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Sencillas, fáciles de cultivar y con una belleza silvestre muy especial. Las plantas perennes con flores, ya sean estas pequeñas o más grandes, son una baza importante para aportar color al jardín y decorar los espacios de exterior.

 

¿Cuáles son las plantas perennes?

En el universo botánico la variedad de plantas que existen es inmensa. Las encontramos de diferentes tipos, algunas de las cuales viven varios años. Se trata de las plantas perennes, que se diferencian de las anuales y de las bianuales en que estas tienen una vida más corta. Las primeras solamente viven un año y las segundas duran dos temporadas.

Existen plantas perennes de diferentes tipos, herbáceas o leñosas, e incluso arbustos, bulbosas, etc. Las plantas perennes de flor se desarrollan y florecen cada año en primavera y verano, y mueren en otoño o invierno para volver a renacer en la siguiente primavera.

Un consejo: dado el amplio repertorio de plantas perennes que existen, conviene elegir siempre aquellas especies que mejor se adecúen a la zona en la que vives, según el clima, el tipo de suelo, etc.

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Sedum (Sedum acre)

Es una planta perenne de ramas leñosas y aspecto silvestre que, al llegar la primavera, se llena de flores amarillas que duran de abril a septiembre.

Si la eliges tendrás la ventaja de que es muy fácil de cultivar ya que no requiere demasiados cuidados. No es exigente en cuanto al suelo en el que crecer, ni tampoco necesita que la riegues demasiado. Se trata de una planta que tolera muy bien la sequía, por lo que es perfecta para jardines de bajo mantenimiento.

A la hora de buscarle un espacio en el jardín, procura que esté a pleno sol. Va muy bien para decorar rocallas y taludes y para usar como planta tapizante. Incluso puedes cultivarla en maceta.

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Equinácea (Echinacea spp.)

Esta perenne tan especial pertenece, igual que las margaritas, a la familia de las Asteráceas. Es una planta ornamental con la que podrás decorar cualquier rincón de tu jardín, aportando color gracias a sus bonitas y grandes flores que pueden ser rosadas o anaranjadas. Podrás disfrutarlas desde finales de junio hasta agosto.

A la equinácea le gustan los climas templados, ya que no aguanta el frío ni las heladas. De hecho, crece mejor a pleno sol, ya que necesita unas 5 o 6 horas de luz directa al día. Plántala en un suelo ligero y suelto, con un buen drenaje, y no la riegues en exceso. Apórtale poco agua y evita los encharcamientos.

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Salvia rusa (Perovskia atriplicifolia)

Esta hierba perenne, muy aromática, es originaria del continente asiático, aunque no de Rusia sino del Tíbet. Es perfecta para formar rocallas en el jardín y también borduras, ya que aporta una nota ornamental muy especial gracias a sus hojas de color verde grisáceo y a sus pequeñas flores de color azulado o violeta.

Si vives en una zona de clima cálido, planta la Perovskia en un espacio en semisombra, mientras que si el clima es frío, lo mejor es ubicarla a pleno sol. Por lo demás, la salvia rusa es resistente y poco exigente con el suelo, aunque prefiere que esté bien drenado y enriquecido con materia orgánica. El riego, mejor que sea escaso.

Un consejo: al final del invierno, poda tus plantas de salvia rusa para prepararlas para la primavera y el verano.

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Vinca (Vinca minor)

La vinca o 'hierba doncella' es una planta herbácea de pequeño tamaño, ya que no alcanza más de 20 o 30 cm. Se utiliza en el jardín como planta ornamental y también como tapizante.

Tiene la ventaja de poderse cultivar con facilidad, ya que se adapta a cualquier clima, siempre que no sea excesivamente frío. Le gustan los suelos con pH neutro, bien drenados.

Aunque es capaz de tolerar la sequía, en verano necesita un riego frecuente, cada dos o tres días. En invierno, por el contrario, tendrás que moderar los aportes de agua.

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Bergamota silvestre (Monarda didyma)

La bergamota silvestre es una planta ornamental de preciosas flores y hojas aromáticas que destilan un rico perfume a naranjas. Su floración es estival, época en la que se llena de flores rojas, blancas o moradas, en especial si recibe la suficiente luz solar. Le gustan los climas ligeramente húmedos, y los suelos nutridos y con buen drenaje, aunque capaces de retener algo de agua.

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Lirio de San Juan (Hemerocallis spp.)

¿Buscas una planta perenne capaz de regalarte bellas flores para adornar tu jardín? El Hemerocallis es la herbácea perfecta, ya que posee una floración abundante y de preciosos ejemplares grandes y coloridos. Aunque la época de floración es larga (se extiende durante la primavera y el verano), en realidad las flores tienen una vida corta, de tan solo un día. Ubícala en un espacio en semisombra y enriquece de vez en cuando el sustrato con abono orgánico.

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Hierba gatera (Nepeta spp.)

Las nepetas son plantas perennes que suelen crecer formando matas vegetales de entre 20 y 60 cm de altura. Las encuentras de distintas variedades, todas ellas interesantes, entre las que destacan la Nepeta mussini, la Nepeta racemosa o la Nepeta cataria.

Las flores, de una bonita tonalidad azulada, son pequeñas y crecen formando espigas. Surgen en primavera y duran hasta el otoño. Le gustan, sobre todo, los climas moderados, aunque es capaz de soportar tanto el frío como el calor.

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Hortensia de invierno (Bergenia crassifolia)

Originaria de Asia central, esta perenne herbácea es resistente y muy decorativa. Sus flores, blancas, rosas y rojas, son muy ornamentales.

Para crecer y florecer en todo su esplendor necesita un suelo rico en materia orgánica y un riego abundante en verano y más moderado en invierno. Es una planta resistente que no te dará problemas. Búscale un lugar en tu jardín, mejor en semisombra, y disfruta de su belleza.

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