1/10 © Alvhem

Con ustedes, el salón comedor. La estrella de la decoración de interiores actual, con permiso de la cocina, que recupera, gracias al ‘open concept’ un mayor protagonismo en la casa. Tener el comedor independiente da estatus, pero un salón comedor es la opción más polivalente y resultona de las viviendas modernas. Por eso, si estás pensando en tirar tabiques o buscas actualizarlo, darle un nuevo aire o hacerlo más cómodo y práctico en el día a día, estas ideas de decoración te dicen cómo y con qué y establecen las medidas básicas para ambas zonas porque somos conscientes de que, a veces, la convivencia puede resultar complicada.

2/10 © Eric Pàmies

¿Su principal ventaja? ¡Más metros!

Unir dos zonas y derribar tabiques y barreras logra, al instante, más metros, ya que los espacios diáfanos favorecen la sensación de amplitud, aportan profundidad y proporcionan el efecto de ‘sala de baile’, como ocurre en esta propuesta de Pia Capdevila. Sin olvidar que, al eliminar las zonas de paso y acabar con los pasillos, rentabilizamos mejor las proporciones y aumentamos las dimensiones de dos ambientes que antes estaban fragmentados.

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3/10 © Arquitectura Serradell

Una relación con posibilidades

Aunque es la opción ideal en casas de pocos metros, en espacios amplios, como este dúplex rehabilitado por Arquitectura Serradell, también es una alternativa a tener en cuenta, ya que en un momento en el que las estancias sacan su lado más social, el salón comedor invita a sentarse alrededor de la mesa, primero, y del sofá, después, fomentando la vida en familia, la conversación y las tardes de juego. Además, hoy por hoy, las estancias son más versátiles y cumplen más de una función. Por eso, la mesa puede ser despacho para teletrabajar de forma ocasional o el escritorio de tus hijos para hacer los deberes, mientras tú ‘vigilas’ las tareas desde el sofá, o el estar puede ejercer, a veces, de comedor una noche de diario.

4/10 © Tinda's Project

Juntos, pero no revueltos

Lo de compartir espacio puede dar mucho juego, siempre que mantengas cierta autonomía visual. Para ello, puedes recurrir a 'muebles barrera', como el sofá o un aparador bajo; poner una puerta corredera que permita la comunicación o no, según el momento; usar elementos como la chimenea o recursos arquitectónicos como una columna, como en esta propuesta de Tinda's Projecto un arco, que pongan límites visuales; ‘marcar’ territorio con una alfombra; establecer dos niveles (un par der escalones bastan), que les sitúe a dos alturas distintas; o jugar con el color y emplear uno distinto, aunque complementario, en cada ambiente. La decoración también puede ser una aliada a la hora de delimitarlos, pero, en ocasiones, puede resultar fatal, si te pasas en las diferencias y creas dos zonas cercanas que no pegan. Define siempre un vínculo ‘deco’ entre ellas.

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5/10 © Cuckooland

La mesa, el centro del comedor

Evidentemente, en la zona de comedor, la mesa es el mueble alrededor del que gira todo. Por lo tanto, “si vamos a hacer reforma, primero elegiríamos la mesa y después adaptaríamos el resto a ella, pero lo habitual es que el espacio ya esté definido y tengamos que buscar un diseño que nos encaje. De una forma o de otra, lo más importante es conocer las medidas mínimas”, señalan desde Arrevol Arquitectos.

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6/10 © Nest

Cuestión de dimensiones

A la hora de elegir la mesa de comedor perfecta, debes tener en cuenta que cada persona necesita 60 cm de ancho, para estar realmente cómodo, mientras que, de fondo, unos 40 cm, para que entren bien el plato y el vaso o la copa. Si no tienes problemas de metros, como ocurre en este ambiente de Vitra (en Nest), sé generosa y amplía hasta los 75 cm y los 45 cm, así no habrá comensal que se queje de estar apretado. Aunque una mesa de 80 cm aciertas, puestos a elegir mejor una de 100 cm, que deje un espacio central libre para dejar las fuentes y las bebidas.

7/10 © Cave Home

Alrededor de la mesa

Tan importante es estar cómodo sentado a la mesa, como levantarte y poder salir sin chocar con los muebles. Por lo tanto, es necesario que dejes libres entre 60 y 75 cm, para que puedas correr la silla sin problemas, como en esta propuesta de Kave Home. Aunque puestos a elegir, amplíalo a 80-100 cm, para que, incluso, una persona pueda pasar por detrás cuando alguien está sentado. Si hay algún lado de la mesa sin silla, bastarían 50 cm de paso. Por cierto, por motivos estéticos nunca las pegaríamos a la pared: ¡no estamos en la cocina!

8/10 © Listone Giordano

Definiendo el estar

Todo depende de si el estar cuenta o no con televisión, ya que, si no lo tiene, tenemos mayor libertad para colocar sofás y sillones, procurando siempre que unos miren a otros y que no entorpezcan el paso. A la hora de elegir el tamaño de tu sofá, la estética y el diseño es otro asunto, debes tener en cuenta las dimensiones del espacio y la necesidad de estar muy ‘anchos’. Piensa que, de forma general, cada persona ocupa 70-80 cm, por lo que teniendo en cuenta los miembros de familia que sois o lo cómodos que queráis estar, a partir de 240 cm estaríamos hablando de un sofá de cuatro plazas o más. La profundidad estaría entre 90 y 100 cm y la altura, igual, para que hasta las personas más altas puedan apoyar la cabeza, como ocurre en este ambiente con suelo madera de Listone Giordano. 

9/10 © Mel Yates

El espacio de la tele

Lo habitual es que en el estar, la televisión cuente con un lugar preferente, como ocurre en la casa de la interiorista Kelly Hoppen. Para verla bien, se recomienda un ángulo de visión de 40º desde el asiento. De manera que, entre una tele de 55’’ y el sofá debería haber unos 170 cm. Algo impensable hace años, que debemos agradecer a las nuevas tecnologías, ya que permiten incorporar aparatos de gran tamaño a la estancia sin necesidad tener un salón XL. Un último consejo: si quieres ver bien, procura no tener una ventana delante o detrás del aparato.

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10/10 © Molins Design

Entradas y pasos

El salón comedor ejerce en muchas ocasiones de lugar de paso, ya que, al ser la estancia más grande de la casa, suele servir para conectar las distintas zonas. Así, es habitual que el salón se abra al pasillo o actúe como distribuidor y que la zona de comedor esté conectada con la cocina. Para facilitar los recorridos, es recomendable dejar unos 90 o 100 cm de paso. De esta forma, podemos transitar sin enfrentarnos a una carrera de obstáculos con esquinas de mesas que sortear y pufs que evitar. Por eso, desde Molins Design recomiendan "el mobiliario hecho a medida, que se adapta al espacio y las necesidades de cada persona". 

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