra persona como una importante parte de nuestras vidas, pero sin la presencia de sentimientos afectivo-amorosos.
No obstante, en ocasiones puede que la aceptación de la ruptura esté presente en uno de ellos, manifestando el otro sentimientos contradictorios de lucha interna por no querer desprenderse de esa persona. En estas situaciones Syra asegura que existen una serie de señales que pueden ejercer como indicadores de que esa persona sigue teniendo sentimientos por la otra persona. Por ejemplo, "escribe mensajes y realiza llamadas de forma constante; quiere volver a los lugares que compartieron juntos; tiene emociones contradictorias, se enfada y luego vuelve; le gusta hablar del tiempo que pasaban a solas o hace comentarios negativos sobre la actual pareja de su ex".
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