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Puede que no requieran un riego constante ni otros cuidados continuos, pero las plantas suculentas, y concretamente los cactus, también necesitan que les prestes un poquito de atención de vez en cuando.

Entre las tareas que deberás realizar para que crezcan felices y contentos están los trasplantes. Descubre cuándo ha llegado el momento de cambiar los cactus a una maceta más grande y cómo hacerlo correctamente.

 

La belleza de las suculentas

Bajo el nombre de plantas crasas o suculentas se engloban todas aquellas especies que tienen la capacidad de acumular agua en alguna parte de su cuerpo, ya sean las raíces, el tallo o las hojas.

Los cactus, pertenecientes a la familia de las cactáceas, forman parte de este grupo más amplio de suculentas, y se han ido desarrollando a lo largo de los años para poder sobrevivir en entornos secos y hostiles. Necesitan poco agua y, en general, escasas atenciones para subsistir.

La mayoría de los cactus cuentan con espinas de diferente forma, longitud y grosor, que son un mecanismo de defensa por el que la planta evita la pérdida de agua. En general, son plantas muy longevas, capaces de resistir en condiciones adversas.

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¿Necesitan ser trasplantadas?

Los cactus, como muchas plantas que se cultivan en contenedor, van creciendo hasta que llega un momento en el que la maceta se les queda pequeña. Es entonces cuando necesitan que les cambiemos a un tiesto más grande, lo que suele suceder cada 2 o 3 años. Algunas especies de crecimiento lento aguantan hasta 3 o 4 años en el mismo contenedor.

El trasplante tiene, además, una ventaja añadida: el nuevo sustrato tendrá más nutrientes, lo que le vendrá muy bien a la planta, aunque los cactus no sean especies muy demandantes en este sentido.

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Plantas con raíces fuertes y resistentes

Una característica de las suculentas es que poseen unas raíces bastante resistentes, lo que favorece el éxito del trasplante. No solo les sirven a los cactus para fijar la planta al terreno o al sustrato de la maceta, sino que en ellas se acumula agua y nutrientes.

Las raíces de los cactus no crecen demasiado hacia abajo. Más que en profundidad, aumentan a lo ancho, aunque hay diferentes tipos y formas en función de la especie.

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¿Cuándo es el mejor momento para trasplantar los cactus?

Un cactus puede desarrollarse en la misma maceta durante un periodo de tiempo variable que suele estar en torno a los 2 o 3 años. Esto depende un poco de la especie, ya que hay cactus que crecen más despacio y otros que lo hacen más deprisa.

En cualquier caso, la propia planta te indicará cuándo ha llegado la hora de trasplantarla a un tiesto más grande. Cuando veas que las raíces comienzan a asomar por los agujeros de drenaje de la maceta será el momento de trasplantarlo.

Es importante hacerlo en la época adecuada, que es la primavera o el verano. Lo importante es evitar hacerlo durante el invierno, cuando el tiempo es frío y húmedo, ya que cualquier herida que podamos infringir al cactus corre más riego de infección y de sufrir complicaciones.

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Claves para escoger la maceta adecuada

Cuando vayas a trasplantar tus cactus elige para ellos una maceta un poco más grande de la que tienen ahora. No es necesario que sea mucho más amplia. De hecho, esto puede ser perjudicial para la planta, ya que al tener más sustrato retendrá más humedad, lo que no le viene bien a tus cactus.

En lo que a los materiales se refiere, para crasas y suculentas van mejor los tiestos de barro, ya que al ser porosos la humedad se evapora y no queda retenida en el interior. Esto es lo que sucede con las macetas de plástico, menos recomendables para cactus.

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¿Cómo elegir el mejor sustrato?

Como ya te habrás dado cuenta, la mayoría de los cuidados que requieren los cactus van dirigidos a controlar el exceso de humedad, ya que esto les perjudica bastante.

A la hora de trasplantar los cactus es importante elegir el sustrato adecuado. Puedes comprar un sustrato especial para cactus, que ya viene preparado con los componentes qu este tipo de plantas necesita. O puedes hacerlo tú mismo mezclando turba y tierra a partes iguales, y añadiendo arena para mejorar el drenaje.

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¿Por dónde empiezo?

El primer paso del trasplante consiste en extraer la planta de la maceta vieja con mucho cuidado de no dañar su sistema radicular.

- Lo primero que tendrás que hacer es ahuecar la tierra con un cuchillo de forma que el cepellón se despegue del tiesto.

- Extrae el cepellón del tiesto con cuidado. Protege tus manos con unos guantes gruesos de jardinería. No lo intentes con guantes de tela si no quieres pincharte con las espinas del cactus.

- Retira la tierra de las raíces muy despacio, y revisa que estén en buen estado. Si hay alguna raíz que está estropeada puedes cortarla con unas tijeras previamente desinfectadas con alcohol. Esto es importante para evitar infecciones.

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Plantar el cactus en la nueva maceta

Una vez el cactus haya arraigado en su nuevo contenedor estará mucho más cómodo. El trasplante le proporcionará más espacio y un sustrato renovado y nutritivo.

- Antes de plantar el cactus, pon unas piedras en el fondo de la maceta para favorecer el drenaje del exceso de agua de riego. Añade una capa de sustrato.

- Coloca el cactus en el centro de la maceta y rellena con el sustrato para cactus, añadiendo también un poco de abono de liberación lenta.

- Presiona ligeramente el sustrato en torno a las raíces del cactus.

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¡Cuidado con el agua!

Llegados a este punto, puede decirse que el trasplante ha terminado. En poco tiempo podrás comprobar si has tenido éxito.

Dado que la mayoría de los cactus son muy sensibles al exceso de agua, no conviene regarlos nada más trasplantarlos como suele hacerse con otras plantas. Es mejor colocarlos al sol y esperar unos días antes de volver a la pauta de riego habitual, para evitar correr el riesgo de que las raíces, más sensibles después del traslado, se pudran por la humedad.

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