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El rosal es uno de las plantas más especiales para cultivar en el jardín. Es resistente, fácil de cuidar, y hace gala de una de las floraciones más bellas. Al llegar la primavera se llena de espectaculares y aromáticas rosas. Aquí tienes algunas claves que funcionan para mantener tus rosales sanos, libres de plagas y enfermedades.

 

Una planta agradecida

Hay pocas plantas tan queridas como el rosal. Sea como sea el jardín, los rosales encuentran en todos ellos un lugar de honor por la belleza, colorido y aroma de sus magníficas flores.

Además, y no menos importante, hay que tener en cuenta que es una planta relativamente fácil de cultivar. Aunque necesita ciertos cuidados, podrás dárselos sin demasiado problema y comprobar que tu rosal crece saludable y feliz. No en vano es una planta resistente que se adapta fácilmente a todo tipo de terrenos.

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La belleza especial de las rosas

Por su atarctivo, sus colores intensos y su gran variedad, la rosa se ha convertido en una flor emblemática. Es uno de los alicientes más especiales del jardín, que puede disfrutarse con los cinco sentidos: a su apariencia espectacular hay que añadir un delicado aroma que hace de ella una de las flores más apreciadas.

Si todavía no la cultivas en tu jardín, búscale una ubicación adecuada y plántala en otoño, antes de que llegue el frío, y cuídala con mimo. En primavera te sorprenderá con su abundante y bella floración.

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Vigila y vencerás

En condiciones óptimas de cultivo, los rosales son plantas fuertes y resistentes, que no plantean demasiados problemas a la hora de cuidarlas. Sin embargo, se exponen como todas las plantas del jardín, al ataque de ciertos insectos dañinos que pueden paralizar su crecimiento o, incluso, acabar con los rosales si no se toman las medidas adecuadas.

Por otro lado, estas plantas también pueden sufrir algunas enfermedades provocadas por hongos. La clave para controlar tanto las plagas como los hongos es estar muy vigilantes a la hora de cuidar los rosales. Revisa de vez en cuando tallos, hojas y flores para tratar de detectar posibles insectos invasores. Ten en cuenta que cuanto antes descubras este tipo de problemas, antes podrás poner la solución adecuada y menos sufrirán las plantas.

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¿Cuándo suelen atacar las plagas?

Aunque es conveniente revisar la planta durante todo el año, hay temporadas que son más peligrosas. En especial la primavera, cuando las condiciones climatológicas cambian y las plantas despiertan del letargo invernal. Los rosales se llenan de brotes tiernos y jóvenes, las temperaturas ascienden y son abundantes las lluvias. Se da el escenario perfecto para la aparición de insectos dañinos. Por eso es en la estación primaveral cuando más vigilantes hemos de estar.

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Más vale prevenir

Además de darles a los rosales los cuidados adecuados y de establecer una pauta de riego correcta, hay otras cosas que podemos hacer para prevenir que sean atacados por plagas o que sufran determinadas enfermedades.

- A la hora de plantarlos en el jardín es muy importante encontrar para ellos el lugar adecuado donde puedan recibir la suficiente luz solar, así como plantar los distintos ejemplares con una separación adecuada que permita que el aire circule.

- También es clave proporcionarles ciertos cuidados como una buena poda de vez en cuando y el abono correspondiente. Así conseguirás que los rosales estén fuertes y más resistentes ante las plagas.

- Elimina las malas hierbas que les roban nutrientes del suelo, y las hojas muertas y húmedas, que puede ser una fuente de hongos.

- ¡Ojo con el riego! No te pases con la cantidad de agua, porque puede ser muy perjudicial para tus rosales. Evita los encharcamientos.

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¿Qué le pasa a mis rosas?

Si, a pesar de tomar todas estas precauciones, tus rosales comienzan a tener mal aspecto es el momento de tratar de detectar el mal que les está afectando para poderlo solucionar cuanto antes.

¿Las hojas se están poniendo amarillentas y tienen como una pelusilla de algodón? La planta está sufriendo el ataque de la cochinilla. Busca unos pequeños insectos blancos, que son los responsables de lo que le pasa a tu rosal. Para remediar el problema hay que actuar con celeridad. Retira los insectos y fumiga tu planta con una mezcla de jabón potásico y aceite de Neem. Estos preparados son naturales y no tienen consecuencias dañinas para las plantas ni para las personas o animales.

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El pulgón, la plaga más común

Igual que a ti te encantan las rosas de tu jardín, lo mismo le sucede a los pulgones, unos insectos pequeños que atacan a los brotes más jóvenes de las plantas.

Para detectarlos existe un truco sencillo: toca las partes afectadas de tu rosal y fíjate en si están pegajosas al tacto. Los pulgones sueltan una sustancia gomosa, por lo que no es difícil averiguar que están detrás de los males de tus plantas.

Combátelos de un plumazo aplicando el mismo remedio que en el caso del ataque de cochinilla. Prepara una mezcla a partes iguales de jabón potásico y aceite de Neem. Este último ingrediente se extrae de las semillas del árbol de Nim o Neem. Se trata de una sustancia natural muy efectiva contra las plagas de pulgón, cochinilla, mosca blanca y otro tipo de insectos.

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¡Cuidado con la araña roja!

Es un tipo de ácaro que ataca a los rosales cuando el ambiente es muy seco y la planta no recibe el agua que necesita. Lo que suele ocurrir es que a veces tenemos dificultades para regular el riego y no nos damos cuenta de que en verano, cuando las temperaturas suben, le estamos proporcionando muy poco agua a los rosales.

Para estar seguro de que tus rosales están experimentando el ataque de la araña roja, fíjate en las hojas: si se vuelven amarillas, o tienen manchas grises, y ves unas pequeñas telarañas es que están siendo atacadas por este molesto insecto. Elimínalo de raíz fumigando tus rosales con una infusión de ortigas secas.

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Hongos en los rosales

Además de este conjunto de molestos insectos, los rosales pueden verse afectados por ciertas enfermedades, normalmente provocadas por hongos. Son bastante sensibles a este mal, por lo que conviene vigilar para tratar de detectarlo cuanto antes y ponerle remedio. Oídio, mildiu y roya son los hongos más comunes en los rosales.

- Si las hojas tienen mal aspecto y están cubiertas por un polvo blanquecino, es que están siendo atacadas por el oídio. Este hongo paraliza el crecimiento de las plantas e impide la floración.

- ¿Las hojas de los rosales presentan manchas marrones o pardas? Están afectados por el mildiu, un hongo que se extiende con rapidez y puede llegar a secar las plantas.

- Cuando las hojas tienen abultamientos y pequeños puntos rojizos, eso significa que están siendo atacados por la roya.

Una vez ya conoces el problema, puedes buscar la mejor solución para acabar con los hongos. Además de cortar las partes afectadas, puedes aplicar un fungicida adecuado a tus rosales. Este debe ser a base de azufre si se trata de oídio, y a base de cobre si se trata de otro tipo de hongos.

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