Seguro que te has fijado en que los sofás de líneas sinuosas están a la última y quizá te estés preguntando si se trata de una moda pasajera. La respuesta es negativa, pues gracias a sus formas amables que parecen abrazarnos han llegado para quedarse y ni mucho menos se trata de una moda pasajera. ¿Los motivos? Su silueta curva enriquece la decoración del salón al tiempo que agiliza la distribución del espacio. Analizamos todos los detalles junto a la arquitecta e interiorista Laura Ortín (lauraortin.com).
El modelo de la imagen, los sofás enfrentados gemelos mullidos y con un solo brazo cada uno, está a la venta en La Redoute Interieurs.
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Icónicos y con décadas de éxito
Los sofás curvos son todo un clásico del que existen un sinfín de piezas que a pesar de haber sido diseñados décadas atrás se siguen fabricando, como el modelo Serpentine (en la imagen), creado por Vladimir Kagan en 1950. El sofá Swan fue ideado por Arne Jacobsen en 1958 y lo ha incorporado en su colección de mobiliario la firma Fritz Hansen. Muy famoso es también Osaka, nacido de la mente de Pierre Paulin en 1967 y que produce La Cividina.
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Laura nos habla de propuestas más contemporáneas, como por ejemplo el sofá que vemos sobre estas líneas: Flap, de Edra, lanzado en 2000 siguiendo la propuesta de Francesco Binfaré y que actualmente integra la colección permanente del museo MoMA. Se trata de una propuesta con un mecanismo móvil para facilitar seis inclinaciones diferentes.
“Desde siempre las marcas italianas Edra y Moroso han sido pioneras en este tipo de sofás. Cuando imagino unos sofás curvos no solo pienso en que geométricamente sean redondeados, sino en este tipo de piezas (incluso modulares) que puedes ir transformando, poniéndolas en diferentes direcciones”, señala la experta.
También destaca el modelo Rico, de la firma danesa Ferm Living, cuya silueta con ‘orejas’ parece abrazarnos y ya es todo un icono del diseño y un bestseller de la marca.
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Lanzamientos muy recientes
Gracias a que proporcionan al salón gran estilo, son muchos los lanzamientos que se han hecho recientemente en sofás de líneas orgánicas, como el sofá Alba de Westwing, de líneas modernas y con un toque sofisticado sinigual. Entre muchos otros, también podemos señalar el modelo Pacific que Patricia Urquiola ha diseñado para Moroso.
La interiorista nos destaca la última propuesta de la firma española Sancal, el Duo Maxi (en la imagen), cuyo carácter modular le confiere una identidad flexible y versátil. Su diseñador, Rafa García, reinterpreta con audacia este sofá para actualizarlo con una mirada más contemporánea.
¿Tiene dificultades incorporarlos en los salones?
Pensando especialmente en un salón pequeño, hay que tener en cuenta si frente a los de líneas rectas los sofás curvos resultan fáciles de integrar en la decoración y en opinión de Laura, sí. “Considero que en espacios pequeños los modulares funcionan muy bien porque puedes ir acoplando piezas y encajando formas”. Además, nos anima a que no tengamos miedo a colocar el sofá en medio de la estancia como hace ella misma en este proyecto y en el que emplea el modelo sofá On the Rocks, de Edra, un escultural diseño de Francesco Binfaré que conjuga confort y arte.
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Sumamente adaptables
Lejos de lo que podamos pensar, precisamente en espacios reducidos o de planta irregular los sofás curvos son todo un acierto gracias a su gran versatilidad. Lo demuestra la interiorista Marta Labrador, quien ha apostado por el sofá de Ormo’s para decorar una buhardilla.
Con este sofá modular y a medida ha conseguido crear un espacio sensorial en apenas unos metros cuadrados mediante una puesta en escena muy estudiada que invita al recogimiento y aprovecha hasta el último centímetro disponible incluso si existen recovecos.
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Más ventajas que inconvenientes
La sinuosidad de las líneas favorece los recorridos, por ello la tendencia bold no solo se aplica en sofás sino en todo tipo de mobiliario en el salón, como alfombras, mesas de centro o sillones, tal y como vemos en esta propuesta de Moroso que se equipa con el sofá Pacific.
“Como sabemos las formas redondeadas y curvilíneas te atraen, por lo que siempre es un acierto recurrir a piezas suaves y que eviten la frontalidad excesiva con la pared. Si utilizas el sofá para una reunión con amigos siempre va a favorecer una curva asamblearia. Pero incluso si lo utilizas para ver la tele tumbada quedas en una posición más recogida y diagonal, más cómoda al fin y al cabo”, explica la arquitecta e interiorista.
Ideales como separadores
¿Necesitas más argumentos a favor de estos diseños? Pues bien, son especialmente indicados como divisores de ambientes cuando el salón se encuentra abierto al comedor, porque a su tamaño comedido se suma que suelen ser bajos. Y también por los tránsitos fluidos y amables que ya hemos comentado. En opinión de Laura, “son ideales para crear distintos ambientes por su versatilidad, quizá en un lado tengas la televisión, por el otro una chimenea o unas magníficas vistas y prefieras leer…”.
En la imagen la reforma la ha realizado Helena Martín quien no duda en que una de las constantes de la decoración sean las formas redondeadas, no solo para el sofá (de Bañón), también para la mesita (de Rue Vintage) o la mesa de comedor (de Carina Casanovas).
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Estética y confort
El sofá es una pieza vital en la vivienda y en ella pasamos muchas horas, solo le gana la cama en cuanto a tiempo que podemos estar en un tresillo, así que, si bien es cierto que conseguir una pieza de estética atractiva es importante, lo es más todavía que resulte cómoda.
Hay modelos curvos muy estáticos y más duros que pueden funcionar muy bien en un espacio de recepción, sala de espera, reuniones… No obstante Laura recomienda para un salón doméstico diseños mullidos y confortables. Este se encuentra a la venta en Maisons du Monde y junto al resto de mobiliario compone una decoración de estilo art déco muy elegante y llamativa. Y es que como llevamos viendo a lo largo del reportaje, los sofás de formas redondeados encajan en cualquier estilo decorativo del salón, desde los de inspiración clásica hasta los modernos y hasta que caen en la línea más minimalista.
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Marcar un estilo singular
Los sofás de líneas sinuosas son perfectos también para dar un carácter diferencial si tienes dos salones en casa, como ocurre en este piso cuyo interiorismo firma Sandra Vergara. Ella misma cuenta la clave de esta elección: “optamos por ese sofá curvo porque nos parecía que se integraba muy bien en ese mirador y se diferenciaba así de la zona de sofás donde reunirse la familia”. Y es que insistimos en que los sofás de líneas sinuosas habitualmente también son bajos (una tendencia al alza en estos muebles), algo que resulta perfecto en espacios de dimensiones contenidas.
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¡Una decoración redonda!
¿Qué hay del precio? Si el sofá es de calidad y de diseño quizá la desventaja de un sofá de líneas redondeadas sea el precio, aunque ocurre lo mismo con los modelos de formas angulosas. Por ejemplo, en la imagen vemos el modelo Gatsby, que en Westwing lo venden por 2.099 €. No obstante, Laura encuentra más pros que contras en decorar con ellos. “Si los espacios son curvados estos sofás hacen un tándem perfecto acompañando las geometrías en las que están. Pero incluso si los espacios son muy ortogonales y con poca ‘gracia’ estas piezas ayudarán a crear espacios más emocionantes y vibrantes”.
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Además, en el caso de tener dos sofás enfrentados resulta ideal combinar distintas formas de pieza, uno de líneas redondeadas y el otro más contundente y de formas cuadradas. Es lo que hace aquí el interiorista Fabián Ñíguez, quien además opta por mezclar dos colores y tejidos diferentes en las tapicerías, generando una composición muy rica en matices que logra una decoración con mucha presencia.