Así cambia tu pelo durante y después del embarazo

El periodo de gestación incide de manera muy sensible en la melena de la madre, también después de dar a luz

Por Gtresonline

El embarazo es un periodo en la vida de una mujer en el que su cuerpo experimenta numerosos tanto a nivel emocional como físico. La gestación del bebé en el vientre de la madre pone en marcha la 'maquinaria de precisión' del cuerpo femenino para dotar de todo lo necesario a la nueva vida que se alberga en su interior. Los cambios hormonales son algunos de los más destacados dentro de todo el proceso de la dulce espera y el cabello, junto con las uñas, se convierten en los indicadores más destacados de esta transformación.

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La presencia de las hormonas placentarias con la llegada del embarazo contribuye a la alteración del folículo piloso, haciendo que el aspecto de la melena sea completamente dispar. Bien haciendo que parezca más débil y graso o, por el contrario, mejorando su apariencia con más brillo y volumen. Depende, en cada caso, de la naturaleza de la madre.

También puede producirse lo que se conoce como efluvio telógeno posparto (pérdida de pelo temporal en el último trimestre de la gestación), un fenómeno que desaparece tras dar a luz. Aunque no es una norma general, esta transformación en concreto se suele producir en las primeras semanas En los casos en los que la melena mejora, este cambio suele producirse en el segundo trimestre, debido al aumento de los estrógenos que provocan un sensible retraso en la caída. En el tercer trimestre, además, con el incremento de los niveles de estriol, la mejoría es aún más visible.

Sin embargo, una de las transformaciones más evidentes en el cabello de una mamá tiene lugar después del alumbramiento. Las primeras semanas tras dar a luz son un periodo de profundos cambios en el cuerpo de la madre hasta que se consigue recobrar el equilibro físico. Uno de ellos es la abundante pérdida de cabello.

Si en condiciones normales solemos perder de 50 a 100 cabellos por día, tras la gestación la caída se duplica. Lo más común es que, transcurridos seis meses desde el nacimiento del bebé, la pérdida del cabello se frene. De no ser así, es conveniente acudir al doctor para que realice las pruebas pertinentes y descartar así otro tipo de problemas. Tanto la caída del cabello como la débil apariencia del mismo pueden suavizarse durante el postparto siguiendo unas sencillas recomendaciones.

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La alimentación como gran apoyo

Como en la mayoría de los procesos por los que atraviesa nuestro organismo, en el caso del cuidado del cabello, después de dar a luz, es muy importante seguir una dieta equilibrada, donde abunden frutas y verduras ricas en vitaminas y minerales. La hidratación juega, asimismo, un papel clave, y es recomendable beber al menos dos litros de agua al día. En referencia a la ingesta de suplementos alimenticios, complejos vitamínicos, es recomendable consultar a un especialista antes de comenzar, sobre todo, si se ha optado por la lactancia materna.

¿Qué productos son recomendables y cuáles no?

Determinados champús, mascarillas o suavizantes para el cabello contienen agentes químicos poco recomendables para el uso diario en el cabello. Por el contrario, se recomienda emplear productos naturales para mantener intacto el Ph del mismo. Se desaconseja abusar de secadores, planchas para el cabello, así como aderezar nuestra melena con coletas, moños y cualquier otro peinado en el que se empleen gomas que corten el cabello o que fomenten su caída.