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800km© Gtresonline

La historia de un hombre que camina 800 km marcha atrás para salvar los bosques de Indonesia

Una vez termine su larga marcha, pretende reunirse con el presidente de su país y plantar un árbol con el objetivo de concienciar a los más jóvenes sobre la deforestación


Actualizado 28 de agosto de 2019 - 12:48 CEST

Su nombre es Medi Bastoni, es originario de Indonesia y se encuentra realizando una auténtica hazaña con la que pretende crear conciencia contra la deforestación en su país – y en todo el mundo-. A sus 43 años, este hombre procedente de una pequeña aldea en el oeste de Java, se ha propuesto caminar durante los 800 kilómetros que separan su pueblo de Jakarta marcha atrás. Un gesto metafórico que intenta que, mientras él retrocede, la humanidad avance en la lucha contra el cambio climático y la desaparición de los bosques en Indonesia.

Su viaje comenzó a finales de julio y, cuando llegue a la capital, la intención de Medi es reunirse con el presidente Joko Widodo y pedirle una semilla de árbol, con el objetivo de plantarla posteriormente en las laderas del monte Wilis. Para perpetrar su aventura sin ningún tipo de peligro, este padre de cuatro hijos se echó a la carretera con un singular equipo. Ropa de chándal cómoda para evitar posibles roces, un chaleco reflectante para no ser atropellado por los posibles coches y motocicletas que pudiese encontrar en el camino y una especie de retrovisor gigante que sale de su mochila y le caminar hacia atrás sin perder la visibilidad y sin toparse con posibles obstáculos.

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deforestacion© Gtresonline
La deforestación es uno de los principales problemas de Indonesia, que ha perdido más del 25% de sus bosques en los últimos 25 años

Efecto llamada

Al poner al árbol el nombre simbólico del presidente, Medi espera que los jóvenes tomen conciencia y se interesen directamente en la participación y conservación del bosque de Wilis. "No solo yo, los residentes en las laderas de Wilis y la generación más joven, todos debemos preocuparnos por la naturaleza. Espero que todos participen en el cuidado de la preservación natural de Wilis", contaba para un medio local. "Actualmente los activistas ambientales están llevando a cabo actividades ecológicas de manera activa", explica mientras añade que su gesto podría servir como refuerzo para la conservación del medioambiente.

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El problema

Las selvas tropicales de Indonesia son un punto caliente de biodiversidad, son también una región clave para la regulación del clima de la Tierra. Pero estos bosques están siendo talados y sustituidos por plantaciones para la producción de aceite de palma y pasta de papel y sufren una de las mayores tasas de deforestación del planeta. Según el último informe de Greenpeace, Indonesia ha perdido la cuarta parte de sus bosques en los últimos 25 años. Además, la deforestación, provocada comúnmente a través de la quema de la selva, colocó la pasada década a Indonesia como el tercer país emisor en gases de efecto invernadero del mundo.

Por otro lado, la FAO informa de que cada año desaparecen 8,8 millones de hectáreas de bosque al año, una superficie superior a toda Andalucía. Entre los años 2000 y 2013 se degradó un 8% de los bosques primarios que quedan en el planeta. El 12% de los gases de efecto invernadero proceden de la deforestación y otros cambios de uso del territorio.

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