Tus músculos tienen memoria, aprovéchate de ella si dejaste de hacer ejercicio

Si hacemos ejercicio de forma continua se nota. Sin embargo, cuando detenemos el entrenamiento durante un tiempo aparece el temor de las consecuencias que esto pueda acarrear a nuestra musculatura.

Por Cristina Soria

Uno de los miedos más comunes cuando realizamos ejercicio físico de forma continuada es qué consecuencias tendrá hacer un parón cuando sea necesario. Claramente, el efecto que sufren nuestros músculos no es positivo, ya que al cesar la actividad física se reduce el volumen de tejido muscular desde la primera semana de inactividad, porque disminuye el ritmo de síntesis proteico de nuestro metabolismo.

Sin embargo, cuando retomamos el ejercicio, los músculos reaccionan con memoria, y logran volver a su estado original, el que habíamos dejado pausado, de forma más corta que si no hubiéramos realizado ejercicio con anterioridad. Y eso queda demostrado porque nos volvemos a poner en forma a gran velocidad y se recupera el tamaño de las fibras en muy poco tiempo.

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La primera memoria de nuestros músculos se inicia en la juventud

Un estudio reciente publicado por la revista Nature ponía de relieve que tras un tiempo sin realizar ejercicio, no superior a 8 meses, el músculo seguía receptivo al entrenamiento y aprovechaba de forma muy efectiva el reinicio de una actividad deportiva. Sin embargo, no se ha explorado durante cuánto tiempo es efectivo ese periodo de latencia o si se trata de una cualidad que pudiera determinarse como indefinida en el caso de personas que hayan mantenido una actividad física muy continuada durante una parte importante de sus vidas.

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Según otro estudio de la Sociedad Anatómica John Wiley & Sons, se definió que aquello que definimos como “memoria de los músculos” es una facultad propia de los grupos musculares que funciona de forma más efectiva cuanto más temprana es nuestra actividad física, y que a nivel biológico parece apoyarse en el hecho de que es precisamente en la juventud cuando más esfuerzo físico realizamos, y eso sirve a los músculos para aprender a estar entrenados, y luego permanecer a la espera de refrescar esa memoria.

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Utilidad de la memoria muscular

A priori, la existencia de una memoria muscular hace que, ante un problema puntual en nuestra disponibilidad para realizar ejercicio, no sea tan grave hacer un parón de entrenamiento y luego poder volver a incorporarnos sin padecer la cuesta arriba que supondría empezar de cero.

Los científicos no han llegado a asegurar de forma empírica a cuánto asciende el periodo de tiempo en el que podemos mantener cierta inactividad y luego regresar al entrenamiento perdiendo el mínimo volumen muscular posible, pero el reputado investigador Brad Schoenfeld, se aventuró a determinar en su estudio que dos meses de inactividad debería ser el máximo tiempo de espera para volver al entrenamiento de forma óptima.

Además, existe un concepto en entrenamiento que se basa en la descarga. Se trata de un tiempo de descanso que debemos conceder a nuestro cuerpo cuando estamos entrando de forma intensiva su fuerza. Se trata de una semana en las que hacer un parón de las rutinas de entrenamiento para descansar nuestro cuerpo y el sistema nervioso. En este sentido la memoria muscular juega un papel muy beneficioso, pues estaría asegurando que el el descanso no haría perder ninguna facultad de recuerdo.

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