1/10 © Sined

Tanto si tienes la suerte de contar con una piscina como si no, hacerte con una ducha para exterior te permitirá disfrutar al máximo de los meses de buen tiempo. Y es que, ya sea para quitarse el cloro de la piel tras un baño o, simplemente, para refrescarse mientras tomas el sol o te relajas en la terraza de tu piso, las duchas de exterior tienen mucho que aportar a un precio muy asequible. Y, lo que es mejor, con soluciones para cualquier espacio.

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2/10 © Fontealta

¿Qué tipos de duchas de exterior hay?

Aunque todas tienen en común que están pensadas para utilizarse al aire libre, lo cierto es que hay diferentes tipos de duchas para terrazas, jardines y piscinas. Su elección dependerá tanto del uso que queramos darles como de su emplazamiento y el tipo de instalación que queramos (o podamos) realizar.

Una primera decisión es si queremos un diseño fijo o portátil. Los primeros son los más habituales, tanto por funcionalidad y comodidad como por estética, aunque requieren una instalación permanente y un espacio exclusivo para ellos en los espacios al aire libre, mientras que los modelos portátiles pueden utilizarse solo durante los meses de buen tiempo y guardarse el resto del año sin ocupar sitio.

Esta es el modelo Onda, de la firma italiana Fontealta, de instalación a suelo.

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3/10 © Tatay

¿Qué instalación requiere una ducha portátil?

El principal argumento a favor de las duchas de exterior portátiles es su facilidad de colocación sin obras. De hecho, el único requisito que plantean es poder conectarlas a una manguera mediante el racor que incorporan para ello. Por lo demás, hay modelos de pincho, pensados para clavarlos en la tierra, por lo que se suelen destinar a jardines (aunque nada impide fijarlos en una jardinera de buenas dimensiones en una terraza) o de trípode, para colocar sobre cualquier tipo de superficie.

Si bien las duchas portátiles son también la opción más económica, no hay que olvidar que resultan las más básicas: solo ofrecen la posibilidad de agua fría y no están pensadas para un uso intensivo. La de la imagen es una propuesta a precio bajo de la firma Tatay, con trípode, conexión a manguera y altura regulable.

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4/10 © Gre

Colocación de una ducha de exterior fija

Aunque siempre fijadas al suelo o a una plataforma en la que se integran, este tipo de duchas para exteriores pueden conectarse tanto a la red doméstica de agua de la misma forma que las interiores (con la consiguiente obra) como a una manguera que se introduce por su parte posterior y que la conecta con el grifo de la terraza o el jardín. Las primeras son, sin duda, las más completas y versátiles, ya que pueden incluso canalizar agua fría o caliente de la red, aunque también las más caras y con una instalación más costosa.

Esta ducha solar de exterior de Gre ofrece una fácil instalación a través de la conexión rápida a manguera de jardín que incorpora en su base. Fabricada en PVC imitación madera, cuenta con un depósito acumulador de agua de 9 litros y grifo monomando mezclador.

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5/10 © Formidra

Así son las duchas solares

Aunque pensadas para refrescarse, si no te convence la idea de que el agua salga siempre fría (la opción más habitual en las duchas de exterior) pero tampoco quieres realizar complejas instalaciones de fontanería, hay una alternativa muy práctica: las duchas solares.

Se diferencian de los modelos fijos convencionales en que incorporan un depósito en su estructura destinado a acumular agua y calentarla aprovechando la energía del sol. De ahí la importancia de fijarse en la capacidad de almacenaje de agua, ya que de ella dependerá la disponibilidad de agua caliente: los modelos con depósitos más pequeños la calentarán más rápidamente que los de mayor capacidad, aunque estos últimos ofrecen más cantidad de agua calefactada.

La colección Dada, de Formidra (en la imagen instalada junto a una piscina infinita), integra modelos híbridos que combinan una columna de agua de 40 litros que se calienta con energía solar y una entrada de agua caliente que se conecta a la red doméstica, para cuando sea necesario.

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6/10 © Astralpool

El emplazamiento ideal para tu ducha exterior

Son varios los factores a tener en cuenta a la hora de decidir la ubicación de la ducha de exterior y abarcan desde el espacio disponible hasta el modelo de ducha que elijamos.

Así, por ejemplo, si se trata de un modelo de ducha solar, es importante ubicarla en un emplazamiento bien soleado y, en caso de tener piscina, próximo a esta, para facilitar el acceso.

El terreno debe estar bien nivelado y tampoco está de más pensar si se necesita ofrecer una cierta privacidad a la zona de ducha, especialmente en el caso de terrazas urbanas o con viviendas próximas. Celosías y plantas serán tus grandes aliadas en este sentido.

La ducha Iguazu, de Astralpool (en la imagen) cuenta con un rociador orientable cuadrado de latón cromado antical y 2 jets frontales con efecto nebulizador. Realizada en acero inoxidable mate y preparada para agua fría y caliente, el caudal y la temperatura del agua se regulan mediante una válvula mezcladora.

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7/10 © Exteriors Castellar

¡Simplifica su instalación!

Aunque las duchas de exterior más habituales son los modelos de pedestal, que se fijan al suelo o a una base específica para ello, las opciones para colocar en la pared pueden resultar muy prácticas, especialmente en terrazas. Además de requerir menos espacio, los modelos de instalación mural pueden aprovechar las paredes del baño, la cocina o el lavadero, de modo que podrás acceder a agua fría y caliente con menos obras.

También desde un punto de vista práctico, es importante garantizar un desagüe adecuado para evitar garantizar una rápida evacuación del agua sin necesidad de costosos bajantes y evitar encharcamientos que pueden ser incluso peligrosos en zonas con pavimentos como los de la terraza.

Exteriors Castellar firma este proyecto en que, además de una ducha de jardín a medida en la pared, revestida con madera ‘tecnológica’, se ha colocado césped artificial.

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8/10 © Inoxstyle

Materiales a toda prueba

Sea cual sea el diseño por el que te decidas finalmente, ten en cuenta que las duchas de exterior deben estar preparadas para soportar la intemperie sin estropearse. Los modelos de acero inoxidable son los que ofrecen una mayor resistencia y durabilidad, aunque debes tener presente que su mayor peso hace necesario anclarlas (al suelo o la pared). Las propuestas fabricadas en aluminio son también muy resistentes y algo más ligeras, mientras que las duchas de exterior de plástico son las más económicas, aunque también las menos duraderas.

Tecno Cube M Stylo, de Inoxstyle (en la imagen), es una ducha para exterior fabricada en acero inoxidable de grado marino, de una sola pieza soldada y acabado náutico con múltiples pasadas de pulido a espejo manual, garantizada por 10 años frente a la corrosión.

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9/10 © Jordi Folch para Matthew Coe

Sin apenas cuidados

Las duchas de exterior requieren un mantenimiento mínimo, aunque se recomienda protegerlas con una lona específica durante los meses de invierno en los que no se usen y, en el caso de los modelos solares, vaciar el depósito antes para evitar que las bajas temperaturas puedan helar el agua de su interior y estropearlo.

La terraza de este ático urbano reformado por el interiorista Matthew Coe incorpora al fondo una refrescante zona de ducha.

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10/10 © Unopiù

Cuestión de estilo

Más allá de su funcionalidad práctica, conviene elegir una ducha de exterior que se integre de forma armoniosa en el conjunto de nuestra terraza o jardín. Hay muchos modelos entre los que elegir: desde los más depurados y esenciales, perfectos para proyectos actuales y minimalistas, hasta los que apuestan por formas y acabados de aire retro, con grandes rociadores curvos y acabados envejecidos, sin olvidar los pensados para entornos rústicos, con acabados en madera (natural o simulada) o hierro oxidado.

Dofun, de Unopiù, es una ducha moderna para el jardín, realizada en polietileno, con grifo, ducha para pies, rociador de 250 mm y plato de ducha de madera de okumè. El agua se calienta con los rayos del sol o bien con una resistencia eléctrica, gracias al colector solar (Hot Ball), de 40 litros, que se puede colocar al lado de la ducha o sobre el techo.

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