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¿A quién no le gustaría disfrutar de riquísimas hortalizas, frutas y verduras cultivadas por uno mismo? Si tienes la inquietud de hacerlo y quieres intentarlo, hoy puedes descubrir qué es lo que realmente necesitas para sembrar un huerto y ponerte manos a la obra.

 

El primer paso para plantar un huerto

Aunque puede parecer una aventura muy compleja, realmente se necesitan pocas cosas para plantar un huerto. Lo primero, y lo más importante, que hay que tener es un espacio soleado al aire libre que puede estar en el jardín o en la terraza.

No hace falta que sea muy grande. Puede bastar con unos cuatro metros cuadrados, pero sí debe recibir entre 5 o 6 horas de sol diarias. Sin la luz solar, los cultivos no pueden desarrollarse adecuadamente.

Además de elegir un sitio que no tenga demasiada sombra, conviene optar por un espacio protegido del viento. También necesitarás una zona de tierra donde plantar tus cultivos: puede ser en el terreno, si tienes un jardín, o en un contenedor específico para montar un huerto (de suelo, de mesa, de pared, etc.).

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La importancia de organizar el espacio

Una vez hayas dado con el espacio perfecto para montar el huerto, es importante distribuir adecuadamente los cultivos. Puedes dividir la zona en cuadrícula, dejando dos pasillos en cruz que te permitan acceder sin problemas a todas las plantas. Traza cuatro cuadrados grandes. El tamaño de los mismos dependerá del espacio disponible. Este esquema, además de posibilitar que puedas cuidar de todos los cultivos con comodidad, facilita la rotación de los mismos, algo que es conveniente para el huerto.

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Elegir las plantas adecuadas

Ya se trate de plantas para un jardín o de los cultivos del huerto, saber elegir las mejores especies es fundamental en los primeros tiempos. Hay hortalizas y verduras que son más fáciles de cultivar y otras que se te pueden resistir. Por eso, si no tienes experiencia como horticultor, al principio es conveniente optar por las más asequibles. Algunos cultivos sencillos son las hierbas aromáticas o las verduras de hoja como las lechugas.

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Planificar el riego

Contar con una toma de agua cerca del huerto es otro de los requisitos que debes cumplir para iniciar esta experiencia. Aunque si tienes pocos cultivos puedes regarlos con una jardinera, siempre es mejor tener un grifo cerca para acoplar una manguera. O, mejor aún, para instalar un sistema de riego automatizado, que te libere de la tarea de tener que regar a diario tus verduras y hortalizas. Puedes elegir un sistema por goteo sencillo, conectado a la toma de agua y equipado con un programador que te permita regular el riego cuando tú no estés.

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Preparar la tierra

Antes de plantar las hortalizas deseadas es fundamental preparar la tierra del huerto, en especial si lo instalas en el suelo del jardín.

Para empezar debes limpiar el terreno pasando un rastrillo para retirar todas las hierbas que tenga. Remueve la tierra a conciencia y después espera unas dos semanas para permitir que broten las semillas de malas hierbas que queden, y así poder eliminarlas con una azada. Ya solo queda enriquecer el terreno con compost o abono orgánico y labrar la tierra.

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¿Cómo y dónde plantar cada cultivo?

A la hora de distribuir los cultivos en el espacio disponible para el huerto, no debes hacerlo de forma desordenada, sino que es mejor agrupar las plantas con cierto criterio. Puedes plantar juntas en la misma zona las especies con similares necesidades de riego. Es el caso de los bulbos (berenjenas, pimientos, calabazas, cebollas, ajos, calabacines, etc.) o de las verduras de hoja (lechugas, espinacas, acelgas, etc.).

Un consejo: programa los cultivos para que la recolecta sea también escalonada, teniendo en cuenta el tiempo que tarda cada verdura y hortaliza en crecer y desarrollarse. De esta forma no tendrás toda tu producción a punto a la vez.

Si vas a sembrar plantas a partir de semillas, hazlo mejor en semillero y traslada las plantitas al terreno unos quince días después. Si plantas el huerto en contenedor utiliza un sustrato orgánico con buena capacidad de retención de agua.

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¡Llegó el momento de plantar!

Cuando llegue la hora de plantar las verduras y hortalizas en tu huerto, debes tener ciertas nociones básicas sobre cómo hacerlo, si quieres tener éxito. Es muy importante mantener la distancia adecuada entre las plantas, lo que dependerá de las diferentes especies.

Comienza por formar caballones en hilera, es decir, montañas de tierra separadas por surcos. Las plantas se colocan sobre la parte superior de la montaña, en el caballón. De esta forma se consigue aislarlas ligeramente de la parte más húmeda del terreno. Trata de dejar un espacio similar entre ellas para crear hileras ordenadas.

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El mantenimiento correcto

Una vez hayas terminado la plantación de tus hortalizas, hay que regar y esperar a que crezcan, realizando mientras algunas tareas de mantenimiento de forma que las plantas estén cuidadas y se desarrollen mejor.

Remueve la tierra de vez en cuando para romper la capa dura superficial que se forma en el suelo. Así el agua penetrará mejor en el terreno y el suelo estará más aireado. Esto se conoce como binar el suelo del huerto. También es importante quitar las malas hierbas y la maleza que aparezca entre las plantas.

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Un huerto en la terraza

Puede que no cuentes con un jardín en el que establecer el huerto directamente sobre el terreno, pero eso no quiere decir que no puedas cultivar hortalizas y verduras en casa. Hay diferentes formas de plantar un huerto en la terraza:

- Contenedores en el suelo. Suelen ser grandes cajones de madera tratada convenientemente para soportar la humedad, perfectos para plantas que alcanzan cierta altura. El interior se recubre con una tela geotextil para contener la tierra y se coloca el sustrato.

- Huertos de mesa. Tienen suficiente profundidad y resultan muy cómodos, ya que no necesitas agacharte para cuidar las plantas. Son adecuados para especies que no crezcan demasiado en altura, como las verduras de hoja, los pimientos y las berenjenas, entre otros.

- Huertos verticales. Aprovechan el espacio de la pared, en altura. Son minihuertos compuestos por módulos de polipropileno con sistema de drenaje, resistentes a la intemperie. Perfectos para cultivar fresas y hierbas aromáticas, por ejemplo.

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Prepárate para combatir las plagas

Una vez tengas tu huerto organizado con todos los cultivos sembrados, tendrás que estar muy atento a la aparición de posibles plagas e insectos dañinos para las plantas. Es importante conocer las plantaciones que has iniciado para saber qué tipo de insectos pueden atraer y así estar preparados para combatirlos. Una buena idea es incluir algunas plantas amigas de los huertos, capaces de alejar a los bichos dañinos y de atraer a insectos beneficiosos como las abejas, grandes polinizadoras, y las mariquitas, depredadoras de los pulgones.

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