Aprende a cultivar coreopsis y llena tu jardín de color esta primavera
Una planta fuerte, resistente y de larga floración amarilla
¿Estás esperando que llegue la primavera a tu jardín para llenarlo de color? Entonces necesitas plantas que se caractericen por su larga y vistosa floración. Como es el caso del coreopsis.
Se trata de una planta sencilla y resistente, muy fácil de cuidar. Tanto si la colocas en el suelo del jardín como si la plantas en contenedor te regalará unas preciosas flores amarillas. ¿Quieres aprender a cultivarla?
Una planta ornamental
En ocasiones se necesitan en el jardín plantas vistosas que no requieran de muchas atenciones. Especies de temporada que nos hagan la vida jardinera más fácil y que lo llenen todo con su belleza y su colorido. Un ejemplo es el coreopsis, una planta de carácter ornamental perteneciente a la familia de las Asteraceae, que alcanza entre 50 cm y 1 m de altura, en función de la especie. Hay cerca de 80 variedades diferentes, todas ellas resistentes y fáciles de cultivar.
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Numerosas variedades para elegir
Aunque todas las especies de coreopsis comparten la misma esencia y los mismos cuidados a la hora de cultivarlas, sí tienen sus diferencias en cuanto a la forma de sus flores o al lugar del que proceden. Estas son algunas de las variedades más importantes:
- Coreopsis grandiflora: procede de América del Norte y es perfecta para disfrutar en verano en el jardín. Sus flores son grandes y amarillas, tanto el botón floral como los pétalos.
- Coreopsis lanceolata: también conocida como ‘botón de oro’, su origen está en diversas zonas de América, África y Asia.
- Coreopsis gigantea: es una planta leñosa cuyo tronco puede alcanzar un metro de altura. Tiene su origen en América del Norte y México.
- Coreopsis verticillata o coreopsis vivaz: procede de Estados Unidos y Canadá.
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Floración en amarillo
Aunque existen variedades de coreopsis cuyas flores son anaranjadas o rojizas, lo cierto es que la mayoría de estas plantas desarrollan una preciosa floración en tonos amarillos.
Al llegar la primavera los coreopsis se llenan de flores amarillas grandes y llamativas que aparecen al final de sus tallos rectos, y que duran hasta finales del verano. Por este derroche de belleza, ya merece la pena plantar algunos ejemplares tanto en el jardín como en la terraza.
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Plántala a pleno sol
Ya hemos comentado que el coreopsis es una planta resistente que se adapta muy bien a diferentes entornos, climas y situaciones. Sin embargo, eso no quiere decir que la planta no tenga sus preferencias, que las tiene.
Para que crezca esplendorosa y produzca muchísimas flores lo primero que tienes que hacer es buscarle un lugar a pleno sol, donde pueda recibir de firma directa cinco o seis horas de luz al día. Si la plantas en semisombra probablemente sobrevivirá, pero no crecerá igual y producirá muchas menos flores.
En cuanto a las temperaturas, el coreopsis ama los climas cálidos y secos. Si hace frío, también se ralentizará su crecimiento.
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¿Cómo regar el coreopsis?
Para evitar problemas con el riego, este ha de ser regular y moderado. Se trata de una planta que no es exigente con el aporte de agua y tolera bien la sequía.
Cuando el coreopsis es joven sí necesita que estés pendiente de regarlo o, más bien, de mantener el sustrato húmedo. Una vez crece, comienza a tolerar muy bien la sequía y solo tendrás que aportarle agua una vez a la semana.
Un consejo: si lo cultivas en maceta el riego ha de ser más frecuente y generoso. Vigila el drenaje para que no se encharque.
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El suelo adecuado
El coreopsis es una planta fuerte que se adapta bien a cualquier tipo de terreno donde se cultive, incluso si son secos y pedregosos. Sin embargo, prefiere los suelos sueltos, que están compuestos por una importante cantidad de arena y que incluyen materia orgánica.
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Los usos en el jardín
Hay muchas formas interesantes de emplear el coreopsis en el jardín, y también se cultiva muy bien en macetas o jardineras para decorar el balcón o la terraza. En el jardín, sea cual sea el estilo, puedes plantarlo en grupos aislados o formando matas de color con otras especies. Combina de maravilla con la aquilea, la salvia, el lirio de San Juan (Hemerocallis spp.) o la equinácea (Echinacea spp.). Utilízalo también en parterres o en borduras, ya que aporta mucho colorido y resulta muy decorativo.
Aprende a multiplicarlo
Se trata de una planta que se multiplica perfectamente mediante semillas.
- Para empezar tendrás que preparar un semillero y mantenerlo a cubierto hasta que broten las plántulas.
- Cuando estas hayan germinado, cámbialas a una maceta de unos 10 cm de diámetro, con sustrato universal. Debes dejarlas unos dos meses aproximadamente hasta que alcancen un buen tamaño, regándolas con cuidado.
- Después podrás trasladarlas al suelo del jardín. Este paso debes hacerlo cuando ya haya llegado la primavera y no se produzcan heladas, porque estas podrían perjudicar bastante a tus plantitas de coreopsis.
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Las plagas más comunes
No se trata de una planta especialmente sensible al ataque de las plagas. Sin embargo, es importante estar vigilante porque hay ciertos insectos que pueden atacar al coreopsis.
Como los caracoles y las babosas, por ejemplo, a las que les encantan los brotes tiernos de esta planta. Si los detectas, elimínalos colocando cebos específicos. También debes cuidar de que no aparezca el pulgón ni la araña roja. Utiliza un insecticida ecológico si detectas su presencia.
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