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Si cuando oyes la palabra ergonomía crees que es un aspecto únicamente presente en entornos laborales, te vendrá bien seguir leyendo. La ergonomía ha de estar muy presente también en nuestras casas, para ayudarnos a hacer de forma más fácil, cómoda y saludable las múltiples tareas que desempeñamos en el hogar.

 

¿Qué es la ergonomía?

Podríamos decir que la ergonomía es la adecuación de los productos, sistemas y entornos para lograr que sean más eficaces y seguros, y que proporcionen bienestar para sus usuarios. Es decir, en el ámbito de nuestra casa, la ergonomía se centra en la forma en que los objetos (muebles, instalaciones, etc.) están diseñados de forma que contribuyan a lograr nuestro bienestar.

El objetivo ha de ser facilitarnos la vida cotidiana y las tareas, de forma que podamos desempeñarlas de forma cómoda y segura. Pero, ¿cómo se refleja todo esto en la práctica?

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Dimensiones, tamaños y medidas

La ergonomía tiene mucho que ver con las medidas y distancias de las cosas que usamos en el hogar, desde muebles a superficies de trabajo, por ejemplo. Y esto no deja de ser un tema complejo, ya que lo habitual es que los miembros de una misma familia tengan estaturas y tamaños muy distintos, comenzando por la diferencia entre adultos y niños.

Además, no todo el mobiliario es regulable, por lo que se hace necesario emplear otras estrategias para tratar de mejorar la ergonomía. Basándonos en que las medidas de muebles y objetos estarán determinados por la estatura de una persona media tipo, podemos utilizar elementos que nos ayuden, como taburetes o escalones para llegar a los muebles y zonas más altas.

Un consejo: si en tu familia hay alguna persona con características especiales, por ejemplo con una estatura de 2 metros, será necesario hacer ciertos cambios para lograr cierta ergonomía más que necesaria.

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Consejos para mejorarla

Aunque en ocasiones nos parezca que la situación ergonómica perfecta en el hogar es casi imposible de lograr, siempre hay formas de mejorarla. Puedes, por ejemplo, tratar de eliminar en lo posible las barreras físicas que existan en tu casa. Sustituye algún escalón por una rampa, en el acceso a la puerta de entrada, por ejemplo. O cambia la bañera por una ducha con un plato a ras de suelo.

También puedes adaptar los muebles al uso que haces de ellos, eliminar las puertas de un armario angosto o crear el entorno adecuado para trabajar en casa.

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Ergonomía en la cocina

Es un espacio de muchísimo uso, por lo que conviene adaptarlo en lo posible de forma que favorezca la ergonomía. Esto es más fácil de lograr cuando estamos planificando una reforma o una nueva cocina.

Para empezar, hay que tener en cuenta la estatura de la persona que se encargue de las tareas culinarias en el hogar. La encimera debe quedar a la altura de la cadera, para que las tareas de preparación de alimentos sean más cómodas. También es importante no colocar objetos de uso habitual en los armarios o estantes más altos de la cocina, ni en los más bajos. Ten a mano un taburete o escalón para alcanzar lugares donde no llegues.

En lo que se refiere a la distribución de la cocina, esta ha de respetar el conocido como ‘triángulo de trabajo’ entre la zona de cocción, la de almacenaje (armarios y nevera) y la de lavado (con el fregadero y el lavaplatos). La distancia entre cada una de las tres áreas ha de ser de 50 cm como mínimo.

Por último, si es posible, conviene poner el horno y el microondas a la altura de los ojos, para evitar tener que agacharnos cuando los usemos.

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Los asientos más adecuados

Que el sofá o las sillas de tu casa te parezcan cómodos no es lo único que debes pensar a la hora de elegirlos. Además, han de cuidar la salud de tu espalda, para lo cual deben ser también ergonómicos o, al menos, respetar ciertas normas. En el hogar se necesitan asientos que nos permitan mantener la espalda recta. Si se trata del sofá, siempre podemos completarlo con algunos cojines que nos aporten confort y reposo a la zona lumbar, quizá la zona de la espalda que más sufre con un mal asiento.

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Elige muebles cómodos de usar

Además de respetar la altura y las dimensiones adecuadas, podemos elegir muebles que resulten más cómodos de usar, que hagan las cosas más fáciles, etc. Podemos, por ejemplo, optar por cajones y puertas de armario de apertura sencilla y cómoda, en especial para esos módulos que se encuentran en la parte más baja de los muebles.

Un consejo: antes de nada, procura no abarrotar los espacios de tu casa con demasiados elementos. Mantener una distribución holgada que facilite la circulación y el movimiento es la primera norma ergonómica cuando de equipar interiores se refiere.

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El mejor colchón

Ni demasiado firme ni muy blando. Así debe ser el colchón ideal, aunque lo realmente importante es que se adapte a nuestra edad, tamaño y peso, y nos ayude a mantener una postura correcta mientras dormimos.

En cuanto a los materiales, los muelles ensacados ofrecen la firmeza y el confort adecuados y, además, se trata de un material transpirable. La espuma viscoelástica también puede ser una buena opción, si tiene la densidad correcta.

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El espacio de teletrabajo

Ahora que cada vez hay más personas que trabajan en casa no podemos dejar de mencionar cómo crear un espacio de escritorio en casa que resulte cómodo y ergonómico. Si pasas mucho tiempo delante del ordenador, es imprescindible cuidar la ergonomía, para que esas horas de trabajo no le pasen factura a tu salud.

Cuando vayas a elegir el escritorio, ten en cuenta que la altura puede oscilar entre 63 y 76 cm en función de tu estatura, aunque la medida habitual es de 72 o 73 cm. Existen escritorios regulables, muy ergonómicos, que permiten ajustar la altura e, incluso, subirla para trabajar de pie durante un breve espacio de tiempo.

Si trabajas con un ordenador, portátil o no, debes saber que la pantalla ha de quedar a la altura de los ojos, de forma que puedas mantener el cuello recto. La distancia de la pantalla a tu cara ha de ser de entre 45 y 60 cm. Elige una silla con apoyo lumbar, una mesa con espacio para las piernas y la iluminación adecuada, sin reflejos.

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También en el cuarto de los niños

La ergonomía no es solo cosa de adultos. También ha de estar presente en las habitaciones infantiles, especialmente en dos aspectos concretos. El primero es el colchón de su cama que ha de ayudar al niño a mantener una buena postura al dormir para favorecer su descanso y su desarrollo. En segundo lugar, también el espacio de estudio ha de estar adaptado a su edad y estatura.

Un consejo: limita el uso que hacen los niños de las pantallas por muchas razones, pero también para cuidar su salud visual.

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