1/10 © Leroy Merlin

Cambiar nuestros hábitos de vida hacia otros más sostenibles y conscientes ha dejado de ser una ‘tendencia’ para convertirse en un imperativo, en estos tiempos de emergencia climática y preocupación por el futuro. Aunque son muchas las acciones que pueden llevarse a cabo, hoy vamos a centrarnos en una que no solo nos permitirá reconectar con la naturaleza (incluso en la más céntrica de las zonas urbanas donde podemos sufrir TDN) sino que puede proporcionarnos importantes beneficios en términos de bienestar emocional y salud. Y es que, cultivar nuestro propio huerto en casa, convirtiendo el balcón o el patio en un vergel en el que crezcan verduras kilómetro 0, puede ser una ocupación de lo más relajante y satisfactoria. ¿Era uno de tus propósitos para el 2023? Te damos todas las claves para poner en marcha el tuyo.

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2/10 © La Redoute Interieurs

Algunos diseños no requieren mucho espacio

Si piensas que necesitas tener una casa con jardín para montar tu propio huerto, lo cierto es que te bastará una terraza, un balcón o un patio para instalar un huerto urbano, aunque, lógicamente, con el equipamiento adecuado  (en la propuesta, es de La Redoute Interieurs).

Por lo general, debes situar el huerto en una zona que reciba sol directo un mínimo de unas seis horas diarias, preferiblemente con una orientación hacia el sur o el suroeste, y resguardada del viento.

No obstante, tampoco hay que desanimarse si la orientación de nuestra vivienda no ‘cumple’ con todos esos requisitos: bastará con decantarse por verduras y hortalizas que no requieran tantas horas de sol (por ejemplo, lechugas o hierbas aromáticas), por mucho que nos guste la idea de unas tomateras (que sí requieren una buena insolación).

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3/10 © Alice's Garden

Equipamiento básico

Aunque cualquier maceta, jardinera o incluso unos cajones o unos sacos reciclados pueden albergar una buena cosecha, el auge de los cultivos urbanos ha dado lugar a una completa oferta de contenedores que, además de funcionales, optimizan el espacio e incluso lo decoran.

Las mesas de cultivo son una de las opciones más populares ya que, al estar elevadas, hacen más cómodo el trabajo y evitan tener que agacharse (lo que resulta especialmente útil para las personas mayores o con limitaciones de movilidad).

Las hay de muchos tamaños y en todo tipo de materiales (incluido el acero galvanizado y el PVC), aunque las de madera, como el de esta propuesta vista en Alice’s Garden, son las que ofrecen una estética más natural y decorativa. Asegúrate de que tengan, como mínimo, 15 cm de profundidad (para poder plantar una variedad de verduras más amplia) y que estén tratadas para su uso en exterior, para garantizar su durabilidad.

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4/10 © Catral Garden

A ras de suelo

Las jardineras convencionales o los modelos en escalera, como este de la marca alicantina Catral Garden, son la opción ideal para variedades más altas de plantas o que requieren tutores, como sucede con las tomateras o las de pimientos.

Si bien este tipo de soporte requiere más espacio, ofrece una buena capacidad y permite realizar composiciones muy atractivas en azoteas o terrazas espaciosas, capaces de cubrir las necesidades de verduras frescas de la casa (a modo orientativo, los expertos aseguran que 4 metros² bien gestionados bastan para abastecer a una familia de cuatro miembros).

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5/10 © Vertiflor

Un huerto vertical

¿Tu terraza es pequeña o no puedes destinar tanto espacio al huerto urbano? ¡Aprovecha la altura de las paredes con uno de disposición vertical! Los hay de diferentes tipos, aunque todos comparten un concepto modular y fijación mural, lo que permite adaptarlos a cualquier hueco.

El de la imagen es una propuesta de la firma tarraconense Vertiflor, compuesto por bolsas de fieltro realizadas casi por completo con material reciclado, para que sea aún más sostenibles. Ligeras y resistentes a la intemperie, el fieltro de las bolsas asegura una distribución homogénea del agua de riego (sin que sea necesario impermeabilizar las paredes) y ofrece una buena aireación de las raíces.

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6/10 © Click & Grow

Un huerto ‘indoor’

Los espacios exteriores están muy cotizados en las zonas urbanas y, en muchos casos, los pisos no cuentan ni siquiera con un pequeño balcón. El auge que vive el cultivo doméstico de vegetales ecológicos ha dado lugar a soluciones innovadoras, como las que propone la firma fundada en 2009 en Estonia Click & Grow con sus kits de cultivo hidropónico para interiores, es decir, que prescinde de la tierra y hace crecer las plantas en una solución de agua con nutrientes. Disponibles en versiones de diversos tamaños (en función de las necesidades y el espacio de cada uno), estos huertos 'inteligentes' no solo garantizan la cantidad de luz y agua necesaria a las plantas los 365 días del año (de forma automatizada), sino que se combinan con ‘cápsulas’ biodegradables que incorporan tanto las semillas como los nutrientes necesarios para que estas crezcan de forma saludable. De hecho, gracias al autorriego las verduras se cultivarán casi solas durante todo el año.

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7/10 © Compo

El sustrato ideal

La tierra es la base de la mayoría de los huertos y, en el caso de los que nos ocupan (a menudo con menos cantidad y profundidad que los convencionales), resulta clave acertar con el sustrato. Este debe estar aireado (para que las raíces respiren), tener la capacidad de retener cierta cantidad de agua (aunque también un buen drenaje, para evitar encharcamientos) y garantizar los nutrientes necesarios para las plantas que estemos cultivando.

En recipientes, lo mejor es utilizar sustrato universal (que consta de una parte mineral como arena y arcillas y un compost vegetal al 50%), como este de Compo, cuando se utilizan jardineras o soportes de una cierta profundidad (a partir de 25 cm). Mientras que para las mesas de cultivo y los recipientes poco profundos, por su parte, resulta aconsejable una mezcla de fibra de coco hidratada y humus de lombriz.

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8/10 © Gardena

¿Riego manual o automático?, esa es la cuestión

Otro factor básico para disfrutar de un huerto urbano saludable es el riego, que debe ser más frecuente y exhaustivo que el que necesitan los convencionales en el suelo. Dado que la menor cantidad de tierra requiere una humedad constante (aunque insistimos, sin encharcamientos), es aconsejable instalar un sistema de riego automático. Hay todo tipo de sistemas de riego por goteo: desde los que van conectados a una toma de agua hasta los que se alimentan de recipientes y funcionan con energía solar, como el sistema Aquabloom, de Gardena (en la imagen), específicamente pensado para espacios domésticos y que puede incluso programarse.

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9/10 © Alice’s Garden

¿Qué cultivar si eres principiante?

Es cierto que una exuberante tomatera en el balcón de casa es el sueño de cualquier horticultor urbano, aunque, para empezar, te aconsejamos decantarte por plantas más sencillas, que no requieran mucha tierra y de ciclo corto, que te permitan verlas crecer y cosecharlas en un espacio de tiempo contenido, como puedan ser las lechugas, los rabanitos o las fresas.

Existen manuales que listan las características, tiempos de siembra, cantidad de sustrato necesario, etc. que nos ayudarán a poner en marcha nuestro huerto; al principio, mejor a partir de plantones (que nos evitarán tener que hacer semilleros).

Y, teniendo en cuenta que uno de los errores más habituales de los jardineros ‘novatos’ es poner demasiadas plantas en un espacio limitado, lo mejor es hacerse con un recipiente con compartimentos, como este de Alice’s Garden, que nos ayude a planificar la superficie total sin saturarla.

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10/10 © Minigarden

La mejor salud del huerto

Si notas la tierra empobrecida, abona para añadirle nutrientes, pues no solo de agua viven las plantas. Fertilizar de forma regular contribuirá a que el sustrato siga conservando todas las cualidades que las frutas y hortalizas necesitan y que se agotan pasados unos 45 días. Puedes apostar por los abonos ecológicos, que aportan microorganismos beneficiosos que aseguran que las plantas estén bien nutridas reforzando su salud.

En la imagen, un huerto vertical de la empresa portuguesa Minigarden, que incorpora posibilidad de riego y fertilización automáticos.

Por último, es importante ir revisando las hojas y los tallos de las plantas para identificar posibles plagas o enfermedades y, en caso de que sea así, eliminarlas sin dañar los frutos. Además, no optes por el monocultivo y ve variando la selección de frutas y hortalizas que deseas cosechar, para lograr un huerto más sostenible y fácil de cuidar.

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