1/12 © Sandon

Ducha versus bañera. No son enemigas y, de hecho, hay baños que cuentan con ambas. Pero si se trata de escoger qué poner en la próxima reforma del baño, conviene analizar por espacio, uso, costumbres, rutinas, ahorro de agua… Un debate, un gran debate, que siempre está ahí en interiorismo. Lo mejor, conocer todos los aspectos en los que interviene la elección de una u otra pieza.

 

¿Más o menos sensación de relajación en la ducha o en la bañera?

Hay quien apuesta por la bañera para relajarse. Pero las duchas hoy cada vez se cuidan más, resultan también muy sensoriales y un espacio perfecto en el que lograr el tan ansiado nivel de relajación y bienestar necesario. Así que en el debate que se genera en torno a si escoger ducha o bañera por placer, todo dependerá de gustos personales, rutinas y capacidad de uso de una bañera por tiempo (para relajarse en ella es necesario contar con más minutos). Esta bañera exenta de línea redondeada con hornacina retroiluminada en la pared comunica con el dormitorio. Una propuesta de Sandon.

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2/12 © Raquel González Interiorismo

Ducha y bañera en el mismo baño: todo son ventajas

Porque implica no tener que tomar la decisión de escoger con qué quedarse. Así que si hay espacio en el baño, es una buena opción si te debates entre ducha o bañera. Puedes darle más protagonismo a la ducha -como en este proyecto de Raquel González Interiorismo- o a la bañera. No pienses que únicamente has de incorporar al baño una bañera exenta, puede ser encastrada (menos voluminosa) o a medida. De esta manera es posible contar con la funcionalidad de una ducha a diario, pero resolver ese momento más de relax sumergido en una bañera cuando hay tiempo. O bien, usar la bañera si hay niños pequeños en la casa.

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3/12 © Mobalpa

La elección de bañera o ducha por espacio

Cuando el baño es pequeño, no hay dudas posibles. El espacio agradecerá una ducha. Es innegable que es posible contar con una en un hueco reducido de 70 x 70 cm como mínimo. Una de 70 x 90 ya cuenta con una disposición rectangular que desahoga el uso. La bañera necesita más espacio, desde 81 x 92 centímetros hasta 90 x 152 centímetros. Por supuesto, en el caso de que haya personas con movilidad reducida, la ducha con unas dimensiones adecuadas, facilita la tarea del baño. Este espacio está diseñado con mobiliario de la firma Mobalpa.

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4/12 © Arturo & Lauren

La mejor distribución

El objetivo cuando se realiza una reforma es aprovechar el espacio y lograr un baño que se convierta en un ligar de bienestar. Para ello es fundamental que la distribución sea propicia y se adapte al tamaño y forma del baño. En el debate de bañera versus ducha la decisión de elección de una pieza a otra también ha de estar marcada por el objetivo de lograr la mejor distribución posible. Las dimensiones estándar de una ducha o de una bañera, la colocación de los elementos y la selección del material son algunos de los factores que deben contemplarse. Proyecto de Negre Interior Design.

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5/12 © Natalia Zubizarreta Interiorismo

¿Techo bajo o inclinado?

Hay ocasiones en las que esta característica de la estancia condiciona la elección de ducha o bañera. Sobre todo hay que considerar que sea posible estar de pie y no darse con el techo en el caso de una ducha. Si se trata de una bañera que se vaya a usar recostado, entonces hay licencias con la altura, siempre teniendo en cuenta que al acceder a la bañera se está de pie. Otra opción es que la distribución favorezca la ubicación del inodoro en la zona más baja del techo (siempre con un mínimo de nuevo de altura) y llevar la ducha a un rincón en el que el techo tenga una medida convencional. Proyecto con bañera encastrada con mampara para ser usada como ducha en la parte alta, de Natalia Zubizarreta Interiorismo.

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6/12 © Felipe Scheffel

Platos de ducha, una opción a medida y a nivel de suelo

Sin necesidad de realizar una gran inversión, es posible disfrutar de una ducha a medida con un plato que se adapte a algún retranqueo o característica especial de la planta del baño. Los materiales sintéticos permiten realizar cortes en los platos de ducha, algo que no sucedía con los de porcelana. Además, las duchas pueden realizarse a nivel de suelo con platos enrasados o con el mismo suelo contiguo, de manera que se evita cualquier desnivel. Por accesibilidad, la ducha gana a la bañera. Esa continuidad también es favorable en baños pequeños. Zona de ducha con hornacina en la pared retroiluminada, proyectada por el estudio Quefalamaria.

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7/12 © Zephy + Stone

Duchas para dos

En el debate de ducha o bañera, si quieres que dos personas puedan ducharse al mismo tiempo, deberás optar por la creación de un plato de grandes dimensiones con grifería doble. Esto es algo que no sucede con la bañera, a no ser que optes por una de hidromasaje de dimensiones cuadradas o rectangular, pero ancha que permita el uso a dos personas sentadas o recostadas. Baño diseñado por Zephy + Stone.

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8/12 © Pia Capdevila Interiorismo

España, es un país de ducha por la cantidad de veces que se usa

Por el clima cálido de España (y por motivos culturales), la ducha es más común en nuestros baños quela bañera, mientras que en países anglosajones y nórdicos la bañera es la gran protagonista de la higiene diaria. También el hecho de contar con una ducha responde a la frecuencia con la que la usamos. Según Euromonitor "en los países tropicales las duchas se multiplican: en Brasil se duchan 12 veces a la semana y 10 en Colombia. En China y Reino Unido lo hacen 5 veces. Baño con ducha y mampara de perfil negro con cuarterones, proyectado por Pia Capdevila Interiorismo.

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9/12 © CLB Architects

Bañera o ducha: ¿qué es más higiénico?

Si nos ceñimos al hecho de la higiene para dar una respuesta al debate de ducha versus bañera, la ducha ofrece una mayor limpieza, porque el agua se distribuye uniformemente por todo el cuerpo, mezclándose con el jabón para después desaparecer el agua sucia por el desagüe. Mientras que en el caso de la bañera el agua se mantiene "estancada" y el cuerpo dentro durante el tiempo de uso. Proyecto de CLB Architects.

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10/12 © Iñaki Caperochipi

Ventajas de la ducha para el cuerpo y la piel

Darse una ducha mejora de la vasoconstricción o circulación, y estimula el flujo sanguíneo en el cuero cabelludo. Hay diferentes estudios que también ponen de manifiesto que las duchas tibias que se van enfriando paulatinamente pueden mejorar los síntomas de la depresión, estimulando el sistema nervioso y promoviendo la liberación de endorfinas.  Las duchas frías también mejoran la firmeza de la piel. En cualquier caso, tomar una ducha expone al cuerpo a menos agua, lo que para muchos implica cuidar los aceites esenciales de la piel. Ducha con pared de acento, diseño de Basoko.

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11/12 © Duravit

Ventajas de tomar un baño

Sumergir el cuerpo en agua tibia, lleva a la relajación muscular y puede aliviar algunas molestias y tensiones. Y también puede ayudarte a dormir mejor. Darse un baño sin prisas, sin tecnologías, con luz relajante, aromaterapia, música de fondo… es bueno para calmarse y dedicarse un espacio a uno mismo. Baño con ventanal y bañera, de Duravit.

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12/12 © Velux

La realidad del debate debería estar en el consumo de agua y energía

Más allá del debate que se genera por uso, espacio en el baño, contacto del agua con la piel, etc. ¿Qué hay del gasto de agua? El consumo de agua en una ducha es proporcional a la duración de la ducha, mientras que un baño usa una cantidad fija de agua. A esto se suma la energía que necesita una ducha o un baño para calentar el agua. Ten en cuenta la duración de la ducha porque se gastan entre 8 y 15 litros de agua por minuto. Llenar una bañera estándar gasta 230 litros de agua. Echa cuentas. El tiempo total, cerrar el grifo de la ducha mientras te enjabonas y usar griferías en ambos casos con aireadores, hará que reduzcas el gasto de agua. Y si controlas la temperatura, también habrá un ahorro de energía. Este baño con bañera exenta de bajo de las ventas de tejado de Velux cuenta también con una cabina de ducha.

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