Al reformar el baño, uno de los elementos que más tiempo nos lleva elegir es el mueble del baño, pero al espejo no le dedicamos casi nada de tiempo. ¡Pues no debería ser así! Y es que el espejo del baño es capaz de conferir un efecto más moderno o clásico, así como aligerar el ambiente o darle un look más sofisticado. Estos 10 baños demuestran que la elección del mueble de baño va de la mano de la del espejo.
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En pareja y en contraste
Cuando el revestimiento de la pared es tan poderoso como el de este baño reformado por la interiorista Raquel González, lo más adecuado es colocar un mueble de baño que contraste. Este en blanco, con tiradores en dorado, consigue precisamente ese efecto. Por su parte, el espejo reproduce el mismo acabado dorado en su marco con forma hexagonal, dotando de homogeneidad al conjunto. Los grifos y detalles decorativos, como la jabonera o el espejo de mano, siguen la misma línea.
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Con un efecto envolvente
Nos encanta el efecto que consiguen los espejos de baño retroiluminados. Ayudan a bañar la pared con un halo de luz muy envolvente y acogedor tan atractivo como práctico. Suelen contar con un interruptor por infrarrojos, de manera que, pasando la mano por debajo o uno de los laterales, se enciende. Otros llevan los mandos en el mismo espejo y pueden cambiar la luz entre cálida y neutra.
En este caso, el interiorista Alberto Aranda lo ha combinado con un sencillo mueble de baño blanco, en el que llama la atención el lavabo con acabado mármol, que confiere al conjunto de un look moderno y actual en el que predominan las formas ovaladas del espejo y el lavamanos.
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En pareja
En baños que tienen un mueble de baño con dos lavamanos, tienes varias opciones al elegir el espejo. Bien puedes poner un gran espejo que cubra ambas zonas, o uno que dé servicio a cada lavabo. En este caso, los interioristas de Coblonal Interiorismo se decantaron por dos piezas rectangulares con las esquinas redondeadas y un estilo sobrio debido a la ausencia de marco. Esta sencillez queda genial con la fuerza decorativa del mueble de baño, de líneas rectas y madera al natural.
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Una apuesta por la madera
Sí, hay maderas que se pueden incorporar en el baño. La de bambú es una de ellas. Pero también hay otras que, con los tratamientos adecuados, aguantarán perfectamente las condiciones de una de las estancias más húmedas de la casa. En este caso, la interiorista Pia Capdevila eligió la madera como el elemento que une el espejo y el mueble de baño, consiguiendo un conjunto en equilibrio y muy homogéneo. Su estilo industrial se ve suavizado por el papel pintado y los revestimientos de colores neutros muy claritos, dejando de protagonistas al mueble y el espejo.
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Una pareja muy bien avenida
Como has visto, una de las claves para que el mueble de baño y el espejo formen la pareja perfecta es que coincidan en un color o material. Y eso mismo hicieron aquí las interioristas de Espejo&Goyanes. Las pequeñas pinceladas de negro son las que unen el mueble de baño y el espejo. El primero lo luce en los discretos tiradores y el segundo en el fino marco que lo encuadra. ¿Te has fijado que también las griferías son negras? Además de ser el color que aporta esa unidad, consigue un aspecto más actual y moderno.
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Con efecto envejecido
El mueble de baño y el espejo pueden no tener un material o color en común, pero sí compartir objetivo. En este baño reformado por Luzio Studio, ambas piezas tienen una pátina envejecida con un estilo vintage muy marcado. El espejo con marco dorado y de grandes dimensiones es perfecto para robar un poco de protagonismo al papel pintado, y se da la mano perfectamente con el baño de madera con aspecto recuperado. El lavamanos de piedra es la guinda para reforzar esa imagen como de otra época. Pero recuperada.
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La cuadratura del círculo
¿Cómo luchar contra la dureza de las líneas rectas en un baño alargado y con bañera? ¡Con un espejo redondo que aporte dinamismo y movimiento! En este baño, un proyecto de la interiorista Laura Yerpes, el mueble tiene unas marcadísimas líneas rectas y, aunque su imagen es ligera (es abierto), el revestimiento en espiga y otros elementos potencian esa sensación de frialdad. Para evitarlo y, además, lograr un aspecto más desenfadado y juvenil, colocó un espejo redondo con marco de madera clara, que también ayuda a dar calidez.
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Aportando verticalidad
Cuando los techos son bajos, puedes utilizar el mueble de baño y el espejo para crear un efecto óptico y conseguir que la altura aumente. Es lo que hizo en este baño el interiorista Alberto Torres del Estudio Interior de PortobelloStreet.es. El pequeño mueble de baño en color gris ofrece una imagen rectangular y alargada, al igual que hace el espejo, que aporta un look más relajado gracias a sus bordes redondeados.
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Todo por dos
Los muebles suspendidos son la mejor opción para dar más ligereza al baño, especialmente cuando hay elementos con mucho peso como el revestimiento con relieve y acabado en madera en la que se sustentan. Fue la elección de la interiorista Aida Carrillo, que lo combinó dos de todo: dos lavamanos, dos lámparas y, por supuesto, dos espejos redondos que ayudan a dinamizar el espacio. Los detalles en negro ponen el punto contemporáneo y aplican un punto más moderno al conjunto.
Con un mismo objetivo
Cuando el baño es muy pequeño, todos los elementos deben perseguir el mismo objetivo: sacar partido del espacio sin comprometer la amplitud. Para eso, el mueble de baño suspendido y un espejo que ocupe por completo la pared en la que se apoya ayudará a que ese rincón se vea más grande. Es una idea perfecta para los baños que tienen esta zona encastrada entre dos paredes. También la luz trasera del espejo contribuye.
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