Vamos a desmontar el mito de que una isla central no tiene cabida en una cocina de reducidas dimensiones. En especial si se trata de un ambiente abierto a la zona de día, este módulo puede resultar casi un imprescindible si no existen muchos muebles en las paredes, pues ampliará el espacio de almacenaje. Pero además, otro aspecto muy interesante de las islas es que ayudan a dividir el área de cocina del resto, son excelentes zonificando. Así que, mira estos ejemplos de cocinas en las que no sobran los metros pero cuentan con isla, seguro que encuentras un montón de ideas inspiradoras.
En la propuesta, un proyecto de la interiorista Raquel González, este módulo central sirve para ampliar el área de trabajo, cuenta con almacenaje y, aparte, la barra volada ofrece un lugar excelente para los desayunos de diario.
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Estudia su tamaño
Una isla debe ser proporcionada al espacio y, muy especialmente para que la cocina resulte funcional, debe permitir moverse por la estancia sin golpear con las puertas cuando las abrimos o tener que circular sorteando obstáculos. Así que alrededor de ella habrá que dejar libres como mínimo 80 cm.
En la propuesta la cocina es un proyecto de Línea 3 Cocinas de tan solo 4 metros². El frente con muebles alberga el fregadero y los fuegos, sin apenas dejar espacio para área de trabajo. Es por ello que la isla juega un papel vital: mide 115 cm y se le prolongan 20 cm de volado para crear un 'mini' office. La elección de la encimera en estos casos es vital, pues debe ser higiénica y fácil de limpiar. Esta se fabrica en un resistente laminado de papaya.
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Planta rectangular
Ten en cuenta que en plantas donde la cocina es alargada, pero con mucho ancho, poner dos frentes de armario uno contra otro no va a resultar eficiente pues quedará un excesivo pasillo central y, cuando se cocina, hay que procurar acortar los recorridos en la medida de lo posible. Así, en estos casos para optimizar cada centímetro y, además, conseguir comodidad, la isla es la opción perfecta.
En esta cocina en Tenerife ideada por FiveOHFive, el ambiente es además la entrada a la vivienda. Se emplea la isla para albergar la placa de inducción con campana integrada, así como una amplia superficie para trabajar. El mobiliario y las encimeras son de la firma Santos.
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Cuando la arquitectura manda
Ya no solo en cocinas en entradas de casa, también si están situadas con escaleras de subida u otros elementos arquitectónicos como columnas, que hacen muy complicado amueblar la pared en ‘L’ o ‘U’, la isla sale como la solución idónea que optimiza hasta el último centímetro.
En la propuesta, equipada con armarios de Mobalpa, la isla tiene un lateral abierto a modo de expositor.
Con entidad propia
Lo más habitual es que la isla se integre con el resto del mobiliario de cocina y comparta la misma cromática, en armonía, si bien puede resultar interesante destacarla en una paleta diferente o incluso opuesta, como hace Rekker en este proyecto donde los armarios blancos contrastan con la isla negra. Otra alternativa estéticamente acertada para dar entidad propia a este módulo es forrarlo todo con piedra o un material sintético que la imite.
Decoración sugerente
La decoración de esta cocina está estudiada al detalle. Todo el mobiliario es el modelo Oxford en azul muy claro, de venta en Leroy Merlin, y en los módulos altos la puerta es de cristal para ofrecer ligereza visual. Además, la isla se significa al estar envuelta por un suelo específico, como si de una alfombra se tratara y, además, gracias a las lámparas colgantes.
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Juego de volúmenes y alturas
En una cocina pequeña si la isla va a llevar el comedor adosado, debes evitar el efecto ‘bloque’, pues la zona central se verá sumamente recargada. ¿Qué soluciones hay? Por ejemplo, situar la isla a la altura cómoda para trabajar (85-90 cm) y la mesa más baja, para poder usarla acompañada de sillas. Si lo prefieres, puedes combinar la encimera de la isla en un material con el sobre de la mesa en otro, tal como la madera o el cristal.
PD Estudio de Interiores, expertos en reformas de viviendas de lujo, apuesta por el total white para este ambiente de cocina que integra el comedor y hace la mesa de menor ancho y altura que la isla.
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Mínima: la tradicional tocinera
Nos encantan las islas de unas buenas dimensiones que incluso incluyen enchufes para conectar pequeños electrodomésticos o, por ejemplo, cargar dispositivos, pero si el espacio disponible no permite incorporar un módulo central grande, valdrá con una mesa tocinera (esta es de Maisons du Monde y mide 95 cm de ancho y 46 cm de profundo con una altura ideal para trabajar de 85 cm). Este tipo de auxiliar tiene un aspecto más ligero al dejar zonas abiertas, pero puedes organizar bien el mueble con cajones, cestas y bandejas.
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Una solución intermedia (¡y brillante!)
Una isla al uso es rectangular o cuadrada y se puede usar desde sus cuatro lados, sin embargo, si la planta abierta no permite instalar un módulo central tan ancho puedes optar por crear una barra en la cocina y, por el otro lado, el mueble de televisión del salón o un aparador del comedor, cualquier pieza baja resultará idónea.
Anna Feced, autora de la reforma integral del piso que vemos en la cocina diseña a medida este elemento divisor que resulta muy cómodo al permitir un acceso fluido, al eliminarse las puertas de paso.
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