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Para poder cultivar un huerto en casa no es necesario un enorme jardín con una gran extensión de terreno. Basta con que cuentes con un rincón soleado en una terraza, o un pequeño patio con buena exposición solar. Es más existen opciones estupendas para que, incluso, dentro de casa puedas tener tu propio huerto doméstico.

Si dispones, además, de una terraza o un pequeño patio lo demás es, más o menos, sencillo. Unos contenedores con sustrato, riego y algunos cuidados, y verás cómo la naturaleza hace su trabajo. El resultado: la satisfacción de poder consumir ricas verduras y hortalizas de tu propio huerto.

 

La magia de cultivar un huerto

Es una experiencia única. Una manera saludable y sostenible de conseguir las mejores hortalizas, frutas y verduras, puesto que estarán cultivadas por tus propias manos. Cuidar un huerto es una actividad de lo más recomendable que tiene numerosos beneficios.

Para empezar, pondrás en práctica una actividad física placentera que se desarrolla en el exterior, al aire libre. Aunque tu huerto en contendores no sea demasiado grande, requerirá de cierto esfuerzo y trabajo para estar en condiciones. Y, si tienes niños pequeños, un huerto en casa te brindará una oportunidad perfecta de enseñanza y aprendizaje.

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¿Tienes espacio suficiente?

Un pequeño huerto dispuesto en varios contenedores no tiene por qué ocupar mucho espacio, ya que puedes adaptarlo a los metros disponibles. No hace falta que destines a este fin toda la terraza… O sí. Todo depende de ti.

Sin embargo, para poder cultivar un huerto de este tipo basta con un rincón en el que colocar los contenedores, que pueden ser mesas de cultivo, cajones de madera, grandes bolsas de material plástico o, incluso, un soporte vertical que te permita montar un pequeño huerto en la pared. ¿Qué tal si destinas un espacio para cultivar hierbas aromáticas? Piensa en las soluciones que mejor se adapten a tu propio espacio.

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La luz, un requisito fundamental

Ya hemos visto que un huerto en casa no necesita de grandes recursos, aunque hay uno que sí es bastante importante: la exposición solar.

Es cierto que hay cultivos que necesitan menos horas de luz al día, pero la mayoría de las hortalizas y verduras deberá disfrutar de unas 6 horas como mínimo de sol. Por eso es clave montar el huerto en el espacio más soleado del patio o en ese rincón de la terraza donde recibirá más luz directa. Coloca los contenedores orientados al sur, si es posible, y procura que ningún elemento les haga sombra.

Un consejo: como se trata de contenedores portátiles, siempre puedes cambiarlos de ubicación para aprovechar al máximo las horas de sol en función de cada época del año.

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Elige los cultivos en función del sol

Aunque la exposición solar es fundamental, no todos los cultivos necesitan la misma cantidad de luz, por lo que puedes organizar tu huerto en función de este factor. Coloca un contenedor a pleno sol para plantar calabacines, cebollas, tomates, judías verdes o brócoli. En semisombra podrás cultivar berenjenas, guisantes, puerros y patatas. Y puedes instalar un rincón de huerto en una zona de sombra para sembrar lechugas, coles y coliflores, espinacas, acelgas y otras hortalizas de hoja verde.

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Las mejores hortalizas y verduras

Ya sabes que es importante, incluso esencial, tener en cuenta las condiciones particulares de cada huerto a la hora de decidir qué cultivos incorporar y cuáles desechar, pero sí que existen ciertas hortalizas y verduras que resultan más sencillas de cuidar en este tipo de huertos.

- Hortalizas de hoja, como las lechugas, las acelgas y las espinacas. Son sencillas de cultivar y crecen rápido. Tienes numerosas variedades para elegir.

- Tomates. Necesitan sol y riego, pero no son complicados y también te ofrecen muchas variedades que puedes cultivar con éxito. Disfrutar del sabor de unos tomates cultivados con tus propias manos no tiene precio.

- Pimientos. Elige entre una larga lista de posibilidades: alargados, redondos, rojos o verdes, picantes o dulces…

- Cucurbitáceas. Se dan bien en los huertos en contenedor. Calabazas, calabacines, pepinos, melones y sandías.

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¿De qué material conviene elegir los contenedores?

Existen varias opciones, cada una con sus pros y sus contras. La madera y el plástico son los materiales más habituales, aunque es necesario observar ciertas precauciones.

- De madera. Es un material de lo más habitual para este tipo de contenedores en los que establecer huertos en casa. Solo has de asegurarte de que la madera no ha sido tratada con sustancias químicas que puedan ser perjudiciales para la salud, al cultivar verduras y hortalizas para nuestro consumo. Por eso es buena idea recubrir el interior de los recipientes con plástico agrícola.

- De plástico. Elige contenedores específicos para cultivar un huerto, que sean aptos para uso alimenticio. Así te aseguras de que el plástico es de calidad y no contiene bisfenoles y otras sustancias perjudiciales.

- De metal. Podría ser una opción adecuada, pero no es muy recomendable si vives en zonas de clima muy cálido. En verano el metal se calienta mucho, con lo que las raíces de tus plantas de huerto se recalentarían y sufrirían mucho, lo que podría acabar con tu huerto en poco tiempo.

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¿Cómo organizar los cultivos?

Existe todo un conjunto de teorías muy interesantes en cuanto a la mejor forma de organizar los cultivos en un huerto, incluso cuando este se dispone en contenedores y no en el suelo del jardín. Es buena idea hacer rotación de cultivos, alternar y combinar plantas en función de sus ciclos de crecimiento.

Sin embargo, para empezar con tu huerto tan solo es necesario tener en cuenta un pauta sencilla: no sobrecargar los contenedores con muchas plantas. Debes respetar la distancia y el espacio que necesitan las hortalizas para crecer adecuadamente, ya que de lo contrario no obtendrás una buena cosecha y tus cultivos pueden sufrir enfermedades y el ataque de ciertas plagas. También es importante tener en cuenta la profundidad de los contenedores, ya que hay cultivos cuyas raíces necesitan más espacio.

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Elige un buen sustrato

Las plantas del huerto no necesitan, en principio, un sustrato especial. Sin embargo, al estar cultivadas en contenedor, merece la pena esforzarse en elegir un buen sustrato, que beneficie su crecimiento y desarrollo en la medida de lo posible.

Opta siempre por tierra de calidad, rica en nutrientes, que esté suelta y tenga capacidad de retener cierta humedad. Para este fin va bien una mezcla de turbas, a la que puedes añadir fibra de coco y materia orgánica, como puede ser humus de lombriz.

Un consejo: practica el mulching o acolchado. Las raíces de tus cultivos se beneficiarán mucho de esta técnica que consiste en cubrir el sustrato con mantillo, paja o corteza de pino, de forma que proteja las raíces de las heladas en invierno, y del calor extremo en verano, logrando también que la tierra retenga más humedad.

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La importancia del riego

Aportar la cantidad suficiente y adecuada de agua es esencial para cultivar cualquier tipo de planta. Cuando se trata de un huerto en contenedores esta tarea cobra mayor relevancia si cabe, ya que las plantas acusan más la sequía cuando crecen en un recipiente y no en el suelo.

Debes proporcionarles un riego moderado pero regular, sin excederte con la cantidad, ya que eso puede provocar encharcamientos nada beneficiosos para las plantas.

Un consejo: instalar un sistema automatizado de riego por goteo es una gran idea, ya que te permite ajustar la cantidad de agua que les proporcionas a tus hortalizas de una forma más exacta. Si, además, colocas un programador, ya no tendrás que estar pendiente de regar cada día. Tan solo tendrás que controlar que el sistema funcione.

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